El populismo y su aporte a la dificultad de la integración regional latinoamericana

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El populismo y su aporte a la dificultad de la integración regional latinoamericana.

Lorenzo Puentes N.

Resumen

        Latinoamérica posee uno de los mayores potenciales para ser en su conjunto una potencia a nivel mundial, ya sea por sus recursos naturales, su acervo cultural  y/o por sus problemáticas comunes, sin embargo, y pese a muchos esfuerzos de integración regional, éstos no han logrado su propósito último. El presente escrito, explora los factores endógenos que dificultan la integración y como el fenómeno populista, muy presente en América Latina contribuye significativamente a exacerbar dichos factores.

Palabras Claves: Latinoamérica, integración latinoamericana, Populismo, repertorio político populista, factores endógenos, soberanía, voluntad política, neoliberalismo.

1. Introducción

La integración Latinoamericana ya desde los procesos de independencia ha sido uno de los propósitos fundamentales de los países de la región, lo que no es de extrañar si consideramos comparativamente el potencial que ésta posee. Latinoamérica en su conjunto, con los 20 países que aglomera posee aprox. 20 millones de Kms. cuadrados, según datos del Banco Mundial, es decir, casi 5 veces más superficie que la Unión Europea. Por su tamaño podría ser el tercer continente más grande del mundo después de Asia y áfrica, sólo Argentina, Chile y Bolivia son más grandes que toda Europa. Posee sobre 620 millones de habitantes (Wikipedia), 1,2 veces la población de la UE, pero con una población joven que promedia 26,5 años versus los 45,3 de Estados Unidos y Europa. Conserva del orden de 50% de los recursos hídricos del planeta, sólo Colombia tiene más agua que toda la UE. Dada su increíblemente variada geografía, incluyendo sus recursos hídricos, tiene un potencial insuperable de ser una potencia en la generación de energía de todo tipo, Latinoamérica posee las mayores reservas de petróleo del mundo, con un 23% de las reservas a nivel mundial, sólo ecuador tienen más reservas de petróleo que toda la UE, en su conjunto Latinoamérica es el primer productor mundial de litio, el primer productor mundial de cobre, el mayor productor mundial de esmeraldas, la región con más oro y plata del mundo, el tercer productor mundial de alimentos, el primer productor mundial de carne, produciendo un 25% de la carne en el planeta, el segundo productor mundial de pescado con casi 15% de la producción mundial.

Adicionalmente a la enorme riqueza de la región, Latinoamérica comparte un acervo cultural común, ya mencionaba Bolivar en su famosa carta de Jamaica que dirige al Ingles Henry Cullen:

“Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse”

Si bien Bolivar posee una lógica idealista, el llamado “Sueño Bolivariano”, no se equivoca en el común denominador y potencial de sus argumentos, al considerar la América Latina como un solo país.

Es así como la integración Latinoamericana ha sido desde los procesos de independencia un ideal que resulta viable y útil, teniendo en cuenta sus raíces sociológicas y políticas comunes, derivadas de un origen colonial común,  con una población homogénea y con un nivel de desarrollo y problemas comunes como son su renta media, sus altos niveles de pobreza, desigualdades sociales e instituciones políticas débiles que los aúnan en proyectos comunes.

En consecuencia, entre su enorme potencial, la lógica idealista y la base problemática común es natural entender que tanto líderes como académicos sustenten a la integración como una herramienta de desarrollo importante para los países, sin embargo, y pese a esfuerzos sustanciales de la región, ésta ha enfrentado consistentemente dificultades que no les ha permitido avanzar tanto como sus pares europeos, cuyo proceso de integración surge básicamente a la par del latinoamericano, tras la segunda guerra mundial, pero cuyos resultados son ostensiblemente diferentes.

La idea de explicar este fenómeno no es nueva, ni la de buscar más allá de sus fronteras, lo que en realidad a nuestro juicio, son mayoritariamente responsabilidades propias. La idea de la dependencia, el divide y vencerás como se supone las grandes potencias han manejado, la integración latinoamericana, para su propio interés, han sido ideas de moda. En esta oportunidad pretendemos generar una reflexión de como la integración regional latinoamericana se ha visto dificultada también por factores endógenos y en particular como la lógica del repertorio político populista, movimiento social caracterizado por un tono popular de los discursos, los gritos, los remedos de liderazgo carismático, el autoritarismo, la inserción del odio en la sociedad, que parce haber germinado con mayor fuerza en esta región del mundo, exalta y exacerba dichos factores endógenos. Para ello, intentaremos explicar las principales dificultades en la integración latinoamericana que percibimos, el fenómeno populista y como éste exacerba dichas dificultas explicitadas.

2. Dificultades para la integración Latinoamericana

La integración en sí se puede definir “como un medio para alcanzar las metas políticas, económicas, sociales y culturales. En un camino que debería posibilitar que mejoren las condiciones para la inserción internacional, para ampliar y consolidar el desarrollo otorgándole sustentabilidad a la vez que mejora el bienestar de la población, y consolida la estabilidad y la paz” (CAF-FLACSO, 2012, pág. 13). Luego se trata de un proyecto político estratégico, muy atingente en épocas de globalización, sin embargo, a través de la historia podemos observar diversos esfuerzos en pro de la integración, si bien tanto por motivos políticos como económicos, pero con el paradigma que son principalmente económicos, “históricamente se ha demostrado que la primera razón por la cual una parte está dispuesta a interactuar con otra, es por motivos económicos. El comercio y el intercambio, específicamente, han sido el motor por excelencia de estos acercamientos entre actores del sistema internacional. No exclusivamente porque la ubicación estratégica y los acuerdos regionales facilitan la entrada y salida de bienes y servicios, sino porque esto también conlleva a un fortalecimiento de las economías, al incremento de su competitividad desde su condición de bloque económico y no como un Estado independiente luchando por posicionarse en el mercado internacional.” (Ahcar, Galofre, & González, 2013, pág. 84). Pese a ello, en el último tiempo, la crisis financiera global ha incrementado los riesgos de la democracia, el desarrollo y la integración y a puesto de manifiesto el agotamiento del modelo neoliberal, “Actualmente ante el agotamiento del modelo neoliberal, existe un acuerdo generalizado en la sociedad de aproximarse a un modelo de desarrollo sustentable en donde el estado y la política adquieran nuevamente un rol central como orientadores del desarrollo” (CAF-FLACSO, 2012, pág. 36). Y es que en la práctica, se ha demostrado que la integración política cumple un rol fundamental, pues cualquier proceso de integración necesita de un diálogo político efectivo, con entendimientos compartidos afianzados en la confianza recíproca que permita darle seguimiento y acción a las iniciativas. Por lo que la política más allá de entregar un motivo para la integración regional constituye un eje articulador, un buffer y/o genera las condiciones necesarias para desarrollar el caldo de cultivo necesario que permita la integración y cuando ésta (la política) carece de apoyo, debilita el sistema, por lo que si consideramos que “en Lationoamerica se apoya a en un 71% la integración económica, frente a un 59% que apoya la política” (CAF-FLACSO, 2012, pág. 16), podemos al menos intuir el porqué de la proliferación de iniciativas integracionistas sin un resultado concreto real.

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