El paso a la atonalidad en la segunda escuela de Viena
Enviado por vicente tobar cerda • 19 de Julio de 2021 • Ensayo • 1.508 Palabras (7 Páginas) • 127 Visitas
El Paso a la Atonalidad En la Segunda Escuela de Viena
Nombre Estudiante: Vicente Tobar Cerda.
Profesor: Antonio Carvallo.
Pontificia Universidad Católica de Chile.
Introducción
Antes de hablar del paso a la atonalidad dado por la Segunda Escuela de Viena debemos
ponernos en contexto a los acontecimientos históricos. El sistema tonal había sido implantado
en Europa durante el siglo XVII con un gran éxito, trajo nuevas sonoridades a una Europa
que ya había experimentado siglos de música modal y estaba inmersa en períodos de cambio
extraordinario en todas las áreas del conocimiento y de la vida en sí, la tonalidad trajo consigo
el desarrollo del período barroco, el paso al clasicismo y su confluencia al período que
conocemos hoy en día como romanticismo musical, y en pocas palabras, fue un sistema que
se supo mantener firme a pesar del tiempo gracias a su constante renovación. Teniendo claro
todo lo anterior es lógico hacerse las siguientes preguntas: “Si todo estaba bien ¿Qué llevó al
nacimiento de la atonalidad? ¿Acaso este fue un paso lógico o fue solo una excentricidad de
una esfera específica? Averiguaremos esto a continuación.
Desarrollo
Si bien en la introducción mencionábamos lo exitosa que había sido la implementación de la
tonalidad en occidente hay que ser claros en algo, el sistema se mantuvo vigente a lo largo
de los siglos debido a su constante renovación a manos de diversos compositores los cuales
utilizaban técnicas tales como las funciones transitorias y las modulaciones (las cuales cada
vez se presentaban en mayor cantidad y en intervalos de tiempo cada vez más pequeños),
generando así una renovación en el oído del auditor. Durante el periodo romántico esta
evolución tuvo una aceleración sin precedentes la cual se ocasionó por acontecimientos
históricos tales como la revolución industrial. La vida cambiaba su ritmo, la existencia misma
se hacía insufriblemente más rápida que antes y con ello todo llegaba más apresuradamente,
por tanto, la evolución tonal llegaba a su punto más alto en estos instantes, para así, sufrir
una crisis vista en las obras de compositores como Wagner.
Cuando hablamos de crisis en la tonalidad no nos referimos a que esta se termina y deja de
existir, no decimos que la música se acaba con Wagner, a lo que se va es que esta ha llegado
a un punto tal en el que casi la totalidad de sus recursos discursivos han sido utilizados,
generando así más que una crisis la urgente necesidad de buscar nuevas sonoridades. Lo anterior dicho se remonta a un tropo muy propio del romanticismo (y exagerado aún más en
el post romanticismo) el cual era modular a tonalidades cada vez más lejanas, esto junto a su
constante uso nos revelan el primer punto (ahora sí) de crisis en el sistema tonal, ya que la
base del sistema es el reposo en una nota (tónica), y el uso del recurso anterior hace que esta
tónica sea cada vez más difícil de percibir, generando una especie de pérdida de identidad
del sistema, o en otras palabras, un vivo reflejo del deseo de emprender la mente creativa a
nuevas sonoridades y posibilidades.
Claramente esta búsqueda no fue retenida ni por Wagner ni por la inexistencia de la Segunda
Escuela de Viena, compositores como Mahler, Strauss y Debussy comienzan a desarrollar
lenguajes y discursos que de a poco iban alejándose de la práctica tonal común, haciendo
énfasis en Debussy, quien va más allá que los dos anteriores (claramente no va más allá que
Schönberg y compañía), trayendo de vuelta elementos como los modos, junto con la
utilización de escalas exóticas tales como la escala pentáfona y la escala hexáfona, ambas
teniendo la singularidad de no tener una tónica clara.
“Soy solo una chispa del fuego sagrado”
En diciembre de 1908 (Carthalia, S.E), Arnold Schoenberg estrenaba en Viena su segundo
cuarteto de cuerdas (Op. 10), el cual iba acompañado por una cantante, la cual inicia su
participación con las siguientes líneas:
“Ich fühle luft von anderem Planeten” (Schoenberg, 1908), traducido sería similar a “Siento
aires de otros planetas”.
Este verso y esta obra podrían ser tomados como el arranque simbólico hacia algo nuevo,
algo distinto de la tonalidad, algo que está prontamente a definirse como la atonalidad, la
cual busca traspasar los límites tonales para finalmente, explorar más allá.
Si bien el objetivo de la Segunda Escuela de Viena es claro (dejar atrás la tonalidad), el
problema a resolver es el cómo, ya que al momento de su fundación no son capaces de
proponer un sistema que permita componer de manera atonal (el sistema llegaría finalmente
en la década del 20, el denominado dodecafonismo).
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