Estilo y moda

Estilo y Moda

Existe una doble etimología para estilo: stylos proviene del griego y stilus del latín. Tomada del griego hace referencia a las formas de las columnas, a las diferencias en las proporciones y al sentir expresivo de los órdenes. La forma latina contiene una noción de tiempo y presenta una relación más fuerte con la literatura.

De tal manera podemos decir que el estilo se define como aquello donde se alberga la personalidad del que hace o realiza alguna acción. Pero como en todas las artes, en la arquitectura existe el estilo personal, es decir el sello del que proyecta, la manera en que plasma su personalidad en su obra

Todos y cada uno de los arquitectos consagrados como: Van der Rohe, Wright, Aalto, Le Corbusier, Niemeyer, tienen su propio estilo, donde plasman cosas que solo ellos pueden concebir o bien cosas que nos hacen ver las cosas un poco desde su óptica; si bien todos tienen su propio estilo, de igual manera comparten algunas características del estilo de su época.

Y aunque todos tenemos un estilo propio, hay ciertas tendencias que de una u otra manera seguiremos, ya sea por la época, o por los análogos que tengamos siempre en mente, una creación arquitectónica original no consiste en romper completamente con el sistema, sino aprovechar toda la información que se nos proporciona para dar una solución creativa y nueva a alguna situación determinada.

El estilo ordena y aporta orden a la arquitectura, Cuando Louis Kahn se refiere a orden y a aquello que el edificio quiere ser, sin lugar a dudas se refiere al estilo que éste tendrá y a la manera en que se interpretará.

La arquitectura es algo más que solamente crear formas que no cumplen con una función específica, no es proyectar para apantallar visualmente; es buscar las formas que satisfagan las necesidades, siempre imprimiendo parte de nuestra percepción en lo que hacemos, siguiendo una tradición y por ende un estilo, ya sea uno muy personal, o bien, el de la época, aunque siempre termina siendo una combinación de ambos.

Un estilo nuevo, al aparecer, ocupa el lugar del estilo que lo precedió sin invalidarlo; por el contrario, incrementa su significado y realce. En esto reside el interés cultural de preservar los monumentos del pasado. Cada acontecimiento arquitectónico inédito es un hecho novedoso, adaptado a nuevas condiciones.

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