Exclusion Social

Exclusión Social y Prostitución

Igualmente que el tema anterior, ha resultado bastante controvertido el tema del que se ha ocupado el grupo de Exclusión Social en el mundo de la Prostitución. Habían generado bastante expectativa y la puesta en escena tan particular que llevaron a cabo, no dejó indiferente a ninguno de los presentes en clase.

Intentaron llamar la atención en varios aspectos, comenzando por el poco valor que se le da a la vida de una prostituta en nuestra sociedad. No se les considera como al resto de ciudadanos y damos por hecho que son personas de 2ª categoría, ignorando que tienen los mismos derechos que el resto de la sociedad a llevar una vida digna. Representaron un rol playing de cómo los medios de información contribuyen en gran medida a ello, o como la estigmación les pesará de por vida. El hecho de haber sido prostituta les pondrá muy difícil buscar otro tipo de empleo o relacionarse fuera de ese mundo. El rechazo social es un lastre que llevaran a lo largo de toda su vida.

“El estigma se traduce en un rechazo social que aísla a las mujeres y por tanto, las hace más vulnerables a la exclusión, discriminación y explotación, e impide la mejora de sus condiciones de trabajo. Pero también supone una desvalorización que se extiende a toda la vida de la mujer que, queda así, subsumida en la categoría de prostituta”.

Así mismo también quisieron resaltar como dentro de este colectivo, se dan grandes diferencias en cuanto a nivel social, económico y cultural. Aunque existe una prostitución de alto standing que viven integradas en la sociedad y con un nivel económico y social bastante alto, yo me pregunto ¿qué tanto por ciento representan estas mujeres? El fenómeno de la Prostitución es bastante complejo, la gran mayoría de las prostitutas viven en condiciones infrahumanas y no tienen una mínima calidad de vida.

El tráfico y la explotación y que sufren muchas de ellas va en contra de todos los principios que rigen la vida del ser humano.

Un artículo publicado en diario llamado “Esclavas, las cloacas del comercio sexual”, da las claves de la realidad que se está produciendo en estos momentos a nivel mundial, respecto a este negocio que es la Prostitución. Se basa en el libro `Esclavas del poder´ (Debate), de la periodista y escritora mexicana Lydia Cacho, que ha dedicado cinco años a trazar el mapa de esta lacra contemporánea.

Según este artículo cada año 1.39 millones de personas, en su gran mayoría mujeres, son sometidas a la esclavitud sexual. Desde los prostíbulos turcos a las ceremonias de los `yakuzas´ japoneses, pasando por los oscuros `desfiles de moda´ de Myanmar. Lejos de lo que se pueda creer, el mundo experimenta una explosión de las redes que roban, compran y esclavizan a niñas y mujeres; se está produciendo el desarrollo de una cultura de normalización del robo, compraventa y corrupción de niñas y adolescentes en todo el planeta, que tiene como finalidad convertirlas en objetos sexuales de renta y venta. Según sus investigaciones la sofisticación de la industria sexual ha creado un mercado que muy pronto superará al número de esclavos vendidos en la época de la esclavitud africana que se extendió desde el siglo XVI hasta el XIX. Para comprender este fenómeno hizo un análisis de la postura de varios países respecto a la trata de personas y a la prostitución, examinó las ganancias que la legalización o regulación representa para los Gobiernos, y el valor cultural que sus hombres y mujeres dan al comercio sexual de personas.

Se encontró con naciones profundamente religiosas como Turquía donde está legalizada la prostitución y otras como Suecia, que ha penalizado el consumo de sexo comercial y protegido legalmente a las mujeres que son víctimas de la esclavitud sexual comercial.

En una conversación con un agente turco, se refleja como en la medida en que la prostitución esté avalada o regulada por los Gobiernos, toda política pública entre víctimas y profesionales será infructuosa. Tanto los jefes de policía como del ejército de ese país, ven la prostitución como un negocio y ellos mismos son clientes. El que en Europa occidental se hable de `esclavitud sexual´, lo entienden como un problema de otros no de ellos.

Existen mafias que siempre han funcionado en países como Turquía, Albania o Rusia y se extrañan que desde occidente se esté combatiendo contra estas mafias. Un informe del Protection Project, adscrito a la Universidad Johns Hopkins, revela que en Turquía existen, plenamente identificadas, 200 bandas de tratantes de mujeres y niñas. Según datos de la OIM (Organización Mundial de las Migraciones), desde 1999 hasta la fecha, 250.000 personas han sido traficadas para diversos fines a través de Turquía, las autoridades turcas solo reconocen oficialmente que entre 2003 y 2008 se han identificado como víctimas de la trata a 994 personas. El negocio de la prostitución deja mucho dinero, y aunque han encontrado niñas de 14 años ejerciéndola, el gobierno mira para otro lado.

O el caso de una joven estadounidense de 18 años, utilizada por mafias de prostitución de lujo en Japón (yakuzas), engañada en el contrato de trabajo que tenía firmado y drogada, fue violada por varios hombres de una secta japonesa. Es una de las pocas supervivientes de los Yakuzas que ha servido a las autoridades para aportar datos de personas y descripción de lugares de estas redes de tráfico de personas.

Por último en Myanmar, zona que vive una guerra étnica, la trata y la explotación sexual de mujeres es un negocio de Estado, y específicamente del Ejército. Según las organizaciones de mujeres, solamente en Rangún hay entre 5000 y 10000 mujeres obligadas a ejercer la prostitución como medio de subsistencia. Entre 800.000 y 1,5 millones de personas huyen de este país hacia otros países en los que son explotadas y tratadas como esclavas. El Banco asiático de Desarrollo ha informado de que el 25 % de las adolescentes forzadas a la prostitución en Myanmar son portadoras del VIH y muchas ya han desarrollado el sida. Sin servicios de salud, seguramente morirán pronto. En este país se han creado negocios de entretenimiento dedicados a los desfiles de moda, que son máscaras que utilizan también en otros países asiáticos para la trata de mujeres dedicadas a la prostitución de forma forzada.

Podemos decir que estos casos están muy lejos de nuestro país, sin embargo, cuántas veces vemos en las noticias como en locales de nuestra ciudad, llevan a cabo operaciones policiales y se encuentran con numerosas mujeres procedentes de otros países que se encuentran ilegalmente en nuestro país, con lo cual se demuestra que este negocio se produce a

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