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Getion Del Saber Pedagogico


Enviado por   •  23 de Junio de 2014  •  2.286 Palabras (10 Páginas)  •  191 Visitas

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Escuchar, según la definición de Tomatis, es "oír, más la motivación de oír". Oír es la facultad que tiene el niño para recibir sonidos, mientras que escuchar, requiere de la habilidad de seleccionar los sonidos que le interesan entre todos los demás que continuamente le llegan al oído. Oír es un acto pasivo; Oímos ya sea que queramos o no, en cambio escuchar es un acto motivado, activo y voluntario que nos permite monitorear y escoger los sonidos que deseamos percibir. En el escuchar entonces, interviene un factor importantísimo: la voluntad.

En la escuela, el que escucha bien, tiene mayores posibilidades de hacer a un lado los sonidos de fondo y concentrarse en lo que el maestro está diciendo. Este monitoreo aumenta sus posibilidades de comprender y recordar mejor las explicaciones, atender y aprender con facilidad.

Los que escuchan mal, se distraen constantemente con cualquier tipo de ruido del salón de clases, porque no pueden poner a tono adecuadamente su audición, y concentrarse en la voz del maestro. La habilidad de escuchar permite que el niño monitoree con precisión la información que desea.

Este monitoreo del proceso de escuchar también se aplica a los sonidos emitidos por la propia voz. De todos los sonidos que es capaz de emitir con su aparato fonatorio, la habilidad de escuchar le permite al niño, concentrarse solamente en los que son relativos a su lengua materna. Los bebés juegan durante horas y horas repitiendo una y otra vez sonidos y palabras. Así es como aprenden a escucharse a sí mismos. Poco a poco este proceso de escuchar moldea su lenguaje. Los adultos estamos acostumbrados a este proceso que frecuentemente se nos olvida que cada uno de nosotros es el primero en escuchar lo que dice.

El monitoreo al escuchar también se aplica a funciones corporales. La música, por ejemplo, hace que nos den ganas de movernos y de bailar pero nos movemos diferente si escuchamos un vals o rock. Esto demuestra como los sonidos pueden influir directamente en nuestro cuerpo. Un estudio acerca de las funciones del oído interno explica este fenómeno. El oído interno no sólo nos permite percibir los sonidos, sino que participa en el monitoreo de todos los movimientos corporales, las funciones motoras, el equilibrio y la postura. Las funciones motoras deben de estar establecidas para la adquisición del lenguaje oral y escrito. La escritura, por ejemplo, requiere de un control perfecto de los movimientos de los dedos, de la mano y del brazo. El proceso de escuchar prepara al cuerpo para convertirse en el instrumento para expresar el lenguaje.

Para comprender qué es lo que le da a una criatura la motivación de oír, se necesita entender cuál es el propósito de escuchar. Debido a que este proceso se establece antes del lenguaje, y de hecho, le prepara el camino al lenguaje, el propósito principal de escuchar, es establecer la comunicación entre el infante y su medio ambiente. La función de escuchar, sólo se desarrollará adecuadamente si el niño está motivado a comunicarse con el mundo que lo rodea y si esta dispuesto a ampliar sus fronteras. La falta de motivación puede afectar el proceso de escucha en cualquier etapa de su desarrollo. Entre más temprano se vea afectado, más severo será el problema de escucha.

Si la habilidad de escuchar no se establece adecuadamente, las funciones motoras, las del lenguaje y el deseo de crecer y comunicarse tampoco se establecerán adecuadamente. Conociendo esto podemos detectar los problemas de escucha desde sus inicios.

DETECCION DEL PROBLEMA DE ESCUCHA EN NIÑOS PREESCOLARES

En los niños en edad preescolar podemos detectar si existen problemas de escucha en 4 áreas:

1. Respuesta a los sonidos.2. Funciones motoras.3. Funciones del lenguaje.4. Algunos aspectos de actitud y conducta.

(1) RESPUESTA A LOS SONIDOS

En la mayor parte de los casos, los niños con problemas de escucha parecen oír sonidos tan bien como cualquier otro niño; otros, son demasiado sensibles y reaccionan en forma exagerada ante alguno de ellos, ya sea con temor, "estrés", dolor o disgusto. El "oír demasiado" puede ser ocasionado por un problema de escucha y se deriva de la incapacidad del oído para regular el sistema de enfoque del mismo.

Podemos detectar si un niño "oye" demasiado, cuando pide frecuentemente a sus padres que le repitan lo que dijeron. Los síntomas principales de que existe un problema de escucha, son: 1)los lapsos de atención muy cortos 2) la distracción 3) no entender o interpretar mal lo que se le dice por lo que reacciona inadecuadamente. Por ejemplo, puede contestar algo que no tiene nada que ver con lo que se le preguntó; también puede molestarse ante un mensaje que no tenía la menor intención de molestarlo.

Existen otras conductas que, aunque son similares a las que hemos identificado como problema de escucha, pueden de hecho, significar que hay una pérdida real de la audición. Por ejemplo: cuando los padres tienen que hablar en voz alta para obtener una respuesta o cuando el niño constantemente le sube el volumen a la televisión o al radio. En estos casos, se recomienda que un audiólogo o un especialista en oídos, nariz y garganta le haga una prueba para verificar si hay una pérdida de la audición, alguna infección del oído u otro padecimiento de tipo médico.

De 300 niños con problemas de aprendizaje que fueron evaluados en Toronto, 46% habían tenido infecciones recurrentes del oído cuando eran pequeños. Las infecciones crónicas del oído desempeñan un papel significativo en las causas de los problemas de escucha.

(2) FUNCIONES MOTORAS

El sistema vestibular del oído controla las funciones motoras del cuerpo tales como el equilibrio, los movimientos corporales y la postura y responde a los estímulos sonoros.

Si existe un problema de escucha durante el primer año de vida antes de que el niño adquiera las funciones motoras; puede afectar el desarrollo posterior del lenguaje. Así mismo, puede ser la causa de un retraso, lentitud o torpeza para sentarse, pararse, gatear y caminar. Estos niños presentan síntomas de dominio de lateralidad mixta, que dicho de manera más simple significa, que desempeñan algunas tareas con una mano y otras con la otra. En casos extremos, la mano que utilizan para desempeñar una tarea específica es impredecible. Frecuentemente su coordinación es deficiente, son torpes y generalmente inquietos. Al hablar se mueven constantemente de manera incoordinada.

En sus dibujos, la representación de figuras humanas es tardía; y durante mucho tiempo sólo dibujan la cabeza en detalle, como si las otras partes del cuerpo realmente no importaran. Esto

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