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Gestión escolar y los componentes de la calidad de la educación básica


Enviado por   •  22 de Marzo de 2014  •  Trabajo  •  3.031 Palabras (13 Páginas)  •  371 Visitas

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CALIDAD DE LA EDUCACION Y GESTION ESCOLAR

La redacción de los siguientes párrafos corresponde a la Lic. Sylvia Schmelkes

Introducción

Debido fundamentalmente a un importante viraje en el enfoque de la investigación educativa, que diversificó sus metodologías, volvió sus ojos a la escuela y al sistema, y se preguntó sobre las variaciones con las características de la oferta y su papel en la explicación de la desigualdad educativa, hemos podido constatar que el operar del propio sistema educativo y de la escuela tiene un peso independiente de no poca importancia en la explicación de la desigualdad.

Con ello se cuestiona el anterior escepticismo, y se comienza a considerar que en efecto hay mucho que se puede hacer desde el sistema.

Me parece importante que analicemos con detalle los términos de la relación entre gestión escolar y calidad de la educación, pues ella nos da la oportunidad de problematizar una relación que en algunos sectores se viene dando por supuesta y puede limitar nuestra percepción de los riesgos que puede implicar suponer que todo mejoramiento en la gestión escolar producirá automáticamente un mejoramiento de la calidad de la educación.

Gestión escolar y los componentes de la calidad de la educación básica

No intentaremos definir "gestión escolar". Como todo concepto en construcción, el de "gestión escolar" se define mas fácilmente por lo que no es que por lo que es. Sabemos que el concepto de gestión escolar no es sinónimo de administración escolar, aunque la incluye. Sabemos también que la organización escolar es, en todo caso, y junto con la cultura escolar, consecuencia de la gestión.

Entendemos que la gestión requiere un responsable; que para que la gestión sea adecuada, dicho responsable debe tener liderazgo, y que dicho liderazgo debe vincularse con el quehacer central de la escuela, que es formar a los alumnos. Pero también sabemos que la gestión escolar no reduce a la función del director, sino que pone ésta en relación con el trabajo colegiado del personal y con las interrelaciones que se establecen entre los diferentes actores de la comunidad educativa -incluyendo la comunidad externa- y de éstos entre sí. Supone cierta intencionalidad y cierta direccionalidad de los sujetos involucrados. Por eso, gestión escolar se asocia con la planeación escolar. Así, las interrelaciones que la escuela establemente favorece, y la forma como procura que se tomen las decisiones, no son fruto del azar, sino de la intencionalidad colectiva combinada con las tradiciones históricas y la cultura que esa colectividad ha venido construyendo.

Como hemos señalado en otras ocasiones , la calidad de la educación básica consta de al menos cuatro componentes: el de relevancia, el de eficacia, el de equidad y el de eficiencia. ¿Cómo se relaciona la gestión escolar con cada uno de ellos?

a) La Relevancia de Educación

Una educación básica, para ser de calidad, debe ser relevante. Ahora bien, la relevancia se refiere:

• La que se refiere a la relevancia para el niño que es hoy, y la que tiene que ver con la relevancia para el adolescente y el adulto que será mañana.

Una educación de calidad debe poder ser relevante a la etapa de desarrollo, las necesidades y los intereses del niño que desde hoy es persona. De la misma manera, un sistema educativo de calidad debe mostrar una preocupación por identificar escenarios de futuro que permitan imaginar los requerimientos y exigencias que el medio le impondrá cuando este niño llegue a niveles superiores del sistema educativo y/o mercado de trabajo.

• Una escuela de calidad debe poder dar respuesta a los necesidades individuales y a las sociales. De manera muy especial, una escuela construyendo una sociedad en la que la democracia, además de constituir una forma de gobierno, se convierta en una forma de vida.

Entendemos relevancia en sentido amplio. Como consecuencia de una educación básica relevante, un niño o una niña debe poder sobrevivir, entender el entorno y enfrentarse a la vida en cualquier punto del planteo. Por ello, lo más relevante en la educación básica son los habilidades fundamentales: para comunicarse oralmente y por escrito; para analizar y sintetizar y para colaborar en la solución de problemas.

Una educación relevante no puede comenzar siéndolo si no parte del conocimiento y de la valoración del contexto específico en el que se encuentra inserta la escuela. Esto sólo puede hacerlo cada escuela, no puede hacerse adecuadamente desde ningún nivel central.

b) La eficacia

Este segundo componente del concepto de calidad de la educación se define como la capacidad de un sistema educativo básico de lograr los objetivos (relevantes) con la totalidad de los alumnos que teóricamente deben cursar el nivel, y en el tiempo previsto para ello. Como puede observarse, este concepto incluye el de cobertura, el de permanencia, el de promoción y el de aprendizaje real.

c) La equidad

No es posible lograr plena eficacia sin equidad. Un sistema de educación básica, para ser de calidad, debe partir del reconocimiento de que diferentes tipos de alumnos acceden a la educación con diferentes puntos de partida. Por ello, se propone ofrecer apoyos diferenciales a fin de asegurar que los objetivos de la educación se logren, de manera equiparable, para todos. La equidad implica dar más, apoyar más, a los que más lo necesitan.

Todo ello hace referencia a la gestión escolar. Se requiere un proceso de planeación que permita diagnosticar y definir lo que hay que hacer para aumentar la cobertura y abatir los índices de deserción y reprobación, así como para mejorar los resultados de aprendizaje. Es evidente que ello requiere una coordinación, y que todos los docentes tienen un indispensable papel a cumplir en el proceso. El logro de objetivos como los anteriores, por otra parte, difícilmente podrá alcanzarse sin una vinculación estrecha de la escuela con la comunidad y con los padres de familia, y sin el logro de niveles altos de colaboración.

Interesante también es observar que objetivos de esta naturaleza se tienen que perseguir y monitorear a lo largo de todo el año. Para prevenir la reprobación, por ejemplo, es indispensable que se reconozca el proceso de construcción del rezago escolar progresivo, y que se esté atento, diariamente y en cada salón de clases, a sus manifestaciones a fin de brindar la atención individualizada que permite evitar que dicho rezago se convierta en un proceso difícilmente reversible tendiente a la reprobación.

Cuando una escuela se propone mejorar sus índices de cobertura, permanencia, promoción y aprendizaje, el sistema debe ofrecer los apoyos que ésta necesita para lograrlo

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