Equilibrio macroeconómico con el modelo clásico y keynesiano
Enviado por efrenico • 3 de Marzo de 2019 • Informe • 1.207 Palabras (5 Páginas) • 621 Visitas
Nombre del estudiante: Efrén Enrique Matute Velez
Fecha de entrega: 25 de Noviembre del 2018
- Enunciado de tarea: Utilizando un ejemplo, explique el equilibrio macroeconómico con el modelo clásico y keynesiano
Desarrollo:
El modelo Keynesiano se identifica con el análisis a corto plazo mientras que el modelo clásico con el análisis a largo plazo
El modelo clásico:
Se basa en el principio de que los precios se ajustan de manera natural para conducir a los mercados de bienes y de trabajo al equilibrio. A través del sistema de precios (incluyendo también al salario como precio del trabajo) la economía se ajusta por sí sola cuando se desvía de su tendencia de crecimiento a largo plazo. El sistema de precios (lo que llamamos la ley de la oferta y la demanda) es el mecanismo más preciso para coordinar las decisiones económicas, logrando que el nivel de producción así obtenido sea el más eficiente posible. Desde esta perspectiva, los precios, fijados libremente en los mercados, transmiten los incentivos correctos a productores y consumidores, dirigiendo los recursos a sus usos más productivos.
Es importante destacar que para los economistas clásicos la responsabilidad del crecimiento económico debe recaer exclusivamente en el sector privado, evitando el protagonismo del sector público en las actividades económicas
En el modelo clásico, los precios y los salarios son totalmente flexibles, es decir, siempre se ajustarán a las variaciones de la oferta y la demanda. Bajo este supuesto, la economía tenderá a un equilibrio de pleno empleo. Por ejemplo, si se produjese un exceso de oferta de algún recurso que lo dejara sin ser empleado, bajaría su precio y aumentaría su demanda, corrigiéndose así el desempleo o excedente existente de forma automática.
El enfoque clásico es un análisis a largo plazo donde los precios y los salarios siempre acabarán ajustándose completamente para alcanzar el pleno empleo.
En la Figura 3.1 se representan las principales hipótesis de este modelo. El nivel YPE sería el nivel de producción potencial o de pleno empleo, es decir, el volumen de producción máximo que se podría alcanzar si se emplease el capital y la mano de obra existentes de acuerdo a la capacidad productiva de la economía. Figura 3.1: Un aumento de la demanda agregada, según el modelo neoclásico
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Según la hipótesis de flexibilidad de los precios, la curva oferta agregada (OA) se representa completamente vertical en el nivel de pleno empleo. Esto quiere decir que, según el modelo clásico, la oferta agregada sólo depende de la cantidad de factores productivos disponibles en la economía, no de los precios. La demanda agregada es la curva DA, que representa el gasto total que se desea realizar en la economía y depende inversamente del nivel de precios: cuanto menor sea el nivel de precios, mayor es la cantidad de producto demandada.
La conclusión de este modelo es que si se deja actuar a la oferta y la demanda sin ningún obstáculo, la economía siempre tenderá a estar en una situación de equilibro y éste corresponderá al pleno empleo (intersección de OA y DA).
Modelo Keynesiano:
En este modelo el sistema de precios no funciona siempre de la forma ideal que sugieren los clásicos. Cuando los precios no transmiten rápidamente las señales correctas a los productores y los consumidores, la coordinación entre ambos puede fallar y el mercado puede no alcanzar el equilibrio de pleno empleo tan alabado por los clásicos.
En la economía moderna se distinguen dos tipos de precios: los precios subasta y los precios habituales. Los precios subasta son aquellos que se ajustan diariamente a los cambios de la oferta y la demanda (es el caso de los productos frescos como las frutas, las verduras o el pescado). En el otro extremo están los precios habituales cuyas variaciones son muy lentas (entre éstos nos encontramos los precios de muchas materias primas como los de la electricidad, los de bienes intermedios como el acero o los de los bienes de capital como las máquinas herramienta). En la literatura económica, los precios subasta se denominan precios flexibles y los precios habituales son conocidos como precios fijos o rígidos.
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