El caracazo: la rebelión de las masas

                           El caracazo: la rebelión de las masas

Mas que un fenómeno político, un intento de golpe de estado o desestabilización del país, el caracazo fue un fenómeno sociológico puro que intento expresar frustraciones y anhelos reprimidos. Si vamos a las causas,  que ocasionó este estallido social, tenemos que hablar de dos tipos, por lo menos. Las causas coyunturales y las causas estructurales. Dentro de las casusas coyunturales tenemos principalmente, la aplicación de unas medidas socioeconómicas de tipo neoliberal conocidas coloquialmente como el “paquete neoliberal” del presidente Pérez. El aumento de la gasolina que trajo como consecuencia el aumento de los precios en general, pero sobre todo del transporte. La baja en los precios de las materias primas (en este caso el petróleo), la escasez de los productos de primera necesidad, la excesiva corrupción del estado y de las élites gobernantes, la   implantación en forma sorpresiva de las medidas sin compensación socioeconómica, la frustración de las expectativas de mejoramiento de la situación socioeconómica, etc. Simplemente la gente había votado por un regreso a la denominada época de abundancia del primer gobierno de CAP conocido eufemísticamente como “La gran Venezuela”. Todo eso fue creando un clima socioemocional de frustración y crisis de las expectativas que se expresaba en el Inconsciente colectivo del pueblo venezolano como la “sensación de haber sido engañado” de manera que el esquema es muy fácil: frustración-conflicto-violencia. Dentro de las causas estructurales tenemos la implantación de un modelo neoliberal de desarrollo desconocido por la gente común. La situación mundial del capitalismo encaraba la necesidad de un reajuste estructural del sistema que significaba el paso de un modelo de acumulación tradicional basado en una división del trabajo que suponía un desarrollo desigual y combinado para pasar a un modelo de capitalismo financiero basado en la valorización compulsiva de capital. El modelo era la libertad total de mercado.

A nivel nacional, el evidente fracaso del modelo sociopolítico bipartidista fundamentado en los grandes partidos y en donde el estado era el gran capitalista con el consiguiente desencanto de las grandes masas de este modelo que se había distanciado del “hombre de a pié” y que sentía un abismo entre las élites gobernantes y el pueblo.

Las motivaciones de la gente debido a estas “fracturas socioeconómicas y sociopolíticas” y a un proceso de empobrecimiento creciente no era “tumbar el gobierno” o hacer la revolución sino apoderarse de los bienes materiales que se les había crónicamente negado por un sistema que generaba cada vez más acumulación en pocas manos y pobreza estructural.

La crisis del sistema en lo que se denominó “viernes negro” creó un antecedente histórico que “poco a poco”fue  minando la paciencia de la gente que observaba como expectador el desastre socioeconómico del país al que  habían conducido las “élites gobernantes”. La gente decidió saltar de las “gradas” a la “platea” y abandonar su rol de espectador pasivo para tomar por su propia mano lo que pensaba que en justicia merecía y que injustamente se le había negado.  

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