Feminismo de antaño y actual

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ESTADO DEL ARTE

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“El feminismo ha afrontado siempre la violencia contra las mujeres, sexual y no sexual, lo cual debería servir de base para una alianza con estos otros movimientos, ya que la violencia fóbica contra los cuerpos es parte de lo que une el activismo antihomofóbico, antirracista, feminista, trans e intersexual.” (El género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad, Judith Butler, Paidós, 1990)

El tema principal es que el género es más un “performance” que algo innato, pues este se enseña mediante la repetición de acciones y principalmente la participación en los roles de género. Deja claro que el cuerpo no es una base estable para la expresión de género y que el género no necesariamente limita el sexo. Entonces, no se puede aludir a un cuerpo que no haya sido interpretado desde siempre mediante significados culturales. Partiendo de la postura del género como una construcción cultural, da por hecho que el cuerpo es un medio pasivo, un “instrumento” con el cual solo se relaciona un conjunto de normas y significados culturales. Habla sobre la falsa creencia de un feminismo y un patriarcado universal. Así mismo, marca un hincapié en que el feminismo toma como sujeto de acción a la mujer, pero al hacerlo, está provocando la creación del régimen cultural contra el cual el feminismo lucha.  Para sostener su postura, la autora menciona la dicotomía kantiana, hablando de la diferencia entre fenómeno y noúmeno. Así mismo, se apoya bastante en el pensamiento de Lacan.

Método: Utiliza el método de análisis – síntesis pues la autora descompone al feminismo en sus distintos factores, explica y estudia cada uno de manera diferente y después los vuelve a juntar y los estudia en relación con la sociedad y la cultura contemporánea.

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“¿En qué sentido puede hablarse de una ética feminista? A primera vista parece que, hablar de una ética feminista es un contrasentido.” (Hacia una crítica de la razón patriarcal, Celia Amorós, Anthropos, 1991)

En este libro, la autora analiza el problema del feminismo donde demuestra la situación injusta a la que se le ha sometido a la mujer durante tanto tiempo y aclara que el feminismo que ella propone no es ofensivo, simplemente igualitario pues busca la igualdad entre hombre y mujer. Sostiene que el patriarcado es posible en la medida en que las mujeres están controladas y si lo están es precisamente porque el patriarcado prefiere identificarse con la instauración de un orden simbólico que se considera como definitorio de la cultura. Asimismo, habla de que el oprimido debe emplear siempre el sistema de sospecha y que el feminismo debería adoptar el mismo método, esto debido a los “valores femeninos” acuñados por la misma cultura y sociedad.  Para sustentar y apoyar su punto de vista, la autora se basa en el pensamiento de distintos filósofos, tales como Marx, Rousseau y Nietzsche.

Método: Utiliza el método histórico lógico, así como un poco el genético, pues va estudiando el feminismo a través del tiempo y en sus distintos momentos. También analiza su evolución y cambio a través del tiempo.

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“Las mujeres han servido durante siglos como espejos dotados del mágico y delicioso poder de reflejar la figura del hombre duplicando su tamaño natural.” (Una habitación propia, Virginia Wolf, Seix Barral, 1929)

Este libro trata sobre una reflexión de la autora sobre las mujeres y la literatura. Se plantea cuestiones diferentes, una de ellas es destacar la relación tan directa entre realidad y literatura, donde la literatura es, o más bien debería ser un reflejo directo y sin distorsiones de la realidad en la que vivimos; sin embargo, no es así ya que, en el punto de vista de la escritora, el mundo de la literatura está plagado por hombres que imponen su inalterable punto de vista. El libro establece una imagen imaginaria que compara a la mujer con un espejo que distorsiona la realidad a favor del hombre, pues la aparente inferioridad de la mujer hace que el hombre se crezca, con ello su ego, viéndose más fuerte, inteligente y poderoso de lo que realmente es. Asimismo, habla sobre los obstáculos de las mujeres para poder convertirse en buenas escritoras, como de que no disponen de una habitación propia para poder obtener la estabilidad mental adecuada y dar rienda suelta a su talento literario.

Método: Utiliza el método de lo abstracto a lo concreto, pues pasa de un supuesto abstracto a uno concreto y material.

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"Las restricciones que la educación y la costumbre imponen a la mujer limitan su poder sobre el universo." (El segundo sexo, Simone de Beauvoir, Cátedra, 1949)

Este libro es de vital importancia, pues de él surgen temas que hasta su época no existían. Analiza, a grandes rasgos, la condición de la mujer desde los diversos puntos de vista de la sociedad, incluyendo el cultural, el científico y el sociológico. Una de las frases más importantes que se pueden rescatar de la obra es “no se nace mujer, se llega a hacerlo”. La obra describe cómo viven las mujeres el hecho de ser “seres” oprimidos, seres trascendentes que no pueden realizar su trascendencia. Explica cómo la sociedad y la cultura moldean, desde la infancia hasta la vejez a la mujer a través de la opresión para que llegue a ser lo que es. Describe todas las etapas de una mujer apoyándose en conocimientos psicológicos de la época y aportando bastantes datos, como de literatura, testimonios clínicos, etc. Se centra en las mujeres a partir de su entorno sociocultural, lo cual supone una minoría a nivel mundial. A pesar de que es un libro relativamente antiguo, algunos de los problemas que aborda aún siguen vigentes y al parecer los eguirán estando por bastante tiempo.

Método: Utiliza el método de lo abstracto a lo concreto, pues describe los procesos y fenómenos que condicionan el desarrollo de las mujeres a nivel de sociedad y cultura.

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“Las mujeres constituyen su humanidad en primer término en torno a la sexualidad. A diferencia de los hombres que parten de ella y de su cuerpo para existir, la existencia de las mujeres está dominada por la sexualidad.” (Los cautiverios de las mujeres: Madresposas, monjas, putas, presas y locas, Marcela Lagarde, Siglo XXI, 1990)

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