Genealogía del racismo. De la guerra de las razas al racismo de Estado
Enviado por Danypv98 • 12 de Marzo de 2019 • Práctica o problema • 13.917 Palabras (56 Páginas) • 127 Visitas
Síntesis Foucault.
Nombre: Daniela Pereira Villarreal
Código: 2161053
Asignatura: Fundamentos de sociología
Grupo: A
Fecha: 08/03/2019
Genealogía del racismo. De la guerra de las razas al racismo de Estado.
(7 de enero de 1976 – 17 de marzo de 1976)
Genealogía del racismo no es en realidad un escrito editado por Foucault, sino que es la transcripción de un curso dado en el Collège de France entre finales de 1975 e inicios de 1976 y que se publica en 1992 ocho años después de su muerte. Se enmarca en una segunda etapa de su pensamiento asociada al post-estructuralismo. Debe tenerse en cuenta que su punto de inflexión respecto al estructuralismo se ubica tras los sucesos de Mayo del 68 que estuvieron marcados por una fuerte convulsión política que criticaba la sociedad de consumo y el imperialismo. La influencia de este momento histórico no solo significo un cambio de paradigma, además traslada su interés al presente haciéndolo reflexionar sobre los sistemas y las relaciones de poder de la época, temas diferentes a la salud mental y la psicología que llevaba manejando. Para esto se vale del método genealógico de Nietzsche dejando de lado la arqueología que utilizo hasta 1969 La arqueología del saber, su único trabajo explícitamente metodológico.
Primera lección: Erudición y saberes sometidos.
Desde el inicio de sus lecciones en el Collège de France, Foucault deja claro que la enseñanza es un medio de control público, en su caso particular, una forma de controlar la actividad de investigación, principal fuente de ingresos económicos de la institución, mediante la exposición de sus trabajos cuyo uso por parte de los estudiantes es libre. Esto resulta ser un ejemplo del saber-poder que profundiza más adelante.
De igual forma cuestiona sus anteriores metodologías que no posibilitaban un verdadero contacto pese a la preparación de sus clases y la disposición de los estudiantes a asistir y prestar atención por lo que replantea su método. Igualmente realiza una autocrítica a su trabajo marcado por la discontinuidad, la repetición y el suspenso que justifica en el “retardo febril” y en el saber para nada, la “masonería del saber inútil”.
El trabajo de Foucault hasta ese momento podía enmarcarse en un periodo de no más de 20 años, lo cual le daría razón de ser, y que se caracteriza por dos fenómenos: a) ofensivas dispersas y discontinuas, a su vez efectivas; y b) el efecto inhibitorio de las teorías totalitarias y globales. Estos se traducen en una crítica local que en lugar de ser un burdo empirismo es la prueba de una producción teórica autónoma y no centralizada que hace un retorno en el saber a lo pragmático que da lugar a la resurrección de los saberes sujetos entre los que se encuentran: a) los contenidos históricos que fueron enmascarados en el formalismo y donde se encuentra el origen de las luchas y los acuerdos que dan lugar a su enmascaramiento; y b) saberes descalificados por su falta de cientificidad. Pese a lo paradójico que pueda parecer poner ambos saberes en la misma categoría, su acoplamiento fue clave para las críticas realizadas en los últimos años pues ambas se incorpora el saber histórico de las luchas que hasta el momento se había mantenido al margen.
El acoplamiento de estos saberes es precisamente lo que se denomina genealogía en el sentido nietzscheano y que Foucault utiliza para entender el origen y evolución del racismo. La genealogía es de hecho una anti-ciencia no en el sentido de que reivindican la ignorancia y rechazan el saber sino en el que los saberes se insurreccionan (no respecto a los contenidos, métodos y conceptos) contra su sometimiento al poder y la centralización de las instituciones y discursos científicos, esto es el saber-poder que atribuye a las ciencias efectos de poder. La genealogía entonces da la oportunidad a los saberes excluidos por la ciencia de hacer oposición y cuestionar la coerción del discurso formal. Retomando el uso de la arqueología en una primera fase de Foucault, se tiene que esta es un método y que la genealogía es una táctica.
Entonces se llega a una pregunta obvia ¿Por qué no continuar los estudios genealógicos? El cambio de la coyuntura hizo que la lucha cambiara su fisionomía, los saberes sujetos podían ser incluso recolonizadas y recodificados poniéndolos a favor del discurso unitario que utiliza el poder.
Pero entonces, ¿Qué es el poder? O mejor aún ¿Cuáles son sus mecanismos, efectos, relaciones y dispositivos? A esto responde Foucault con otro interrogante ¿Puede deducirse a la economía? Existe de hecho un punto en común entre la concepción jurídica y liberal y la marxista al respecto, el economicismo en la teoría del poder. En la primera el poder se posee por derecho y que se transfiera a través del contrato (acto jurídico), de esta forma se construye la soberanía. En la segunda se difiere, el poder tiene una función económica, la de mantener las relaciones de producción y dominación de clase posibilitadas por la apropiación de fuerzas productivas. No obstante, se tiene que el modelo del primero es análogo a la economía y el intercambio de bienes mientras que el segundo da una razón histórica al poder político, una forma y una funcionalidad.
Pero ¿El poder realmente está subordinado a la economía? ¿En verdad el poder es un bien? De ser así ¿Los instrumentos para analizar el poder no deberían ser diferentes? Si así se hiciera el orden entre economía y política no sería de subordinación sino de individualización. Aclarado esto ¿De qué se dispone para hacer un análisis no económico del poder? Simplemente de la afirmación de que el poder no se tiene, se ejerce y solo existe en acto que se mantiene por las relaciones de fuerza. Respecto a su mecánica, la respuesta más común hace referencia a la represión, lo que naturalmente hace el poder y que data desde Hegel pasando por Freud y Reich ¿Luego el análisis del poder debería ser un análisis de los mecanismos de represión? Sin embargo, existe otra respuesta, la que decide enfocarse en el despliegue de las relaciones de fuerza desde el punto de vista de la lucha y no desde el del contrato. Se tienen finalmente dos hipótesis: a) la mecánica del poder es esencialmente represiva; y b) el poder es guerra continuada por otros medios lo cual invierte la afirmación de Clausewitz: “La guerra es la continuación de la política por otros medios”. Por comodidad la primera se llamará hipótesis de Reich y la segunda hipótesis de Nietzsche. Las dos hipótesis pueden llegar a ser compatibles pues la represión puede ser consecuencia política de la guerra, así como la opresión (abuso de la soberanía en el orden político) en la teoría clásica del derecho político.
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