El derecho a la eutanasia
Enviado por victorsanroman • 13 de Noviembre de 2013 • Tesis • 853 Palabras (4 Páginas) • 416 Visitas
Eutanasia, cuando la dignidad de la vida se pierde, la muerte asistida es un derecho
La vida es el máximo bien que tiene el hombre, disfrutarla a plenitud es un derecho, pero a veces la enfermedad nos comienza a quitar ese derecho y la Medicina ya no puede hacer nada por frenar esa dolencia. Entonces, surge la idea de poner fin a nuestra dolorosa existencia .
En 1998, Jack Kevorkian, médico patólogo, se dirigió a la ciudad deOakland, en el estado de Michigan, a la casa de Thomas Youk, un enfermo terminal que llevaba años luchando por su vida. La petición del paciente era clara, quería que Kevorkian le aplicará un inyección letal para poner fin a sus sufrimientos, es decir, que le hiciera la Eutanasia.
Un año después, Kevorkian fue encontrado culpable de asesinato en segundo grado y condenado a 15 años de prisión en el estado deMichigan, pues la Eutanasia es considerada delito tanto en los Estados Unidos como en nuestro país.
El concepto de muerte digna u ortotanasia se refiere a la muerte con todos los alivios médicos adecuados y los consuelos humanos posibles, sin la inducción a la muerte del paciente, que sería el hecho esencial que la diferencia de la eutanasia, que es entendida como acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él. Es claro que a veces las personas pierden las posibilidades de luchar por su vida y entonces se tiende a instrumentalizar al enfermo, pero también es necesario respetar su dignidad
La instrumentalización de los enfermos se refiere a la aplicación desmedida de tratamientos desproporcionadamente molestos o caros para mantener la vida, cuando las posibilidades de recuperación son nulas.
Pero en el caso Kevorkian, fue el propio enfermo quien solicito, no ser desconectado, sino que literalmente envenenado por su médico, algo que los más expertos en el tema llaman Eutanasia activa y a la vez voluntaria, pues cuenta con el consentimiento del enfermo.
Pero cuáles casos ameritan su aplicación es algo que ni la ética médica, ni la filosofía han podido determinar, pues existen diversas clasificaciones de los pacientes que están cercanos a la muerte, siendo las principales: el enfermo desahuciado que padece una enfermedad para la que no existe un tratamiento curativo y que es mortal, aunque no necesariamente a corto plazo, y el paciente terminal, que padece una enfermedad irrecuperable, previsiblemente mortal a corto plazo, en torno a dos semanas o un mes.
Se supone que la Eutanasia ofrecería la posibilidad de aplacar y poner fin a ese tiempo doloroso antes de la muerte, a sabiendas de que las posibilidades de sobrevida están agotadas. Sin embargo, esto genera una contradicción enorme para los médicos, pues en el juramento Hipocrático se consigna que: a nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni a nadie le sugeriré que lo tome.
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