Eutanasia. El ser humano debe tener derecho a que se le respete la libertad de acortar su vid

Mucho se habla de la calidad de vida que debe de tener una persona para poder desarrollarse normalmente; cuando se habla de la eutanasia es precisamente que esta calidad de vida de ha perdido y al enfermo solo le resta sufrir en agonía, mientras espera su muerte de manera natural.

El ser humano debe tener derecho a que se le respete la libertad de acortar su vida o, lo que es lo mismo, acelerar su muerte para terminar con sufrimientos personales y familiares ocasionados por el padecimiento de una enfermedad terminal.

La eutanasia se presenta como un conflicto de intereses entre la vida como bien jurídico supremo y el derecho a una muerte tranquila y digna sin imposiciones. Sin embargo, como dice Morillas Cuevas, “La alternativa no es matar o no matar, privar de la vida o no privar, sin más; sino en aceptar una muerte larga y dolorosa o una muerte rápida y tranquila”. También considera que “el acortamiento de la vida de quien sufre una enfermedad incurable para terminar con sus sufrimientos es un derecho que el propio Estado debe garantizar sobre la base del respeto a la dignidad del ser humano…”

Mientras investigaba el tema de la eutanasia y el suicidio asistido por un médico, me di cuenta de que a las personas les cuesta creer que esta debería ser una opción para las personas que tienen enfermedades terminales. La eutanasia es el asesinato sin dolor de un paciente que padece una enfermedad dolorosa e incurable o que se encuentra en un coma irreversible y el suicidio asistido por un médico es la terminación voluntaria de la propia vida mediante la administración de una sustancia letal con la asistencia directa o indirecta de un médico. Aunque la eutanasia y el suicidio asistido son dos cosas diferentes, aún ofrecen la misma ayuda para los pacientes que atraviesan una enfermedad potencialmente mortal.

Hay muchos aspectos que pueden ayudar a todos los involucrados con este tratamiento. No importa cuán difícil se ponga la situación, saber que su ser querido no tendrá que esperar a que comience el sufrimiento puede ayudarlo a darse cuenta de lo bueno que es tener ese tratamiento como opción. Si bien suicidarse no es ético, ¿Preferirías que tu ser querido siguiera enfermándose y sufriendo o preferirías que terminara con su vida de manera pacífica rodeado de las personas que ama? Aquí hay algunas razones por las que la eutanasia y el suicidio asistido son opciones éticas para personas con enfermedades terminales:

1. El dolor y el sufrimiento del paciente terminarán. Con las enfermedades terminales, cuanto más progresan, más dolorosas se vuelven las cosas y más enfermos se ponen los pacientes. Por lo tanto, tener el suicidio asistido o la eutanasia como opción, en caso de que las cosas se pongan demasiado dolorosas o si no quieren prolongar el sufrimiento que saben que se avecina, puede beneficiarle a largo plazo. John DiBiase, quien escribió Eutanasia y calidad de vida: crítica de un estándar subjetivo, afirma considerar la calidad de vida de tratamientos específicos siempre que estos se centren en la carga y la utilidad de los tratamientos en lugar del valor de la vida de una persona. Lo que significa que si se enfoca en cuán beneficioso es el tratamiento en lugar del valor de la vida de la persona, en ese momento puede ver cuánta ayuda será para ellos a largo plazo. Aunque puede ser difícil dejar ir a alguien, no querrás verlo sufrir y no tener la mejor perspectiva de la vida.

2. Se puede reducir el dolor de la familia del paciente. Cuando se piensa en alguien que tiene una enfermedad terminal, uno se enfoca más en cómo está, qué está pasando y qué necesita para sobrellevar su enfermedad. No necesariamente piensas en cómo está la familia del paciente o si han aceptado o no el hecho de que eventualmente perderán a su ser querido. Las familias que tienen personas con una enfermedad terminal quieren aferrarse a sus seres queridos todo el tiempo que puedan. Tener ese sentimiento significa que no necesariamente

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