Flores En El Desierto

Introducción

Flores en el desierto no es un “sólo” un documental que narre algunas de las costumbres de la etnia de los wirrárikas (conocidos como huicholes), que habitan en lo alto de la sierra de Jalisco y Nayarit; es un retrato intimista que nos revela una cultura que ha sobrevivido a los diversos cambios de la globalización y que posee una cosmogonía centrada en algunos elementos de la naturaleza tales como: el agua, el fuego, el aire y la tierra.

José Álvarez, creador de la cinta, nos presenta un largometraje construido mediante una atmósfera altamente espiritual con elementos como el sacrificio, la purificación, la ascensión, la comunión y que lleva a cabo su peregrinar hacia San Luis Potosí, en busca del Dios peyote, fuente de sabiduría. El largometraje se llevó la Mención Especial FICM 2009.

La película exhibe, entre otras cosas, la caza del “hermano venado” quien deviene ofrenda, debido a que dona su carne para que de ella puedan alimentarse los seres humanos y ésta continúe contribuyendo al ciclo de interminables nacimientos y muertes. Por otro lado, al animal le son arrancadas sus pestañas, símbolo de la agudeza espiritual que representa la visión penetrante, quizás en analogía con la visión profunda del apóstol Juan que posó su cabeza en el pecho de Cristo, el cordero sacrificial, de modo que eso le valió ser el apóstol con la mirada más aguda de todos.

Desarrollo

La “biblia de los mestizos” para este grupo es el peyote, tal como declara Andrés, uno de los líderes huicholes.

El peyote funge a modo de hostia de comunión, en la cual se devora al Dios, similar al cuerpo de Cristo que se “come” en la consagración eucarística, acto denominado por la iglesia transubstanción. El consumo del peyote es el momento cumbre en el cual se participa de los misterios divinos, es el acto sacro por antonomasia y que en palabras de Andrés, fue el peyote “quien me enseño a hablar español, el abecedario todo nos lo enseña a través de los sueños”.

Flores en el desierto es una muestra, una exposición de los secretos de los wirrárikas, tales como la caza del venado, la purificación en el mar, la peregrinación a la búsqueda del dios peyote. Es decir, expone el lado más intimista de la cultura huichol, puesto que apela a las creencias, prácticas místicas y religión.

Fue producida por Mantarraya Films (Jaime Romandia), Hugh Fitzsimons y Foprocine (Fondo del Instituto Mexicano de Cinematografía). La edición de la cinta fue ejecutada por José Luis Fernández. La música original es de Martín Delgado, José Bautista y Jesús González, bajo la batuta de José Álvarez, realizador del documental

El silencio de Sarajevo y el cortometraje Venus, pero que es mejor conocido por haber dirigido y fundado la legendaria estación Radioactivo 98.5.

En una entrevista

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