El malestar de la globalización. Resumen por capítulos
Enviado por Roman Compeán • 13 de Mayo de 2019 • Resumen • 3.598 Palabras (15 Páginas) • 804 Visitas
Universidad Nacional Autonoma de México[pic 1][pic 2]
Facultad de Contaduría y Administración
Resumen El malestar en la globalización
Ramírez Compeán Vicente Román
Estados y Mercados
Mario Humberto Hernández López
Grupo:
13 de mayo de 2019
Capítulo 1: La promesa de las instituciones globales
En este capítulo el autor comienza hablando sobre las protestas en contra de instituciones internacionales que dirigen el rumbo de la globalización que, aunque no son algo nuevo, en los últimos años han ocasionado eco en Occidente y han generado un mayor nivel de conciencia en las personas. También este capítulo se centra en la pregunta ¿Por qué la globalización es tan controvertida?
La globalización, definida por Stiglitz (2002) como la integración de países y pueblos del mundo producida por la reducción de costes de transporte y comunicación, y el desmantelamiento de barreras artificiales a flujos de bienes, servicios, capitales, conocimientos y personas; es impulsada por instituciones internacionales que mueven capital, tecnología y bienes. El eje de la controversia son los aspectos económicos de la globalización y las instituciones internacionales que fijan las reglas y establecen medidas a aquellos países que necesitan ayuda, especialmente el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (Banco Mundial o BM) porque han estado en el centro de grandes cuestiones económicas como crisis financieras y la transición de países excomunistas a la economía de mercados. Estas instituciones se originaron en la Segunda Guerra Mundial como resultado de los acuerdos de Bretton Woods. A pesar de que tenían como finalidad impedir nuevas crisis globales como La Gran Depresión en Estados Unidos, desde sus inicios han actuado en beneficio de los intereses comerciales y financieros de los países más industrializados por lo que no han cumplido su misión de estabilizar las relaciones internacionales.
Algunas de las consecuencias de los errores que han cometido el FMI y el BM son: la condicionalidad establecida para prestamos a países en desarrollo han causado crisis que derivan en disolución social a largo plazo, la destrucción del medio ambiente, procesos políticos corrompidos que minan la soberanía de los países y veloces ritmos de cambio que no dejan espacio para la adaptación cultural. Carecer de un estado global que supervise y guíe la globalización, así como los EE. UU. lo hizo con el proceso de nacionalización, ha dejado a los países en desarrollo en manos de un sistema impuesto y controlado por los intereses de aquellas esferas de poder que no quieren perder sus ganancias ni beneficios.
Capítulo II: Promesas rotas
“La guerra moderna de alta tecnología está diseñada para suprimir el contacto físico: arrojar bombas desde 50.000 pies logra que uno no «sienta» lo que hace, la administración económica moderna es similar.” (pp 50) Esta frase resume lo tratado en este capítulo: el FMI no tiene interés por conocer las circunstancias específicas de cada país que necesita ayuda y se aleja de su realidad, los ve como clientes, se niega a escuchar sobre asuntos como desarrollo de estrategias y austeridad fiscal, es una organización opaca de la que sale muy poca información y entra aún menos, los países “clientes” no pueden discrepar abiertamente con el FMI porque las preguntas son interpretadas como desafíos a una ortodoxia inviolable.
A medida que la misión de FMI extendió su campo de acción de la competencia económica e ingreso a cuestiones estructurales (privatización, mercados de trabajo, reformas de pensiones) el balance del poder intelectual perdió el equilibrio. El Fondo comenzó a ver las crisis como oportunidades para imponer condiciones más rigurosas que convierten préstamos en una herramienta política para cumplir su agenda. Cada año el fondo lleva a cabo reuniones llamadas “Artículo 4” con el objetivo de asegurar que cada país cumpla con las condiciones que ellos les impusieron, pero en realidad es parte de un proceso de vigilancia y de clasificación de las economías nacionales a su cargo. Por estos motivos se ha calificado al FMI como una nueva potencia colonial.
El autor menciona como ejemplo a Etiopía, que en 1991 tuvo un cambio de régimen liderado por Menes Zenawi, un militar comprometido con la descentralización del poder que en pocos años logró establecer la democracia en su país. En 1997 el FMI debatía con Menes para decidir si darle ayuda o no, a pesar de que la economía de Etiopía era excelente y casi no existía inflación. Sin embargo, el Fondo dijo estar preocupado ya que gran parte de sus ingresos provenían de ayuda extranjera, pero en realidad esto era una maniobra para presionar a Menes a aceptar sus condiciones: abrir sus mercados financieros a la competencia global y dividir su banco en fracciones para que otras compañías pudieran entrar.
Idealmente el FMI debería diseñar programas y políticas con economistas que conozcan profundamente la situación del país para que estas respondan a las verdaderas necesidades y que el Estado pueda asumirlas y estas no sean impuestas. El Fondo debería pasar de la condicionalidad a la selectividad.
Capítulo III: ¿Libertad de elegir?
Austeridad fiscal, privatización y liberalización de los mercados fueron los tres pilares del consenso de Washington y fueron acordados para responder a problemática que se vivía en algunos países de América Latina, pero a menudo estas políticas causaron estragos económicos, políticos y sociales en países subdesarrollados de todo el mundo.
Privatización. La mayoría de los países mejorarían sus políticas económicas si se centraran en proveer servicios públicos esenciales y no en administrar empresas que estarían mejor en lo privado. El FMI propició enérgicamente la privatización y la liberalización de mercados en países que no tenían las condiciones para llevarlas a cabo porque daba por sentado que los mercados surgen rápidamente para satisfacer cualquier necesidad, pero en países subdesarrollados eliminar las empresas públicas puede dejar un profundo vacío. El tiempo y la secuencia lo es todo cuando se trata de privatizar, no se trata de asuntos pragmáticos de implementación, sino de asuntos de principios.
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