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Etica Y Moral


Enviado por   •  22 de Mayo de 2013  •  2.622 Palabras (11 Páginas)  •  464 Visitas

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Problema: ¿Cómo se debe actuar en la sociedad con Ética o con Moral?

Hipótesis: Tanto Ética como Moral son válidas, la cuestión es que definitivamente en todas las situaciones de la vida se debe actuar haciendo el menor daño posible a los demás.

Delimitación Conceptual

ÉTICA: Con respecto a la ética, Aristóteles propone que todo lo que conduce al hombre a su propio bien y al logro de sus verdaderos fines es una acción buena y todo lo que lo desvía de ese objetivo es una acción mala. Existen distintas clases de bienes; y según la actividad que realice cada uno será el bien que desea conseguir. Y también diferentes fines, que pueden ser parciales y que están subordinados a otros de carácter último. Por ejemplo un médico que cura una herida como fin inmediato para recuperar la salud del enfermo como fin último. Aristóteles trata de explicar el Bien como fin último. Para ello cree necesario remitirse a la ciencia ética individual y luego a la ciencia ética política. El objeto de la ética individual o moral, son las obras humanas y se parte de los juicios morales para establecer principios generales, con el supuesto que existen en el hombre tendencias naturales innatas hacia la armonía, la coherencia y el equilibrio, sabiduría que constituye la base de la ética natural. Por lo tanto para Aristóteles existe una naturaleza humana, una forma “a priori” de ser del hombre con valores absolutos. Para Aristóteles la felicidad es el fin al que aspira todo hombre, relacionada con la actividad virtuosa no transitoria sino durante toda la vida, entendiendo por virtudes la moral y el intelecto, reconociendo que para lograrlo es necesario contar con medios externos. Para ser bueno, dice Aristóteles, se necesita desarrollar un buen carácter, el cual se desarrolla por medio del accionar virtuoso, ya que el hombre tiene ya una predisposición habitual hacia la virtud. El accionar virtuoso crea un hábito y a medida que avanza la educación el hombre se puede dar cuenta que esa actitud le reporta únicamente beneficios, por lo tanto la adopta para siempre y así de esa manera se convertirá en un virtuoso moral. La virtud tiene que encontrar su justo medio, ni caer en excesos ni en defectos. La virtud es la disposición a elegir en base a las reglas del hombre virtuoso, con capacidad de discernimiento moral al tomar decisiones, o sea que posea la sabiduría práctica esencial para saber qué es lo que tiene que hacer según las circunstancias. Para Aristóteles, el hombre prudente es aquel que pueda ver el bien del hombre en todas las circunstancias. La virtud no es extremista, constituye una síntesis entre los opuestos. Ni tan malo ni tan bueno. Es en la síntesis donde disminuye la parte peligrosa de los valores absolutos. (1)

Para Savater Ética sería el arte de vivir optando por lo que no es conveniente, descartando lo que nos es inconveniente.

"Entre todos los saberes posibles existe al menos uno imprescindible: el de que ciertas cosas nos convienen y otras no. No nos convienen ciertos alimentos ni nos convienen ciertos comportamientos ni ciertas actitudes. Me refiero, claro está, a que no nos convienen si queremos seguir viviendo. Si lo que uno quiere es reventar cuanto antes, beber lejía puede ser muy adecuado o también procurar rodearse del mayor número de enemigos posibles. Pero de momento vamos a suponer que lo que preferimos es vivir: los respetables gustos del suicida los dejaremos por ahora de lado. De modo que ciertas cosas nos convienen y a lo que nos conviene solemos llamarlo bueno» porque nos sienta bien; otras, en cambio, nos sientan muy mal y a todo eso lo llamamos «malo». Saber lo que nos conviene, es decir: distinguir entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos

Intentamos adquirir"

"A diferencia de otros seres, vivos o inanimados, los hombres podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para nosotros, frente a lo que nos parece malo e inconveniente. Y como podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos, que es algo que a los castores, las abejas y las termitas no suele pasarles. De modo que parece prudente fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir si

prefieres, es a lo que llaman ética."

En cuanto a la diferencia entre moral y ética hace una distinción "técnica" entre ambas pero las utiliza desde el punto de vista práctico como equivalentes. Expresa: "Aunque yo voy a utilizar las palabras «moral» y «ética» como equivalentes, desde un punto de vista técnico no tienen idéntico significado. «Moral» es el conjunto de comportamientos y normas que tú, yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como válidos; «ética» es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos y la comparación con otras «morales» que tienen personas diferentes. Pero en fin, aquí seguiré usando una u otra palabra indistintamente, siempre como arte de

vivir. Que me perdone la academia..." (2)

Una de las principales tareas de la ética es la de abastecer al ser humano con argumentos sólidos para distinguir lo correcto de lo incorrecto, lo justo de lo injusto (3)

MORAL: Juan Luis Lorda en su libro Moral el Arte de Vivir, que la moral es una arte, como lo es la pintura, la escritura, tocar el piano, etc., en pocas palabras es el arte de vivir. (4)

Según Kant La moralidad es, pues, la relación de las acciones con la autonomía de la voluntad, esto es, con la posible legislación universal, por medio de las máximas de la misma. La acción que pueda compadecerse con la autonomía de la voluntad es permitida; la que no concuerde con ella es prohibida. La voluntad cuyas máximas concuerden necesariamente con las leyes de la autonomía es una voluntad santa, absolutamente buena. La dependencia en que una voluntad no absolutamente buena se halla respecto del principio de la autonomía ―la constricción moral― es obligación. Esta no puede, por tanto, referirse a un ser santo. La necesidad objetiva de una acción por obligación llámase deber. Por lo que antecede resulta ya fácil explicarse cómo sucede que, aun cuando bajo el concepto de deber pensamos una sumisión a la ley, sin embargo, nos representamos cierta sublimidad y dignidad en aquella persona que cumple todos sus deberes. Pues no hay en ella, sin duda, sublimidad alguna en cuanto que está sometida a la ley moral; pero sí la hay en cuanto que es ella al mismo tiempo legisladora y sólo por esto está sometida a la ley. También hemos mostrado más arriba cómo ni el miedo ni la inclinación, sino solamente el respeto a la ley es el resorte que puede dar a la acción un valor moral. Nuestra propia voluntad,

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