¿Es el libre comercio siempre la respuesta?
Enviado por Érika Mesa • 23 de Febrero de 2022 • Resumen • 3.201 Palabras (13 Páginas) • 65 Visitas
CAPÍTULO 3
Mi hijo de 6 años debería tener un trabajo
¿Es el libre comercio siempre la respuesta?
En el siglo XVIII, Daniel Defoe pensaba que los niños podían ganarse la vida desde los 4 años. Creía que su hijo Jin-Gyu, estaba siendo sobreprotegido al tener un techo y cariño, por lo que pensó que debía ser expuesto a la rudeza de la realidad para convertirse en una persona más productiva y preparada para el desarrollo de su futuro. Introducir a su hijo en el mercado laboral a temprana edad podría convertirlo en un brillante lustrabotas o en un próspero vendedor ambulante, privándolo de la oportunidad de ser un neurocirujano o físico nuclear, camino que requería al menos una docena de años más de protección e inversión. Desde su razonamiento, a Oliver Twist le habría mejor si no hubiera sido rescatado, pero incluso desde un punto de vista puramente materialista, sería más inteligente invertir en la educación de su hijo.
A pesar de lo absurdo del argumento de Daniel, los economistas de libre comercio justifican la rápida liberación del comercio a gran escala en los países en desarrollo; porque según ellos estar expuestos a la mayor competencia funciona como un incentivo que aumenta su productividad para poder subsistir, resultado que no se obtiene con la protección. De acuerdo con el argumento, cuantos antes se exponga, mejor será para el desarrollo económico; sin embargo, las industrias en países en desarrollo no sobrevivirían si son expuestos muy temprano a la competencia internacional, antes necesitan mejorar sus capacidades al implementar tecnologías avanzadas y construir organizaciones efectivas, al igual que un niño necesita protección hasta que adquiere las habilidades suficientes para obtener un trabajo bien remunerado; esta es la esencia del argumento de la industria naciente, enunciado por primera vez por Alexander Hamilton. Pero proteger demasiado también es perjudicial, de la misma forma que la sobreprotección de los padres no prepara a los hijos para la vida adulta, muchas industrias se respaldan en la protección del gobierno extendiéndola por medio del cabildeo inteligente.
3.1 El libre comercio no funciona
Bajo la doctrina del neoliberalismo ortodoxo, el libre comercio es bueno, es en efecto, lo que define a un economista neoliberal. De hecho, aunque se cuestione e incluso se rechace cualquier otro elemento de la agenda neoliberal (mercados de capital abiertos, patentes sólidas o privatización) aún se podría permanecer en la iglesia neoliberal, sin embargo, una vez se opone al libre comercio, está invitado a la excomunión. Basado en tales convicciones, durante el cuarto de siglo pasado, la mayoría de los países en desarrollo han liberalizado el comercio en gran medida. Impulsados inicialmente por el FMI y el Banco Mundial tras la crisis de la deuda del Tercer Mundo de 1982, luego, otro impulso decisivo llegó después del lanzamiento de la OMC en 1995. Durante la última década, también ha proliferado acuerdos de libre comercio bilaterales y regionales, desafortunadamente, durante este periodo, estos países no lo han hecho bien del todo, a pesar de la liberación comercial masiva.
México ha tenido un tratado de libre comercio con Estados Unidos (TLCAN) desde 1995, lo cual aceleró su crecimiento, entre 1994 y 2002, el PIB per cápita creció 1.8% cada año, una mejora representativa respecto al 0.1% registrado entre 1985 y 1995, no obstante, México ya había entrado a la ruta del neoliberalismo a mediados de los 80. Esta liberalización eliminó franjas enteras de la industria mexicana que se había construido durante el periodo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), trayendo consigo una desaceleración del crecimiento económico, la pérdida de empleos y la caída de los salarios. El sector agrícola, también resultado afectado por los productos estadounidenses subsidiados.
Además, el impacto positivo del TLCAN (en términos de exportaciones al mercado estadounidense) se ha agotado en los últimos años. Durante 2001 – 2005, la tasa de crecimiento anual per cápita fue de 0.3%. En contraste durante el ISI, el ingreso per cápita había crecido más rápido, un promedio de 3.1% anual. México es uno de los ejemplos del fracaso de la liberalización prematura del comercio mayorista, pero existen más. En Costa de Marfil, luego de los recortes arancelarios del 40% en 1986, la industria química, textil y del calzado colapsaron y el desempleo se disparó. En Zimbabue, tras la liberalización del comercio en 1990, la tasa de desempleó saltó del 10% al 20%.
La liberalización del comercio también ha aumentado las presiones sobre los presupuestos gubernamentales, ya que redujo los ingresos arancelarios, lo que ha sido un problema particularmente grave para los países más pobres. Debido a que carecen de capacidad de recaudación de impuestos y a que los aranceles son el impuesto más fácil de recaudar. Como resultado, el ajuste fiscal que se tuvo que hacer después de la liberalización comercial a gran escala ha sido enorme en muchos países en desarrollo; incluso un estudio reciente del FMI muestra que, en países de bajos ingresos que tienen capacidades limitadas para recaudar otros impuestos, menos del 30% de los ingresos perdidos debido al TLC durante los últimos 25 años ha sido compensado por otros impuestos.
Además, los menores niveles de actividad empresarial y el mayor desempleo también han reducido la recaudación de impuesto sobre la renta, cuando los países ya estaban bajo una presión considerable por FMI para reducir sus déficits presupuestarios, la caída de los ingresos afectó áreas vitales como la salud, la educación y la infraestructura, perjudicando el crecimiento a largo plazo. Es posible que una liberalización gradual sea buena e incluso necesaria, como sucedió en India y China. Pero lo ocurrido en los países en desarrollo demuestra que la liberalización comercial rápida, no planificada y generalizada simplemente no está funcionando.
3.2 Teoría pobre, malos resultados
Economistas del libre comercio se sorprenden con estos resultados, porque teóricamente su argumento está bien probado, sin embargo, su teoría tiene varias limitaciones serias. El argumento está basado en la teoría Heckscher-Ohlin Samuelson. La teoría HOS se deriva de la teoría de David Ricardo, descrita en el capítulo 2, pero difiere en que esta última asume que la ventaja comparativa surge de las diferencias internacionales en las dotaciones relativas de los “factores de producción” (capital y trabajo), en lugar de las diferencias internacionales en tecnología, como en la teoría ricardiana.
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