El velero en la botella

Reseña de la obra:

El velero en la botella es una de las obras más relevantes en la dramaturgia

chilena del siglo XX. Estrenada en 1962, consagró a su autor -Jorge Díaz- y su

trascendencia la ubica entre los clásicos latinoamericanos al poner en discusión

las posibilidades de la escritura teatral y explorar tempranamente en el absurdo y

la angustia existencial del sujeto contemporáneo.

El texto se ordena en tres partes y emplea un lenguaje poético en el tratamiento

de situaciones ilógicas y paradójicas que operan como una crítica de

comportamientos sociales e individuales. La pieza ha sido vista además como un

retrato de los problemas de incomunicación y de búsqueda de afectividad que

comenzaban a diagnosticarse a fines de los 50 y comienzos de los 60.

Su protagonista – David – es aparentemente un joven mudo. Vive junto a su Padre

y sus dos Tías, quienes relacionan su silencio con un retraso mental. No obstante,

David se relaciona y comunica con Rocío, la sirvienta encargada de su cuidado.

El Padre ha convenido con la familia Tudor el matrimonio entre sus hijos, David y

Emiliana (“un bello mueble comprado en Europa”), razón por la que le visitan

acompañados de un notario y una matrona, comisionados de verificar el estado de

salud del novio.

Durante la reunión, los visitantes exigen al joven encontrarse en privado con la

novia. Mientras todos permanecen en el living, se escucha un grito:

aparentemente David ha violentado a Emiliana (“las partes más delicadas de su

cuerpo de cómoda virgen fueron atrozmente vejados por este sátiro”), lo que lleva

al novio a esconderse en el ático de la casa con la ayuda de Rocío mientras los

demás llaman a la policía.

Pasa el tiempo y la familia de David y los Tudor conviven armónicamente en el

mismo hogar a consecuencia de la relación sentimental entre el Padre y la Señora

Tudor. Todos piensan que el novio ha desaparecido para siempre, pero éste

permanece refugiado en el ático donde Rocío le alimenta y le enseña a hablar.

La situación cambia cuando David decide salir de su escondite y hablar con su

padre; éste se resiste a entenderle en tanto se niega a creer que su hijo pueda

hablar. Ante la imposibilidad de comunicación, el joven abandona la casa y llama a

Rocío a seguirle. En su soledad, el Padre reacciona y pide a gritos a David

comunicarle aquello que tenía que decir

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