Hallazgo De La Estabilidad

El hallazgo de la Estabilidad

Al iniciar su periodo presidencial, López Mateos se encontró una situación económica que se deterioraba rápidamente. Por otro lado, la actividad productiva había reducido su crecimiento por la disminución de las inversiones públicas, producto del control del gasto para evitar presiones inflacionarias, y de la inversión privada que se retrajo en espera de mejores tiempo.

Las nuevas autoridades hacendarias llegaron con el convencimiento de que la salida se encontraba por el lado del ahorro interno y externo. Fue así que se decidió actuar sobre el ahorro, pero no vía la elevación de tasas nominales, sino bajando el porcentaje impositivo sobre los valores de renta fija para alentar el ahorro voluntario, el cual se incrementa paulatinamente a medida que fuera evidente la estabilidad interna de precios.

El crecimiento para estatal, por ejemplo llegó a su máximo desarrollo, no sólo por la expropiación de la industria eléctrica, sino por la política de adquisición de empresas privadas en dificultades económicas. Otro de los principios fundamentales del desarrollo estabilizador fue asumir la capacidad de endeudamiento aumentaba con el crecimiento económico del país.

Al concluir el decenio de los sesenta México contaba con una imagen externa de país privilegiado. A lo largo de seis lustros de estabilidad política, había logrado ensanchar la economía de tal modo que era la envidia de los países de similar tipo de desarrollo.

Sin embargo, estaban ya presentes las voces disidentes y precautorias. De hecho, comenzaron a manifestarse tiempo atrás y entre las primeras se contó la de Pablo González Casanova. Casanova construyó una argumentación prácticamente irrebatible, mediante el análisis de las estadísticas oficiales, en torno a la intrínseca injusticia social del modelo económico vigente, el cual auspiciaba la estabilidad y el crecimiento sin que sus frutos alcanzaran a la mayoría de la población.

Por ello no podía hablarse de desarrollo económico sino solamente de crecimiento. Estas fueron las razones del sociólogo; pero los economistas también aportaron las suyas, que coincidieron con las de aquél, aunque quizás iban tintas de mayor manejo estadístico, menor dramatismo y mayores deseos de participación política en el nuevo gobierno que ya venía.

Aquí el punto importante fueron los efectos de la mala distribución del ingreso, la alta propensión al consumo y la baja propensión al ahorro, piedras de toque, como se recordará, del esquema del desarrollo estabilizador. En suma, que los ricos con altos ingresos los dilapidaban en lujos y viajes, y los pobres gastaban todo en su manutención, en perjuicio del ahorro nacional.

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