Historia Chipewa

CHIPPEWA

Hermano Scout, bienvenido a la tribu KLALLAM, estamos orgullosos de tu llegada y sabemos que trabajando en unión podemos lograr grandes cambios en nuestro mundo. Pero antes de que todo esto suceda, te quiero contar sobre quienes somos nosotros, cuales son nuestras tradiciones y costumbres, desde la comida que consumimos hasta las ceremonias importantes en nuestra región. Ademas de contarte grandes aventuras, relatarte de nuestros sueños y los espitirus que han llegado a nosotros y también sobre nuestras leyendas.

Nuestra tribu se llama KLALLAM que significa “Pueblo fuerte”, somos una raza de hombres y mujeres fuertes, valerosos y honorables con nuestro clan, al igual que aguerridos y protectores del pueblo y nuestras creencias.

Uno de nuestros principios es el cuidado por la naturaleza y el respeto que tenemos hacia ella, demostrándolo por la contemplación y el estudio de su comportamiento, como por ejemplo la predicción del clima, las mejores temporadas de siembra y cosecha, las maneras de cazar técnicas y tácticas, las habilidades de cada animal, la mejor forma de sentirnos cómodo en campamento.

Te voy a contar como fue que llegamos a la tierra…

Esta historia sucedió hace mucho tiempo, en un lugar donde nunca era completamente de día ni de noche, no había bueno o malo, solo la vida funcionaba así de manera justa para todo aquel que habitaba la tierra.

El primer Midewiwin de la tribu nos cuenta que El Gran Espíritu se encontraba en la tierra, una tierra en la que solo habitaban plantas y animales. Una tierra en donde solo había paz. Todo cambiaría en el momento en que El Gran Espíritu tuviera una visión en dónde la tierra empezaba a llenarse de espíritus malignos que buscaban alimentarse de las almas de estos seres. El Gran espíritu, al darse cuenta del gran peligro creo aun ser, alto y ancho como los árboles, con gran astucia y poder, que protegería a las criaturas que habitaban la tierra de esos hambrientos espíritus malignos. Un ser capaz de defender la naturaleza a cualquier expensa. Este ser tomaría el nombre de LENNO.

El gran espíritu buscaba que LENNO fuera capaz de luchar sin temor, que cada ataque no solo fuera hecho con inteligencia, sino también con audacia, así que El Gran Espíritu le otorgo este don… el don de combatir con ferocidad, al que le llamó CALUSE.

En una batalla contra estos espíritus malignos, LENNO se vio superado en número, toda la sabiduría y la ferocidad con la que peleaba siempre, sirvió de poco contra la gran cantidad de maldad que le rodeaba. LENNO poco a poco iba perdiendo las fuerzas… El Gran Espíritu sin embargo le tenía una gran confianza, después de todo LENNO era su sueño. Así fue como El gran espíritu depositó toda su fe en LENNO la cual, después de haber llenado completamente su cuerpo, salió despedida del mismo como un gran rayo de luz que generó un gran estruendo a su alrededor aniquilando a todo espíritu maligno que se encontrara ahí. Este poderoso rayo fue bautizado por El Gran Espíritu con el nombre de HINUN.  

Después de esta gran batalla, LENNO y El Gran Espíritu se reunieron una vez más. El Gran Espíritu le felicito por encontrar la fuerza para seguir luchando, aun cuando todo parecía perdido. El Gran Espíritu debía partir, pero no sin darle la última bendición a LENNO, la cual vino acompañada de estás palabras “serás el primero de muchos hombres que, al igual que tú, portarán las cualidades para cuidar la tierra. Y que para morir serán igual de tercos que una piedra a la que el viento quiere mover. Ustedes llevaran por nombre ONENIUTE”.

A La orilla de un bosque, en un mundo sin alegría ni tristeza, donde no existía ni la tempestad ni la tranquilidad, llegó una mujer cuyo nombre era Onawa, era tan hermosa como la luz de la mañana, era como el grandioso amanecer, cálida y llena de energía.

El Midewiwin de la tribu contó a nuestros antepasados que en sus sueños ella se manifestaba como un relámpago rojo en medio de la oscuridad, era tan potente que ilumina todo a su alcance y se podían observar los colores de la naturaleza.

Se podía ver a los animales saliendo de sus hogares, los arboles crecer altos como si quisieran alcanzar algo, y fue dónde se pudo observar por primera vez aquello que la oscuridad no dejaba ver, era tan alto que ni subiendo a la mas alta montaña podía alcanzarse, eso era el cielo, con una tonalidad azul que se expandia por todo lo ancho y alto de la tierra, plantas y animales, y que a lo lejos se hacia uno solo con el Gran Lago, era como un manto que los protegía, dice el Midewiwin que desde ese momento la naturaleza conoció la plenitud, porque al traer Onawa ese relámpago rojo se podía ver todo lo que la oscuridad ocultaba y nos hacia sentir inseguros.

El primer Midewiwin a través de los sueños, Gichi Manidoo le dijo que apartir de ahora a ese relámpago rojo lo llamara SHAPPA, el manto azul que nos protege WENETU, y a la plenitud y seguridad OTADAN.

Pero en el sueño, algo ocurrió el Shappa había desaparecido, no había más WENETU Y OTADAN, toda la vida se volvió incierta, no se podí ver lo que ocurría más adelante.

Había espíritus malignos que se apoderaban de la vida y la volvían oscura, pero Onawa con su valentía y coraje siempre los combatía, decía el Midewiwin que al momento de enfrentarse con los espiritus malignos siempre se escuchaba un NAPASHYNI y combatia arduamente sin descanso, jamás se rendía ante ellos hasta volver a lanzar su shappa.

El Jefe Midewiwin siempre se sentaba bajo un árbol enorme  y frondoso, cuando estaba ahí abajo del adoette (árbol grande), tocaba su tambor (pakahamân) y todos nos acercábamos a escuchar sus hitorias.

El nos contó que nuestros primeros antepasados se encontraron, hablaron entre sí, se miraron, se levantaron y se pusieron a andar.

Se inclinaron y salieron del mundo de la espuma, con sus tesoros pegados al pecho.

Se inclinaron y salieron del mundo del barro, con sus pocas pertenencias estrechadas contra su pecho.

Se inclinaron y salieron del mundo del aire, con sus tesoros preciosos pegados a su pecho.

Se inclinaron y salieron. Vieron a el Sol y respiraron por primera vez el aliento sagrado de la luz del día.

Siempre protegidos por los primeros espiritus Onawa y Oneniute, y así fue como nuestro pueblo se mantuvo erguido, protegido, fuerte hasta alcanzar su nombre de KLALLAM, que fue dicho al Midewiwin por Amikii el Espíritu del Trueno.

Por eso cada uno de los individuos de nuestra tribu posee cualidades de valor, espíritu de sacrificio, nobleza, desprendimiento y generosidad que hacen de él un ejemplo a seguir. No en vano el guerrero indio ejerce una perdurable fascinación, por ello durante la estancia del muchacho@ en el Clan, éste se verá en la necesidad de realizar retos que demuestren su compromiso y valor, a esto le llamaremos “Pruebas de Fuego”, al realizar cada una satisfactoriamente, el jefe de la tribu y el Midewiwin le concederán una cuenta de madera, que simbolizará el crecimiento y demuestran su fortaleza y poder.

...