El cuerpo textual de la crónica
Enviado por Lourdes Walde • 12 de Julio de 2017 • Apuntes • 2.673 Palabras (11 Páginas) • 586 Visitas
El cuerpo textual de la crónica
El cuerpo textual de la crónica suele presentarse por título y otras frases, en diferentes tipografías, fotos, gráficos, etc. El conjunto de cuerpo y paratextos constituyen el formato de la crónica.
Los paratextos más habituales en el discurso peridístico son:
- Título: es el paratexto principal que no puede faltar, aparece en una tipografía (tipo de letra) mayor y sobresaliente.
- Volanta: consiste en un sobretítulo que se coloca en la línea anterior al título. Ayuda a subdividirlo para que el lector pueda comprender mejor el tema.
- Copete: Es un resumen de la información que incluyen algunos elementos más que el título. Su función es la de ampliar la información brindada por el título a través de un resumen independiente del texto o cuerpo de la noticia.
- Bajada: Se la coloca inmediatamente debajo del título con el fin de ampliar su concepto.
- Foto: es una imagen que guarda relación con el contenido de la información.
- Epígrafe de foto: es un texto que se coloca debajo de la foto y explica lo que la imagen está mostrando.
- Subtítulos: Ofrecen otros datos de los que aporta el título principal para explicar mejor el contenido que se lee.
En el cuerpo textual de la crónica se presenta la información anunciada por algunos paratextos, es decir, se desarrolla la noticia. Los autores definen a la noticia como aquel hecho nuevo de la realidad que los medios periodísticos considerar que es socialmente relevante y que por lo tanto merece ser comunicado.
El estilo de la crónica periodística
El estilo de la crónica ha de ser directo y llano, esencialmente objetivo, pero al mismo tiempo debe plasmar la personalidad literaria del periodista.
Aunque debe admitirse una libertad expresiva en la actitud literaria de la crónica, no puede admitirse como una práctica aconsejable que sea transparente en ella un exceso de estilo editorializante. Los juicios de valores, las interpretaciones y análisis típicos del estilo de solicitación, mejor que pasen poco menos que inadvertidos en una buena crónica periodística, subordinados siempre al principal cometido de este género reservado para reporteros: la narración de sucesos y la exposición de datos.
El uso de la narración y descripción en la crónica
La crónica es la narración de un suceso ocurrido en un tiempo determinado. Este género se aproxima mucho a la literatura, antes de que se considerara un género periodístico estuvo dentro de los géneros literarios, se usaba para narrar sucesos históricos siguiendo un orden de tiempo.
Es una historia que contiene hecho o eventos ordenados cronológicamente, en una línea de tiempo. Se utiliza una forma narrativa para contar los sucesos y destacar su importancia.
Cuatro aspectos fundamentales: el contenido (el hecho que se narra), la forma (el enfoque que se le da al tema), el tono (la manera en la que el periodista se dirige a los lectores) y el efecto (los resultados que esperan obtenerse con ese escrito).
Dos tipos de crónica: la periodística y otra literaria. En la primera hay algo que es innegociable, el que no debe contener ni un gramo de fantasía, la segunda puede darse el lujo de incluir la ficción. Mientras algunos consideran que la crónica es el género periodístico que más informa, otros observan que se trata del más opinativo o editorializante.
Las crónicas se arman combinado diferentes elementos, estos son:
Segmentos narrativos: Se dedican a los acontecimientos que pueden ser considerados procesos y ponen el acento en el aspecto temporal del relato. Esto hace que predomine el tiempo pretérito (Martín Friedelmeier fue nombrado interventor del Museo del Libro) y el presente histórico (Encuentran valiosos ejemplares del siglo pasado que no habían sido catalogados en los inventarios del Museo del Libro)
Segmentos descriptivos: En este caso, el texto se detiene sobre objetos y seres dejando de lado el aspecto temporal. El proceso es descrito como un espectáculo y el objetivo es justificar el porqué de los acontecimientos así como también la psicología de los personajes implicados. Por otra parte, los segmentos descriptivos colaboran en la creación de la idea de que el periodista estuvo presente físicamente en el momento en que el acontecimiento tenía lugar.
El ambiente
Se utilizan descripciones para ambientar al lector. Una crónica, entonces, es la fotografía de lo que ocurre en la vida de las gentes y las comunidades que viven con sencillez, narrada de modo sencillo para que sea entendida y comprendida por todos. Esta permite desglosar la vida de la gente, con sus dichas y desdichas, alegrías y tristezas, fracasos y triunfos, hechos, las situaciones, las vivencias, las experiencias, la investigación y el documento. El relato hablado de las personas y del tiempo, en una crónica, la experiencia humana rige la estructura narrativa.
La rigurosidad informativa y la belleza cadenciosa de la palabra en una crónica, en un texto periodístico cualquiera, no son un artificio que provenga de una norma o una disciplina. Una crónica es ante todo un relato que necesita libertad para crear y recrear los hechos y el lenguaje. Es un relato detallado, principalmente en tiempo de un suceso. Narra el hecho, la acción, el paisaje, la trama y las ideas y describe a los personajes y a las ciudades
El buen cronista va más allá del puro y simple acontecer. Su mirada, por así decirlo, atraviesa el mundo en torno y convierte lo opaco en translúcido y transparente. Finalmente, diremos que el propósito de la crónica se centra en informar y orientar. Así mismo él nos asoma al mundo externo, dándonos los hechos como asimilados y digeridos. Por ello la crónica consiente un vocabulario rico, trabajado, íntimo y personal. En el reportaje se nombran las cosas; en la crónica se las designa y matiza. De ahí que el cronista pueda utilizar sin miedo el lenguaje metafórico: la ironía, la hipérbole y la paradoja.
La crónica y la escena diálogada
La escena dialogada en la crónica emula a un típico guion de cine en el que dos o más personas (identificadas) se comunican entre sí.
En el lenguaje periodístico recoge la voz de los “personajes” de la historia. En la encuesta y la entrevista, como ya sabemos, igual que en la tertulia, el diálogo se enriquece con juegos de preguntas y respuestas predeterminados, según la pericia y experiencia previa del entrevistador y del entrevistado. En el lenguaje literario el diálogo constituye un elemento imprescindible para la caracterización de los personajes, pues son ellos los que descubren, al hablar, distintas facetas de su personalidad, así como su actitud ante los hechos y la intención que los mueve. Por lo general, el autor pone en boca de sus personajes el habla que corresponde a su edad, educación, grupo social, cultura e ideología, quedando así caracterizados por el lenguaje que usan. Además, el diálogo suele reproducir la espontaneidad y viveza del lenguaje oral, dotando de realismo ambientes y situaciones. Por su parte, la obra dramática se apoya exclusivamente en el diálogo de los personajes, puesto que en ella no interviene el narrador. Asimismo, el diálogo dramático recibe ayuda de las acotaciones (indicaciones orientativas sobre la actuación de los personajes) y puede incluir monólogos (lectura de cartas, reflexiones en voz alta...) y apartes (palabras de un personaje que no escuchan los personajes, pero sí el espectador).
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