Gravitacion universal en las comunicaciones

La gravitación universal en las comunicaciones.

Para poder tener en órbita un satélite, debe tenerse en cuenta que este se encuentre en “equilibrio” en la órbita Terrestre, con respecto a la fuerza de gravedad, logrando mantenerse arriba de la superficie (fuera de la atmosfera) y que no salga volando o se caiga (fuerza centrípeta con respecto a la Tierra).

De acuerdo a la tercera ley de Newton si el satélite es lanzado, la fuerza es hacia arriba, pero la fuerza de gravedad le jala hacia abajo, siendo la misma fuerza con una dirección contraria.

Al salir a la atmosfera, por la ley de la inercia, este intentara seguir la trayectoria de la velocidad con la que fue lazada (que desde nuestro punto de referencia es una línea recta, pero realmente gira junto con nosotros y la Tierra), sin embargo, queda atrapado en la órbita terrestre y comienza a girar en ese lugar, al girar se efectúa la fuerza centrípeta, que evita que el satélite caiga debido a la gravedad.

Gracias a las telecomunicaciones, un satélite puede ser controlado desde distancia, y así puede modificarse su posición por si algún objeto natural como asteroides, satélites naturales o el mismo Sol llegan a significar un obstáculo para el buen funcionamiento del satélite; por lo que debe de tenerse en cuenta la masa de cada uno de los obstáculos cercanos y el satélite, y las fuerzas de cada uno respecto a cada uno.

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Al estar en la parte de arriba (con el centro de la Tierra de referencia) este adquiere energía potencial pero gravitacional, esta es debido a que la gravitación es una fuerza conservativa.

La masa y aceleración de la gravedad terrestre en una constante, lo que en términos de el teorema de las fuerzas conservativas quiere decir que el trabajo de la fuerza de gravedad únicamente depende de la posición inicial y final de la masa que se está evaluando, siendo completamente independiente del camino que utilice para haberse movido.

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