El liderazgo Centrado en Principios

Capítulos 1 y 2

El liderazgo Centrado en Principios

La gente ineficaz trata de administrar su tiempo basándose en prioridades, mientras que la gente eficaz organiza su vida y sus relaciones basándose en principios.

El liderazgo es la habilidad de aplicar estos principios a los problemas, lo que se traduce en calidad, productividad y relaciones fructíferas para todos.

No hay nada que tienda tanto al fracaso como el propio éxito, ya que es necesario comprender las posibilidades de la gente y no únicamente su conducta.

El liderazgo centrado en principios demuestra que el aprendizaje permanente es lo único capaz de fortalecer las relaciones humanas tanto en el trabajo como en el hogar, es por ello que se pretende orientar a las personas para que adquieran buenas costumbres para lograr ser una persona con principios.

¿Por qué debemos concentrarnos en personas que se centran en principios y cómo podemos alcanzar esa calidad?

Los principios no son un invento nuestro ni de la sociedad; son leyes del universo que conciernen a las relaciones y organizaciones humanas.

Cuando hay confianza elevada la comunicación se facilita con poco esfuerzo, pero cuando no la hay la comunicación requiere de mucho tiempo y se hace fatigosa, ineficaz y extremadamente difícil.

La verdadera prueba de la madurez es cambiar de hábitos desarrollar virtudes, aprender disciplinas básicas, cumplir lo prometido, ser fieles a nuestros juramentos, actuar con valentía y ser auténticamente respetuosos con los sentimientos y convicciones ajenas.

Los principios son objetivos y externos que funcionan obedeciendo a leyes naturales independientemente de las condiciones.

Existen cuatro niveles de liderazgo centrado en principios: El personal que es mi relación conmigo mismo, el Interpersonal que son mis relaciones e interacciones con los demás, el Gerencial que es mi responsabilidad de hacer que otros lleven a cabo determinada tarea y el Organizacional que es mi necesidad de organizar a las personas (agruparlos, capacitarlos, compensarlos, construir equipos, resolver problemas y crear una estructura una estrategia y unos sistemas acordes a ello).

Quienes luchan para centrarse en principios consideran la vida como una misión, no como una carrera; El semblante de una persona basada en principios es alegre, placentero, feliz. Su actitud es optimista, positiva, animosa, su espíritu es entusiasta, esperanzado y confiado. Las personas centradas en si mismas creen que la clave está en ellas mismas, en sus técnicas, en hacer “lo que funciona”.

Si una persona dedica una hora diaria a algún ejercicio básico (ejercicio físico, lectura, etc.) mejorará la calidad, productividad y satisfacción de las demás horas del día, incluyendo las del sueño profundo y reparador. Pero si interrumpe dicha actividad, no logrará su meta previa y estará tenso por el resto del día.

El poder para lograr el progreso y la felicidad reside en la libertad propia para elegir la respuesta propia.

Existen algunos hábitos que utilizan las personas centradas en principios:

1.- Se apoya en la autoconciencia y el autoconocimiento

2.- Se apoya en la conciencia y la imaginación

3.- Se apoya en la fuerza de voluntad

4.- Se apoya en la mentalidad de abundancia

5.- Se apoya en primero comprendes después ser comprendido

Capítulos 3 y 4

Todos nos enfrentamos a fuerzas que nos limitan, oposiciones y desafíos, y eso provoca que en ocasiones hagamos cosas que van en contra de nuestra línea de actuación, de nuestras intenciones y de nuestras resoluciones.

Nosotros no somos nuestros hábitos, nosotros podemos crearlos y destruirlos. No debemos ser víctimas de ellos.

Romper con los viejos hábitos como la indecisión, criticar, comer y dormir en exceso exige algo más que desearlo y poner otro poco de fuerza de voluntad.

Si nuestra definición o concepto de nosotros mismos proviene de lo que los demás piensan de nosotros (del espejo social) adaptaremos nuestras vidas a sus deseos y expectativas.

Una persona ética considera toda transacción económica como una prueba para su responsabilidad moral. Es por ello que la humildad es la madre de las demás virtudes porque promueve la responsabilidad.

El autodominio y la autodisciplina son las raíces de las buenas relaciones con los demás; Si utilizamos estrategias y tácticas de influencia humana para lograr que los demás hagan lo que nosotros queremos podemos triunfar a corto plazo, pero con el paso del tiempo nuestra ambigüedad y falta de sinceridad originará desconfianza.

Tres rasgos del carácter para la grandeza primaria:

Integridad: Valor que nos asignamos a nosotros mismos

Madurez: Equilibrio entre la valentía y la consideración

Mentalidad de abundancia: Emana de un profundo sentido del valor y de la seguridad personal y da como resultado un reconocimiento.

Adentro-Afuera significa comenzar primero con nosotros mismos, comenzar con la zona más interior de nosotros mismos, con nuestros paradigmas, nuestro carácter y nuestros móviles.

El enfoque afuera-adentro resulta en personas infelices que se sienten victimizadas y paralizadas, concentradas en las debilidades de los otros y

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