Ensayo sobre el uso excesivo del celular
Enviado por Tania Yate • 17 de Febrero de 2021 • Ensayo • 1.715 Palabras (7 Páginas) • 4.393 Visitas
En primer lugar, las personas no se comunican por estar prestando atención a su celular. Las maneras de comunicarse han ido evolucionando, antes un círculo social se conformaba por unas cuantas personas y ahora por cientos debido a las redes sociales. Pero no todo es positivo, se ha comprobado que la mayoría de personas prefiere estar viendo su celular que prestar atención a una conversación
En el año 2013, en Australia, se introdujo por primera vez la palabra phubbing en el famoso diccionario Macquarie, ésta surge de la unión de los términos phone (teléfono) y snubbing (despreciar); aludiendo a la conducta de ignorar a la otra persona durante una conversación por utilizar el teléfono celular, interfiriendo en la comunicación interpersonal2. (Borjas, Ramos, & Mora, 2017, pág. 205)
De hecho, el mayor problema es que estas actitudes se están dejando de ver como un problema y se toman ahora como una normalidad. Siendo así la adicción al celular una consecuencia al desinterés y a la habilidad de convertir acciones comunes en algo “normal”, es así que “Cualquier uso o actividad descontrolados puede transformarse en una adicción o propensión patológica que genere dependencia y limite la capacidad de decisión del ser humano” (Mendoza, Dorantes, Cedillo, & Jasso, 2017, pág. 22)
Además, en la actualidad es muy común que en medio de una conversación el emisor es completamente ignorado por el receptor. Me ha pasado cientos de veces que en medio de una conversación con mis amigos o familia soy ignorada debido a la falta de importancia que me dan en comparación con un celular “En la sociedad moderna se pueden observar conductas o hábitos socialmente aceptados porque aparentemente son inofensivos, sin embargo, casi siempre terminan por convertirse en adictivos e interferir con las actividades cotidianas familiares, sociales y académicas” (Mendoza, Dorantes, Cedillo, & Jasso, 2017, pág. 22)
En segundo lugar, debido a la falta de empatía se genera una afectación a la construcción de personalidad. El uso del celular en casos extremos como lo mencionan Santana, Gómez y García (2019) puede generar sensaciones de irritación, aislamiento, evasión e inseguridad. Los estados de ansiedad, depresión, así como las tendencias obsesivo-compulsivas se hacen presentes en aquellas personas que sobrepasan los límites de uso del móvil.
En consecuencia, los niños y jóvenes son los más afectados debido a su poca preocupación por comunicarse en persona (hasta con sus mismos padres). Cada vez es más común ver menores con síntomas de aislamiento y depresión en su etapa de desarrollo que conllevan en algunos casos extremos al suicidio. Esto no solo se evidencia en jóvenes, ahora la tasa de suicidio es más alta que nunca y esto debido a que las personas no se sienten en la capacidad de hablar.
Según la OMS, unas 800 mil personas se suicidan cada año, lo que representa una tasa estimada de 11,4 muertes por cada 100 mil habitantes. Las muertes por propia voluntad representan la segunda causa de fallecimientos entre los jóvenes de entre 15 a 29 años, después de los accidentes de tránsito. (Román & Abud, 2017, pág. 9)
Sumando a esto, es muy común que la mayoría de suicidios se den por falta de conductas sociales, por eso es de suma importancia “Poseer habilidades sociales que le permitan integrarse a los grupos propios de la adolescencia en la escuela y la comunidad de forma positiva” (Román & Abud, 2017, pág. 11). Pero sin unas buenas bases de comunicación en la etapa de desarrollo, es complejo adquirir estas habilidades. Por eso dejar a un lado el celular y prestar mas atención a la vida real nos lleva a una salud mental más sana y a una habilidad social más amplia.
En tercer lugar, el uso excesivo del celular nos lleva a perder la capacidad de comunicarnos con naturalidad. Es irónico y hasta gracioso que por ejemplo “hace años, cuando se necesitaba discutir con alguien, era obligado quedar en persona o llamar por teléfono. En ambas situaciones había que exponerse al otro, lo que de alguna manera inhibe la conducta impulsiva” (Ramírez, 2014)
Por consiguiente, podemos ser testigos que la manera más común y fácil de comunicarse ahora es por medio de publicaciones e imágenes que remontan a las redes sociales, pero en la mayoría de ocasiones (por no decir todas) es una fachada para aquellas personas que no son capaces de tener una conversación más allá de un teléfono, es así que “los adolescentes emplean principalmente las redes sociales para mantener el contacto con aquellas personas que ven regularmente, pero también para mantener la relación con otras personas a las que no ven de manera habitual” (Rodríguez & Fernández, 2014, pág. 4)
Sumando a esto, la comunicación no se efectúa de forma natural ni siquiera con la misma familia ya que “quienes reportaron menos apoyo parental tendían a buscar más relaciones online” (Rodríguez & Fernández, 2014, pág. 4) es por esto que las redes sociales se han convertido en un refugio para la sociedad. Como consecuencia, a la hora de enfrentar la vida real tienen choques emocionales y psicológicos tan fuertes que conllevan a la depresión como ya se habló anteriormente.
En continuación a todo lo
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