Historia Tenabo
Enviado por Jose J Icthe Uc • 29 de Febrero de 2024 • Trabajo • 1.164 Palabras (5 Páginas) • 75 Visitas
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ORIGEN DEL MUNICIPIO DE TENABO
Tenabo, es una de las localidades más pintorescas y coloridas de la región del camino real campechano.
Sus orígenes datan del periodo prehispánico, específicamente cuando pertenecía al cacicazgo de Ah- Canul bajo el nombre de “T´nab”. Pese a que su nombre aparece registrado por primera vez en el año de 1441, se puede considerar que los orígenes de la comunidad son de mayor antigüedad. La fundación de la ciudad de Tenabo actual se efectuó en el año de 1450 por uno de los descendientes de los Ah Canul quien le puso nombre de “Tah- Naab”, suceso que se consumó en la parte norte de la población en un sitio conocido como “nah” (casa en maya). Un monumento se encuentra en el barrio tradicional de “Jacinto Canek” circundante a un pozo- cenote con noria.
La traza colonial de Tenabo se dio en el mes de febrero de 1549 bajo la encomienda de Juan García de Llanos, esto según la Real Audiencia de Santiago Guatemala. En 1588 el pueblo fue visitado por Fray Alonso Ponce, y en 1594 se inició la construcción de la iglesia principal en honor a Nuestra señora de la asunción, actualmente en dicho sitio se realiza la fiesta tradicional en honor al Gran Poder de Dios. El templo posee un estilo franciscano sencillo con piedras labradas de edificios prehispánicos.
El centro de la comunidad esta lleno de casas coloniales de los siglos XVII al XX, así como viviendas tradicionales xa’anil naj (casas de huano), destaca la casa Marentes, antigua propiedad de Ricardo Marentes Miranda y en cuyo anexo se ubicaba un cine del mismo nombre.
ERECCIÓN DE LA PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN TENABO
Mons. Crescencio Carrillo y Ancona, Obispo de Yucatán, emitió el decreto de erección de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, Tenabo, el 10 de Agosto de 1888 y estableció la Villa como cabecera parroquial.
Desde San Francisco de Campeche, Campeche, la predicación de la doctrina cristiana comenzó en Tenabo en el siglo XVI. Los frailes franciscanos la realizaban desde el curato de Hecelchakán, al cual perteneció Tenabo por casi 3 centurias.
Los sacerdotes diocesanos continuaron la labor en el siglo XVII. La población contó primero con una sencilla iglesia que luego debió ser sustituida por otra más duradera. Los trámites para la construcción del templo “de cal y canto” fueron iniciados en 1979 por el presbítero Feliciano Meneses, párroco de Hecelchakán.
La iglesia levantada por ese sacerdote se convirtió en 1888, en la cabecera de un nuevo curato de la entonces vastísima diócesis de Yucatán.
Un grupo de vecinos de Tenabo y Tinún solicitó en 1888 al Obispo de Yucatán, Crescencio Carrillo y Ancona, que esos dos pueblos, 11 haciendas de la parroquia de Hecelchakán y 6 de la parroquia de san Francisco Extramuros, constituyeran un nuevo curato. Firmaron la solicitud los señores Pedro A. Quero, Antonio Guerrero, Antonio Ortiz, Manuel M. Quero, Albino Muñoz, Bartolomé Meneses, José de la R. Valencia, T. Trinidad Serrato, Felipe Muñoz, Luciano Muñoz, Francisco Sarmiento, Santiago Muñoz, A. Cervera, Agustín Trejo, Felipe Caro, Arcadio Cortés, José Encarnación Muñoz y Cirilo Pereira. Según ellos el territorio en cuestión abarcaba entre 6,000 y 8,000 habitantes.
Debía primero consultarse a los párrocos de los curatos afectados para que procediera la petición. La comunicación epistolar entre ellos para manifestar sus opiniones comenzó en abril de aquel año que terminó en Julio. El cura de San Francisco Extramuros era el presbítero José de la Luz Romero, sustituido meses después por el presbítero Ignacio Sánchez. El de Hecelchakán era el padre Mariano Ruz, con quien colaboraba el padre Juan Francisco Arauz como teniente de Cura (Vicario parroquial como diríamos en el lenguaje eclesiástico de hoy). El P. Romero aceptó que reconocía que, dadas las grandes distancias existentes entre San Francisco Extramuros y las haciendas que se le quitarían, y aunada su mala salud, no había podido atender aquellos sitios. Su sucesor, el P. Sánchez, dios también su consentimiento argumentando que su salud quebrantada tampoco le permitiría atender aquellas haciendas. El P. Ruz por su parte dijo que, gracias al celo del P. Arauz que residía en Tenabo, la iglesia contaba con todo lo necesario para convertirse en parroquia.
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