FORMAS ADMINISTRATIVAS DEL GOBIERNO

FORMAS ADMINISTRATIVAS DEL GOBIERNO

INTRODUCCIÓN.

“LA PLANIFICACIÓN GENERAL DE LA acción de un Gobierno es útil sólo en la medida en que se transforma en un cálculo que precede y preside la acción del mismo en el día a día. Es decir, llega a ser un proceso práctico”.

Toda práctica de planificación es una combinación dosificada de cálculo previsivo que se prealimenta de una simulación constante del futuro y de cálculo reactivo que se retroalimenta de la constatación de los problemas agravados o atenuados. Pero el estilo de Gobierno dominante en nuestros países casi no deja espacio a la previsión y agota todas sus energías gestando respuestas inmediatistas a los problemas ya acumulados que muestran señales de trasponer los límites que marcan el deterioro de la adhesión popular.

“La ciudadanía castiga a los Gobiernos después de un período de espera restándoles adhesión y, en última instancia, votando por la oposición en las contiendas electorales donde se decide el cambio de Gobierno. Pero ese castigo no renueva las prácticas de gobierno, los dirigentes políticos no aprenden de la historia reciente e insisten en los mismos errores. Por esta vía, el voto-castigo en las elecciones presidenciales es un juicio de eficacia que no produce mayor eficacia y, en cambio, genera a la larga desaliento y desconfianza. ¿Cuánto puede durar un sistema que al final termina por garantizarnos como principal beneficio la libertad de observar en paz cómo los problemas se agravan? ¿Cuánto durará esa paz sin eficacia, justicia y empleo, pero con hambre?”^[1]

MARCO GENERAL

El razonamiento respecto a la significancia propuesta por autores clásicos en contraste con la realidad que se enfrenta en la actualidad es un imperativo que debe atacarse, resolviéndose con cautela y suma delicadeza, pues en ocasiones promueve disparates en relación con los conceptos y lo que es posible apreciar.

Es necesario considerar la relevancia de los tópicos aquí presentes, sin embargo hay un sesgo que impide a la sociedad observar el papel que está jugando el Gobierno en materia de aceptación en este contexto en el cual se encuentra metido. Y esto se menciona con hechos fehacientes y en la mano, estadísticas desalentadoras que repudian el sentir del pueblo mexicano:

“Nunca había pronunciado el secretario de Hacienda palabras más certeras: “Tenemos que hacerle frente a lo que es en la actualidad realmente importante para la sociedad mexicana … se trata de una cuestión de confianza”, y “podemos realizar 10 reformas energéticas, pero si no añadimos confianza, no podremos aprovechar todo el potencial de la economía mexicana”.

La mayoría de las definiciones aluden a la confianza como la creencia o presunción (otros dicen la esperanza o seguridad) de que una persona o grupo será capaz de actuar de una cierta manera frente a una determinada situación. En contrario sensu, la pérdida de confianza se da cuando se incumple con la conducta esperada de forma continuada en el tiempo; cuando no hay regularidad o predictibilidad en el comportamiento del otro o la hay, pero en sentido contrario a lo que se esperaba.

Éste es, creo, el verdadero sentido de la pérdida de confianza a la que aludió el secretario Videgaray. Esto es lo que le ha pasado al gobierno de Peña Nieto y a la clase política en general. La gente se siente traicionada en su confianza porque percibe que el político gobierna no para el interés de la mayoría sino para el propio, porque advierte que el dinero público se utiliza no para mejorar su bienestar sino el de los políticos, porque siente que se legisla no para el hombre común sino para el poderoso, porque piensa que la justicia no es un derecho ciudadano sino un privilegio para el que puede pagarla, porque descubre que la autoridad se comporta no de acuerdo a las leyes y a la ética pública sino de acuerdo a la costumbre de la corrupción.”^[2]

La confianza que ayuda a generar una relación virtuosa entre gobernantes y gobernados simplemente se ha roto y poco o nada se está haciendo por repararla, aunque según el propio Videgaray, el gobierno está consciente de que “…la confianza no se recupera con discursos, no se recupera con palabras, se recupera con hechos, con disciplina y rendición de cuentas…”. La coyuntura es inmejorable para demostrarlo.

1. ESTRUCTURA GUBERNAMENTAL MEXICANA.

¿Por qué hablar de lo negativo sin vislumbrar una notoria, pero minúscula luz de esperanza? La realidad, que en las perspectivas de cada individuo será diferente, es que se tiene una estructura gubernamental de unidad jurídica y política, empero su demostración es abstracta donde cada elemento que integra a México, el humano o población; territorial o espacial; gobierno o autoridad y jurídico o derecho, debe ser descrito, tal y como lo advierte en su Trabajo Pascual Alberto Orozco Garibay, mismo que reconozco y celebro como autor esencial en la elaboración de este ensayo para la materia.

El criterio utilizado por  Orozco consiste en la mera descripción, “el elemento humano o población se refiere a los diferentes tipos de nacionales, extranjeros y ciudadanos que existen en nuestro país.

El elemento territorial o espacial es analizado desde dos vertientes: como espacio geográfico y como ámbito espacial de validez.

El Gobierno o autoridad es descrito en sus cuatro formas que son: república, representativa, democrática y presidencialista.

El Derecho o elemento Jurídico es concebido como el orden jurídico creado por la Constitución, que es el ordenamiento supremo que unifica a los restantes elementos”.^[3]

Orozco a lo largo de su Trabajo, como se mencionó anteriormente, analiza los descriptores y los presenta de una manera tan fácil de entender que es fácil comprender que México por su estructura gubernamental es una unidad jurídica porque los diverso ordenamientos jurídicos existentes están fundamentados, estructurados y jerarquizados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

México, entonces, también es una unidad política porque todos los centros de poder que lo constituyen se encuentran íntimamente ligados en un Estado Federal que se llama Estados Unidos Mexicanos.

Nuestro país es una unidad jurídica y política y deber ser leído en su totalidad lo que permitirá aclarar la confusión que se genera por la pluralidad de autoridades y la diversidad de leyes que existen en nuestro país.

De esta manera la estructura gubernamental del país es una manera visible y viable de ejercer, de la mejor manera, una correcta administración de los recursos, dando confiabilidad y viabilidad a sus funciones, así como a su Gobierno.

Entonces, la estructura gubernamental no se estima con vislumbra vulnerable, es la forma de apreciación social que denota carencias y debilidades en sus gobernantes, NO EN SU ESTRUCTURA.

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