El conflicto como motor de cambio personal y social

El conflicto como motor de cambio personal y social

En la actualidad los conflictos son algo que vivimos o escuchamos a diario, y casi siempre los percibimos como un aspecto negativo de nuestra vida, ya que lo primero que nos viene a la mente es que es se trata de una situación que causa o causará seguramente una serie de problemas.

Nuestra sociedad percibe el conflicto como algo por demás anómalo o antinatural porque supone que el estado deseable del ser humano es estar tranquilo, vivir sin preocupaciones o problemas o al menos es lo que nos hacen creer. Sin embargo, debemos reconocer (aunque no nos guste) que el conflicto es una parte inseparable a los seres humanos.

Pero ¿qué es el conflicto?, ¿por qué motivo es considerado siempre como un aspecto negativo en nuestra sociedad? y finalmente ¿por qué es necesario el conflicto en nuestras vidas?

Para comprender mejor este asunto y antes de hacer conclusiones, es importante conocer su significado. Según la definición de la Real Academia Española^[1], la palabra conflicto viene del latín “Conflictus” que significa el momento en que la batalla es más dura, es sinónimo de combate, lucha, pelea, oposición de intereses, antagonismo , apuro, situación desgraciada y de difícil salida.

Podríamos señalar entonces, que la carga negativa que existe acerca del conflicto es debido a que en muchas ocasiones constituye el origen de peleas, discusiones, fracturas o separaciones no solo entre personas, sino también en sociedades y  entre diferentes países en el mundo.

Para el psicólogo Stephen Robbins (2004)^[2] el conflicto puede definirse como “Un proceso que se inicia cuando una parte percibe que la otra ha afectado de manera negativa o que está a punto de afectar de manera negativa, alguno de sus intereses”. (p 395)

En mi opinión, no solo existe el conflicto cuando están involucradas dos o más partes, creo que también podemos tener conflictos internos y que podemos percibirlos como una situación que nos puede afectar de manera importante, pero también podríamos verlo desde una perspectiva totalmente diferente y positiva, ya que cuando tenemos un conflicto interno nuestra naturaleza humana nos obliga a resolverlo de la mejor manera posible porque su origen y solución solo depende de nosotros.

De esta misma forma lo veían antiguos filósofos griegos como Heráclito y Platón, puesto que no percibían el conflicto de manera anormal o negativa sino todo lo contrario, para ellos era parte importante de las relaciones sociales y de nuestra naturaleza humana.

Heráclito afirmaba que el conflicto era el origen de todo y consideraba la constante contradicción como algo armónico, ya que para poder distinguir la luz, debe existir también la oscuridad. El ser humano para saber qué es la alegría debe experimentar la tristeza, por lo tanto la constante contradicción en la que se encuentra el mundo es la que lo mantiene en armonía, para este filósofo lo único constante es el cambio, ya que todo se mueve y nada permanece. (Fernández, G, 2010)^[3].

Tanto para la cultura griega como para los partidarios de la teoría conflictivista  “La sociedad encierra dentro de sí contradicciones y objetivos que provocan confrontación. Por esta razón el conflicto es algo necesario, algo inherente a cualquier dinámica social y un motor de cambio del pensamiento individual y social”^[4]. (Lorenzo, P., 2001, p.237)

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