“El desarrollo y su importancia en el bienestar y la calidad de vida de la población y lo que ha cambiado a partir del COVID-19”

“El desarrollo y su importancia en el bienestar y la calidad de vida de la población y lo que ha cambiado a partir del COVID-19”

INTRODUCCION

Un país desarrollado es un país que posee un alto nivel de vida. La calidad de vida está relacionada con el bienestar, las condiciones de vida y la satisfacción personal. Para las personas se refleja en la satisfacción de las necesidades básicas que les permiten vivir de una mejor manera (por encima de los niveles necesarios): la salud física y mental, alimentación, abrigo, educación, vivienda, empleo, ahorro, sistema de seguros y de seguridad social, y la accesibilidad a cada uno de ellos. Pero este concepto va un poco más allá, ya que la educación, el servicio de salud al que se tiene derecho o el empleo pueden ser precarios y causar una mayor insatisfacción a nivel personal. Estas cuestiones que no son comparables con las necesidades básicas de subsistencia y protección son las que permiten al ser humano desarrollarse plenamente.

Nuestro país muestra mejoras en 12 de los 21 indicadores de desarrollo económicos, sociales e institucionales al año pasado, de acuerdo a información del Monitor de Indicadores de Desarrollo CADE Mide. De esta manera, Perú mostró mejoras en cuatro de los siete indicadores de desarrollo económico, en seis de los siete indicadores de desarrollo social y en dos de los siete indicadores de desarrollo institucional, según el CADE Mide.

DESARROLLO

INDICADORES DESARROLLO ECONÓMICO

EMPLEO

Si queremos tener una mejor calidad de vida y bienestar, es contar con una oferta suficiente de empleos. El acceso a un empleo seguro, productivo y remunerado de manera justa asalariado o por cuenta propia es un factor fundamental para la autoestima de las personas y las familias para la obtención de bienes y servicios.

Perú tiene 31 millones de habitantes, de ese total aproximadamente la mitad, es decir, 16 millones pertenecen a la PEA. En el 2018 el INEI presento un informe diciendo que gran parte de la PEA tenían empleo y que solo 700 mil estaban desocupadas y que en años posteriores (2019 - 2020) estas cifras mejorarían, pero el desempleo aumentó 6.6% en el año 2019.[pic 1]

Tras llegada del COVID-19 y las medidas que se tomó se pronostica un aumento de 7.1% en el desempleo (Diario gestión, 2020), ya que muchos dejaron su puesto de trabajo (formal o informal). Según el diario Comercio, se indica que el empleo informal crecerá más que el empleo formal en este año.

POBREZA                                                         

Es importante aclarar que los indicadores de pobreza hacen parte integral de los indicadores de calidad de vida, ya que la pobreza incide negativamente en las condiciones de vida de una sociedad. Antes del COVID 19 la pobreza y la pobreza extrema tenían un rumbo descendiente en la mayoría de los países que mantenían un promedio en 2019  de 30.3% en pobreza y 11% en pobreza extrema, la pobreza en Latinoamérica llegaría a 34.7% en 2020 si no se implementan las medidas anunciadas, aquí estamos viendo cifras de pobreza, que son resultado de esta pandemia COVID 19 , pero aun así podemos ver que es muy delicada esta cifra porque estamos hablando que la pobreza aumentaría de 186 millones de personas a 214 millones de personas y la pobreza extrema  sube de 67 millones de personas a 83 millones de personas (CEPAL, 2020).[pic 2][pic 3]

seguidamente realizamos una estimación al 2020 para Perú y la región Cusco, podemos ver que en el Perú como en la región Cusco la pobreza y la pobreza extrema se va incrementar notablemente en el 2020 a comparación de los anteriores años (IPE, 2019).

 INDICADORES DE DESARROLLO SOCIAL

SALUD

La salud interviene en la calidad de vida de las personas, para una vida plena y feliz. Esto influye en el desarrollo social de un país. Cuando no se otorga la importancia que corresponde al ser humano, a su salud, su educación y a los determinantes y elementos relacionados, el desarrollo es afectado, como puede evidenciarse cotidianamente en el caso peruano en todos los ámbitos sociales (Sánchez-Moreno, 2013).

A pesar que nuestro país tuvo un gran crecimiento económico en años anteriores, no se invirtió lo necesario en su sistema sanitario y ahora afrontamos las consecuencias. Después de declarar la emergencia sanitaria y permanecer en cuarentena dictada por el presidente, el ejecutivo aumentó el presupuesto al sector salud para tomar medidas sanitarias, pero con las distintas brechas que existen no se pudo evitar la propagación del virus y la salud de las personas empeoraban; así como:

• Los estratos de ingresos bajos y medios bajos carecen de una adecuada nutrición. incremento la desnutrición infantil y la malnutrición. Los niños y jóvenes aumentaban la cifra de anemia en la que veníamos combatiendo los últimos años.
• Aumento la mortalidad de personas mayores de 60 años, y así afectando la esperanza de vida de las personas.
• Se redujo el capital humano en este sector; es decir, déficit de médicos ya que muchos fallecieron a causa de este virus. (CEPAL, 2020).

Es urgente políticas para enfrentar todos estos problemas, principalmente aquellos de salud alimentaria. En octubre pasado, el presupuesto para el 2020 era un 2.2 % del gasto social del PBI (18 mil 495 millones), muy lejos del 6%, cifra sugerida a los países miembros de la Organización Panamericana de la Salud en 2014. (Miguel, 2020).  Actualmente unos S/1.063 millones fueron destinados al sector salud, el segundo sector que más dinero recibió. (Comercio, 2020)

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