El estudio de las políticas públicas. México: Miguel Ángel Porrúa. (Introducción Redimensionamiento, democratización y pp. 18-27 y 28-41)
Enviado por anmlf • 25 de Octubre de 2020 • Resumen • 2.584 Palabras (11 Páginas) • 281 Visitas
Aguilar, F. Luis (1992a). El estudio de las políticas públicas. México: Miguel Ángel Porrúa. (Introducción Redimensionamiento, democratización y pp. 18-27 y 28-41)
El trabajo intelectual de principios de los años 90´s en el ámbito político, puso de manifiesto las causas por las cuales el gobierno llego tan lejos en sus errores, a fin de saber cómo el gobierno podría ser eficaz en sus tareas y promesas y, más radicalmente, para averiguar si el gobierno podría tener la capacidad de ofrecer soluciones, de qué tipo y a cuáles problemas, sin embargo; lo más importante era y es, definir cuál es el ámbito de lo gubernamentalmente factible y constructivo, es decir la búsqueda por reencontrar y acotar mediante el análisis, estudio y diseño de políticas; lo que deben y pueden hacer bien los poderes del estado: determinar cuáles son los fines públicos a cumplir, posibles de ser realizados y a través de cuales instrumentos y opciones de acción.
1. Redimensionamiento, democratización, racionalidad de la gestión pública.
En la década de los ochenta el estado mexicano, fue sacudido por la demanda social de democratización y redimensionamiento; esto debido a que la insolvencia fiscal del estado mexicano, el detonador del colapso económico; fue interpretado socialmente como desenlace y síntoma de una profunda patología (y no como un simple error de gestión): un gobierno interventor que llegó a imaginarse sin límites de poder y sin límites de recursos (los cuales son en realidad limitados y hasta escasos). Por lo que, ocurrió la insurgencia social, reclamando controles democráticos y asignación eficiente de los recursos públicos.
En ese punto, se evidenció un estado limitado, un gobierno limitado. Donde cada una de las decisiones buenas o malas o regulares, necesita y consume recursos políticos y fiscales (costos de operación y en el caso de ser equivocada, costos de oportunidad en el renglón de la política y en el de la hacienda pública).
Los años de la crisis ayudaron entonces, a aprender y exigir de nuevo el olvidado e irremplazable arte de la elección racional en la política y en las políticas: la democracia y la eficiencia de la gestión pública en donde es necesario trabajar, calcular, producir, fatigarse, para resolver nuestros viejos y nuevos problemas.
Por otra parte, el patrón de policy making (formulación de políticas) modificó reglas (escritas o no), procedimientos (formales o no), expectativas (legales o no), concepciones (mesuradas o desmesuradas) de la relación entre sociedad y gobierno, se redefinieron los linderos del ámbito político y del ámbito privado; es decir, cuáles asuntos alcanzarían el rango de interés público y de agenda de gobierno, y cuáles asuntos serían de naturaleza privada a desahogar dentro del perímetro de las interacciones libres particulares. Además, ante la redistribución del poder político y el reacomodo de la cultura política a consecuencia de la reducción, el reajuste, el "adelgazamiento" del estado; aparecieron nuevos actores políticos con organizaciones, ideas, prácticas y discursos alternativos, con líderes nuevos.
De manera que, lo que empezó tal vez como obligado saneamiento de las finanzas públicas camina hacia una política más plural, autónoma, competitiva. Asimismo el redimensionamiento del gobierno se orienta hacia la reforma del estado, donde los efectos políticos acabaron por ir más allá de los primeros propósitos, sólo financieros o administrativos
Esta situación puso sobre la mesa algunas situaciones: Privatización, desincorporación, desregulación, liberalización, apertura, no son procesos para desmantelar y extinguir el estado. Son para devolverlo a sus funciones originales, a su razón de ser. En la tradición liberal para fines de garantía, regulación y promoción de las libertades. Dicho en lenguaje de economía neoclásica, para hacerse cargo de bienes públicos, externalidades, monopolios naturales y asimetrías de información, puntos donde falla el mercado en la asignación eficiente de recursos.
Por lo que, más allá del redímensíonamiento del estado, están las políticas a imaginar, a construir cerebralmente, a seleccionar rigurosamente, estimando costos, consecuencias, efectividad, para hacer frente en circunstancias de escasez a los ingentes problemas públicos y a los dramáticos problemas sociales de grandes números de población. El estado grande, entre otras cosas, fue la estrategia fallida de solución de problemas públicos y sociales. A consecuencia de la intervención fallida, los problemas siguen ahí, agravados, más difíciles y complejos, tal vez con mayor carga de resentimiento y con explicaciones más enfrentadas, polémicas. Aun con un gobierno pequeño, los problemas públicos siguen siendo grandes. Por ello, lo que cuenta es la calidad de las políticas públicas que se analizan, diseñan, deciden y desarrollan: la calidad de la formulación y gestión de las políticas.
Por lo que el autor señala que el esfuerzo intelectual y práctico ha de centrarse en el proceso de la política, en sus condiciones de consenso, corrección y factibilidad, en su formación, implementación, impacto y evaluación. En averiguar y depurar la manera como ciertos problemas sociales o grupales devienen públicos y agenda de gobierno, la manera como se obtiene y depura la información acerca de los problemas, se les define y explica; las teorías causales que sustentan la construcción y evaluación de las opciones de acción gubernamental, la confiabilidad de los cálculos de costos, beneficios y consecuencias; los mecanismos gubernamentales de comunicación y persuasión para obtener el apoyo de los ciudadanos en torno de una política; los defectos y emergencias a lo largo del proceso de implementación, la evaluación de las políticas, los criterios para terminarlas o continuarlas, la opinión pública que juzga su efectividad y propone opciones diferentes de abordaje...
Por otro lado, el reclamo de democratización mucho tuvo que ver con la necesidad de poner frenos y controles a gobiernos que en ausencia de democracia pluralista y competitiva, el estilo casuístico y monetario de gobernar no sólo terminaron por agotar la hacienda pública y desordenar la administración pública. Cosa más grave, distorsionaron las razones de la legitimidad y del consenso político, al tener que confeccionar sus leyes y políticas a la medida de las utilidades particulares de los diversos demandantes.
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