El Tranvía Como Integrador Social

El tranvía como integrador social

La Bogotá de finales de siglo XIX y comienzos del siglo XX era una ciudad con un moderno sistema de transporte que beneficiaba a todas sus clases sociales, desde obreros hasta burgueses. Todo en la ciudad giraba alrededor del tranvía, el cual trazó el desarrollo y crecimiento de la ciudad siguiendo sus recorridos. Pero esta modernidad no prosperó debido al Bogotazo. El 09 abril de 1948 se caracterizó por una revuelta violenta que partió la historia de la ciudad en dos, la mayoría de su infraestructura quedo reducida a escombros y cenizas. Ahora, comenzando el siglo XXI, corrientes políticas nos ofrecen, de nuevo, un tranvía moderno. Con el cual, pretenden ofrecernos una mejora en la movilidad, darle un aspecto más moderno a la ciudad, y reducir las diferencias socioculturales que caracterizan a nuestra capital. Ante este contraste y teniendo en cuenta las características actuales de la capital, como lo son la multiculturalidad, las diferencias socio-económicas, y su gran tamaño, surge un interrogante: ¿Sera el Tranvía un integrador social?

Transcurría el mes de diciembre de 1884 cuando en la ciudad de Bogotá se inauguro el primer tranvía que tuvo la ciudad, el cual era movido por mulas. Este fue el inicio de un período de avance, crecimiento demográfico y económico, en torno al sistema más moderno y eficiente de transporte público que había tenido la ciudad en toda su historia. El tranvía fue evolucionando de acuerdo al paso del tiempo, para 1884 se habían importado rieles de acero y en 1910 se inició su electrificación, convirtiéndose en un referente para los que habitaban la ciudad, así como para quienes la visitaban. La capital Colombiana era una ciudad dinámica y rebosante de modernidad de la época, el tranvía incentivó el crecimiento de la ciudad a lo largo y ancho de sus líneas férreas. Socialmente, la gente se beneficiaba según su condición socio-económica, por ejemplo había una tarifa especial para los obreros de 2 centavos y para los usuarios comunes de 5 centavos. Sin lugar a duda, el tranvía unía a los habitantes de la ciudad como una sociedad. Un ejemplo claro de respaldo al tranvía por parte de la sociedad, fue cuando todos los usuarios se revelaron en contra de los administradores del tranvía a causa de los abusos que se cometían al prestar este servicio. En esta rebeldía, ni una sola persona usó el tranvía, por más necesario que fuera. Toda la población unida lograron que el municipio (hoy en día el distrito) comprara a la empresa privada toda la infraestructura y, a partir de este momento, se alcanzó su mayor auge. Éste se reflejo en dinamizar la industria local, a tal punto que no era necesario importar todos los carros, una gran cantidad de estos se producían en los talleres de mantenimiento. De tal manera que hacía 1922 se contaba con una flota de 41 carros diarios en servicio y en 1934 se reportaron 75.

El tranvía empezó su decadencia en el trágico 09 de abril de 1948. En este día, los disturbios que cambiaron el rumbo de la ciudad tuvieron su origen en el asesinato del líder político Jorge Eliecer Gaitán. Como consecuencia, miles de personas participaron en los disturbios en los que destruyeron ¼ de la flota del tranvía. El sistema de tranvía quedo devastado, a tal punto que, el alcalde de la época, Fernando Mazuera, decidió darle fin al sistema de transporte masivo más efectivo que había tenido la cuidad.

Desde 1954 hasta nuestros días, distintas corrientes políticas han propuesto la implementación de un sistema de transporte similar al Tranvía de aquella época dorada del transporte masivo en Bogotá. Pero, ninguna de estas propuestas había llegado tan lejos, como la propuesta por el actual Alcalde Gustavo Petro. Su idea propone la implementación de un tranvía con el objetivo de mejorar la movilidad de la ciudad e integrar y disminuir las diferencias socioculturales existentes, como la frontera invisible demarcada mediante la estratificación que existe entre los habitantes que perciben mas o menos recursos; así como disminuir la contaminación ambiental, debido a que el tranvía funciona con electricidad y, por lo tanto, no emite tantos gases de efecto invernadero como si lo hacen los buses y el sistema de transporte masivo que funcionan con combustible fósil; y darle un valor agregado a los lugares por donde pasara el tranvía.

Esta propuesta ha desatado una amplia controversia por el afán del alcalde por concretar los recursos para el desarrollo de su idea, afán que terminaran pagando los contribuyentes de la ciudad. Este costo se refleja en diferentes aspectos,

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