Enfermedades Cutaneas

Mal de pinto

Enfermedad infecciosa de la piel producida por la espiroqueta Treponema carateum. Se trata de una treponematosis no venérea endémica de ciertas zonas de Centroamérica y el norte de Sudamérica. La enfermedad afecta tanto a mujeres como a hombres, sobre todo a campesinos y niños y adultos. La transmisión se hace de persona a persona a través de la linfa o probablemente por picadura de insecto.

Afecta exclusivamente a la piel y su desarrollo comienza con una lesión en forma de pápula que crece lentamente y tiende a confluir con las nuevas pápulas que van apareciendo alrededor. Al mismo tiempo, se produce un agrandamiento de los ganglios linfáticos regionales. Poco después, se origina una segunda erupción cutánea sin inflamación ganglionar acompañante. Las lesiones cutáneas evolucionan desde un color rozado hasta uno azulado para, finalmente, sufrir una despigmentación.

El pinto blanco, el mas común, suele respetar la cara, los genitales y en general los pliegues y era muy simétrico, datos que sirven para diferenciarlo del vitíligo.

El tratamiento de elección se basa en el uso de penicilina o, en aquellas personas alérgicas a este antibiótico, de tetraciclinas.

Vitíligo

Es una afección hereditaria que se transmite con carácter dominante y que probablemente tiene su origen en fenómenos auto inmunitarios o neurogenos.

Se caracterizan clínicamente por la aparición de manchas acrónica (desprovistas de pigmento) de forma y dimensión variables, que se localizan, a menudo con disposición simétrica, en el dorso de las manos, los párpados y los genitales. La afección, que surge de manera insidiosa, puede permanecer estacionaria durante años, con pocas manchas localizadas en las sedes de elección, pero en algunos casos se difunde a toda la superficie cutánea. De no mediar tratamiento, la enfermedad persiste toda la vida, si bien se han dado casos de remisión espontánea.

Existe una forma clínica muy rara que se dispone en torno a un nuevo pigmentario; es el llamado vitíligo perinévico o enfermedad de Sutton, capaz de determinar la despigmentación del propio nevo, y que ha dado origen a varias hipótesis patogeneticas (¿presencia de autoanticuerpos antimelanina?).

E tratamiento se basa en el empleo de las furocumarinas naturales y de sus derivados sintéticos, los psoralenos. Estos productos se asocian a la exposición de la piel a los rayos ultravioletas, según tiempos y modos establecidos pero siempre bajo control internista y dermatológico. En los casos de origen autoinmunitario demostrado, se puede emplear también los corticosteroides.

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