HISTORIA DEL DINERO Y DE LA BANCA

HISTORIA DEL DINERO Y DE LA BANCA

La historia del dinero está inmersa en la religión y la política, de hecho, se relaciona desde los orígenes de la humanidad y mantiene una trascendencia mediante las etapas de las revoluciones que hemos ido atravesando y ha adoptado a lo largo de su historia una sistematización y versatilidad en sus diversas formas de intercambio y transaccionalidad.

En los inicios de las sociedades humanas, la generación de excedentes era prácticamente nula, ya que el ser humano cazaba únicamente para satisfacer sus necesidades inmediatas. El aumento de la población obligó a desarrollar nuevos medios para sostener las sociedades, como la agricultura y la ganadería, así surge los excedentes que se utilizaban como intercambio naciendo así el comercio.

A pesar de que el trueque en su momento fue un importantísimo impulsor del comercio y de las sociedades, presentaba problemas. Para solventar esta situación, se tomó un producto como valor referencial, un elemento que sirviera para regular los intercambios como el ganado o el trigo, posteriormente, otros más fáciles de manejar, como el oro o la plata.

A partir de la complejidad y la necesidad de simplificación como la sofisticación de los intercambios de bienes y servicios nace la banca. Sin embargo, sus inicios se remontan en un carácter Sacro, es decir, estaban a cargo de los sacerdotes más conocidos como Banqueros en la civilización antigua.

Según Gómez (1982), en primer lugar, está el periodo Pre monetario el cual data de 3.400-3200 a.C. en el que los sacerdotes prestaban cereales con interés a los agricultores y comerciantes de la región. Asimismo, hacían adelantos a esclavos para redimirse y a los prisioneros para ser libertados. Todas las operaciones se realizaban en especie puesto que no existía la moneda.

Durante este tiempo también los bancos y los sacerdotes contaban con dos principales actividades, los cuales eran, recepción de depósitos y préstamos. Así también en el trascurso de este mismo periodo tuvo su origen el Crédito Hipotecario y el Crédito sobre los bienes. En seguida comenzó el periodo Monetario, que según afirma Gómez (1982), aparecieron las primeras formas de monedas acuñadas en lingotes de oro y otros metales.

En la Edad Media se consiguieron grandes progresos con las técnicas bancarias y crediticias, así es como se generalizaron los bancos de depósito y préstamos y fue de manera especial, con la famosa letra de cambio, que hizo posible las transferencias de débitos y haberes sin la intervención del dinero.

Por otro lado, en La Edad Moderna, de acuerdo a Gómez (1982), la llegada de metales preciosos y la gran expansión comercial impulso el desarrollo de la banca. Aunque la revolución industrial trajo consigo la ampliación de las empresas y la constitución de grandes sociedades, lo que obligo a crear bancos para manejar importantes capitales, a través de una amplia red de sucursales y así satisfacer las nuevas necesidades de crédito. Estos fueron las razones principales para que a mediados del siglo XIX se creara la actual Banca Mundial.

El término de la banca hace referencia al conjunto de actividades económicas consistente en comerciar el dinero. Según Montero (2016) la función característica de la banca es la intermediación entre dos sectores básico de la sociedad: los ahorrantes y los productores. En el Perú, de acuerdo a Terrones (2013), la banca está clasificada en dos grandes grupos: “bancos comerciales y bancos de inversión, clasificación propuesta por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP en la Ley N°26702, conocida como la Ley General”.

Viales (2008) menciona que “A través de la historia, la moneda ha adoptado diversas formas. Siguiendo un proceso de desmaterialización, las formas monetarias han pasado de la moneda mercancía a la moneda virtual de la época contemporánea” (p. 270). Pero la moneda no es únicamente un instrumento económico, pues tiene una dimensión política y social fuerte.

En base a lo referido se puede mencionar que el dinero es todo activo o bien que es generalmente aceptado como medio de pago por los agentes económicos para sus intercambios. Surge en la historia para suplir la escasa eficiencia del trueque, que empezó a utilizarse en el neolítico con los primeros asentamientos humanos.

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