IMPOORTANCIA DE LA MUJER EN LA SOCIEDAD MEXICANA

Sebastián García Moreno Rivera 62-10

Literatura Iberoamericana

La educación de las mujeres y su papel en la sociedad mexicana siglo XVIII-XIX

“Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico dentro de la sociedad” –Eva Perón1

        Esta frase es muy cierta por parte de la política argentina. Se ha terminado la era de la mujer que solo sirve para procrear y para hacerse cargo del hogar, la educación desde los pueblos antes de la colonia ha sido diferente tanto para hombres como para mujeres, con el objetivo de que se le enseñara a la mujer  sobre el cuidado del otro, desde su nacimiento.

“La educación de las mujeres deberá estar siempre en función de los hombres: agradarnos, sernos útiles, hacer que las amemos y estimemos, educarnos cuando somos pequeños, cuidarnos cuando nacemos y crecemos... Estas han sido las tareas de la mujer y eso es lo que se las debe enseriar en su infancia” – J.J. Rousseau, “El Emilio” 2, 1762.

Este trabajo tiene como propósito describir de la mejor manera posible el desarrollo en la educación de la mujer y las consecuencias que esto conlleva, tanto en el ámbito social, familiar como en el laboral, se explicará como poco a poco la mujer fue ganando un lugar más importante dentro de la sociedad y cuáles fueron las causas de esto, repasando distintas etapas de la historia empezando por la colonia, hasta la mujer del siglo XIX.

1. María Eva Duarte de Perón, más conocida como Eva Perón o Evita, fue una actriz y política argentina. Impulsó y logró la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino. Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949. 2.  En el Emilio, Rousseau propone, mediante la descripción del mismo, un sistema educativo que permita al “hombre natural” convivir con esa sociedad corrupta. Rousseau acompaña el tratado de una historia novelada del joven Emilio y su tutor, para ilustrar cómo se debe educar al ciudadano ideal. No suele señalarse, sin embargo, que se excluye de este ideal a las mujeres, cuya educación ha de referirse a satisfacer a los hombres.

Como contexto de lo que se presentará como tema principal del ensayo, antes de la colonia, se educó a la mujer para hacer las tareas domésticas, esto como consecuencia de que en el hogar se dieron las divisiones de trabajo, otorgando espacios diferentes de desarrollo de acuerdo a las actividades productivas y reproductivas de cada sexo. Todo esto trajo como consecuencia una repercusión en el ámbito laboral de la mujer y también las diferencias entre el poder que tiene cada género, el hombre poseía mas porque realizaba más trabajo y la mujer menos porque “solo” se quedaba a cuidar el hogar y procrear.

Ya en la época de la colonia, como resultado de los nuevos grupos étnico-sociales hubo nuevas relaciones entre los géneros, y también hubo una clara división entre la mujer urbana y la mujer rural, aunque la sociedad aun las veía igual, pasivas y sin poder alguno.

En esta época el lugar de la mujer era el que la iglesia le dijera, y ese lugar estaba al lado de su marido.

“…ella se dedicaba enteramente a darle gusto a su marido…reconociendo al mismo tiempo su superioridad y su dependencia de él, por lo que nunca trato de saber sus secretos o de oponerse a sus deseos” (Arrom, 2001)

A las mujeres que ejercieron algún oficio y trabajaron duro se les empezó a considerar como alguien independiente y participativa  en la sociedad mexicana luego de la conquista, debido a que aún cuando no se les pagaba bien, ya les era posible emplearse en algún lugar dependiendo de su origen o de su estrato social. Mientras las de clase baja trabajaban como tortilleras, atoleras, sirvientas, tabacaleras, costureras, vendían las prendas que bordaban y tejían, etc., algunas otras de clase media tenían sus propios comercios o trabajaban como maestras. Las de clase alta se dedicaban a compra y venta de propiedades, préstamos de dinero a interés y a participar en grupos de caridad, a pesar de las restricciones legales y sociales que prevalecían.

Las mujeres que eligieron no trabajar o que simplemente no tuvieron la capacidad de hacerlo, se fueron al convento, que veían como un espacio de cultura propia, este lugar representaba uno de los espacios donde las mujeres podían realizar sus actividades , pero a pesar de esto, estas mujeres no cambiaron en nada la manera en que las sociedad las veía:

“…el camino que Dios les había asignado para ganar el cielo era el de la sumisión y la obediencia” (Ramos, 1992)

        Ya en la época del porfiriato la mujer fue más incluida a la sociedad por medio de la educación ya que era muy importante educarla para ser madre, hija y esposa. Educarlas para el papel que les correspondía fue esencial para el desarrollo de la nueva nación por lo que tuvieron que adaptar la educación a la posición en la sociedad de cada mujer.

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