El Liderazgo Centrado En Principios
Enviado por luisjuarez • 30 de Enero de 2012 • 1.988 Palabras (8 Páginas) • 1.285 Visitas
EDUCACIÓN PERMANENTE DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS OBREROS
La primera aborda los aspectos múltiples (sociales, económicos, psicológicos, pedagógicos, etc.) que han sido tomados en cuenta para llegar a establecer los lincamientos más importantes de la educación permanente. La segunda parte nos informa sobre la manera en que se han instaurado los ordenamientos jurídicos respectivos y los resultados a que se ha llegado en la formación de adultos en Francia.
Desde el principio los autores destacan el hecho de que la educación permanente es concebida en un sentido amplio, es decir, abarcando todas las actividades de la vida social que pueden ser portadoras de educación, y sin limitarse a los aspectos exclusivamente "profesionales" o de capacitación para el trabajo. Esto refleja en buena medida el problema original de la educación permanente y de la educación en general: o sea el de la contradicción existente entre los aspectos "liberadores", humanísticos, que se le asignan a la educación, y el papel de la misma como mecanismo social de reproducción del sistema prevaleciente. Este papel ha sido denunciado repetidamente por los sociólogos marxistas. Desde este punto de vista, Besnard y Liétard consideran que la educación permanente jugará una "función doble: constituirá un elemento de las fuerzas productoras y será factor de crecimiento. Será igualmente el instrumento del desarrollo cultural, individual y colectivo, al mismo tiempo que desempeñará frente a los individuos y a los grupos una función de manipulación cultural e ideológica que apunta a mantener su adhesión al consenso social...".
A partir de este contexto, los autores nos recuerdan que en el estadio preindustrial de la sociedad, la herencia cultural era transmitida de una manera rígida y unilateral. El contenido de esa herencia estaba constituido más bien por hábitos morales y habilidades que por una cultura científica y técnica. El surgimiento de las corporaciones medievales y, posteriormente, de los gremios de oficios, originó que el saber y las habilidades se constituyeran en una parte fundamental de la transmisión cultural. Recordemos, a manera de ejemplo, el saber, celosamente guardado y transmitido sólo a los iniciados, de los masones constructores de catedrales en la Europa medieval. Esta situación contrasta con la fase industrial de manera relevante. Los albañiles, como productores directos, controlaban y dirigían la producción y por ende el saber a ella vinculado. La ciencia y la técnica no se había separado ni independizado sistemáticamente como tales, y por eso la invención del arco gótico y el contrafuerte volante fueron desarrollados de una manera empírica por los mismos productores. Al llegarse a la fase industrial, la situación cambia radicalmente; al enajenarse de su trabajo y de la organización de la producción, los productores se enajenan automáticamente también del saber. La ciencia y la técnica como elementos autónomos y separados de los productores, quedan ahora en manos de los grupos dominantes, introduciéndose así desde instancias ajenas a los productores directos. El saber, así, deja de ser un saber de iniciados para "democratizarse" y convertirse en ciencia y tecnología.
Por otra parte, tenemos que los autores definen los fenómenos característicos de la fase industrial como sigue: "la superación de la empresa y de la familia, un nuevo modo de división del trabajo, una acumulación del capital, la introducción del cálculo económico, y la importancia que adquiere el desarrollo científico y técnico", y añaden: "A las relaciones de explotación económica van, por otra parte, a unirse relaciones de alienación cultural y vinculadas particularmente a la formación, que va a entrar en una fase más profesional".
Así entonces, el primer esfuerzo sistemático de educación de adultos en Francia -hacia 1830 bajo el ministerio de Guizot- está enfocado a impartir cursos a trabajadores. Los resultados demuestran que son los obreros los menos beneficiados por esta enseñanza, la cual es aprovechada más bien por empleados, dependientes, etc.
En este orden de cosas, el problema para los autores radica en que la formación será un instrumento de alienación "si se limita a ser una respuesta técnica a las necesidades económicas de las empresas", considerando que de una manera más amplia es un elemento necesario para adaptar al individuo a su sociedad y a su cultura, lo cual define un "proceso histórico fundamental".
Los autores repasan los conceptos psicopedagógicos que están en la base de la educación permanente. Del establecimiento de un "adulto patrón", a la concepción del hombre como "neoteno"; de la noción de "madurez", como atributo exclusivo de los adultos, al concepto de adaptación de Léon como "normalidad" y "normatividad"; subrayan la necesidad de los enfoques interdisciplinarios que den cuenta del desarrollo del adulto.
Los autores nos recuerdan también, en esta caracterización del adulto, la cuestión de las "motivaciones" y la del "horizonte temporal" (o sea la capacidad del adulto para prever y programar su existencia). Así, la pedagogía de adultos ha establecido una serie de lineamientos que la distinguen de la pedagogía propiamente dicha. Algunas de las características principales las definen de esta manera:
. Que los adultos expresen sus necesidades para hacerlas evolucionar de acuerdo al procedimiento que cada uno prefiere.
. Favorecer los intercambios entre los participantes.
. Suscitar la definición del objetivo por el grupo en función de sus conocimientos.
ESCUELAS PARA PENSAR DE BRUER
Si lo que de verdad desea nuestra sociedad, en materia de enseñanza, es mejorar las oportunidades educativas y los resultados de nuestros alumnos, entonces debe empezar a aplicar en las escuelas todos los conocimientos disponibles sobre el funcionamiento de la mente infantil: cómo piensan, como aprenden y como recuerdan los niños. Pues bien, he aquí una herramienta indispensable para la aplicación de esa ciencia cognitiva en el aula: un libro que proporciona una sencilla introducción general a la investigación cognitiva e ilustra su importancia para el cambio educativo. A partir de ahí, y utilizando ejemplos extraídos de las propias aulas, John T. Bruer no solo nos muestra como se puede mejorar la transición del estudiante hacia un dominio avanzado de la lectura, la escritura, las matemáticas y las ciencias, sino también las vías que pueden sugerirse para motivarlo,
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