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INTEGRACIÓN ECONÓMICA EN AMÉRICA DEL SUR


Enviado por   •  5 de Mayo de 2014  •  2.894 Palabras (12 Páginas)  •  261 Visitas

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INTEGRACIÓN ECONÓMICA EN AMÉRICA DEL SUR

El desarrollo económico y social de cada uno de los países de América Latina para que sea sostenido requiere de la profundización y ampliación del proceso de integración regional. Este objetivo bien se puede lograr a partir de los actuales esquemas subregionales en el Cono Sur y mediante la creciente cooperación del Mercado Común del Cono Sur (MERCOSUR) con la Comunidad Andina de Naciones.

En el afán de avanzar hacia el desarrollo tecnológico se debe evitar la simple cosmética económica que facilita la mundialización. El acceso tecnológico si no va acompañado de los elementos que permitan su mejoramiento, o por lo menos su mantenimiento, se convierte en un simple estallido momentáneo de tecnología, con un costo muy alto, promotor de contaminación ambiental y de la frustración humana.

Una mundialización no bien encauzada polariza las economías, arrasa con la riqueza e identidad cultural de los pueblos, uniforma negativamente la sociedad. Las alianzas estratégicas entre estados y la creación de bloques económicos ampliados emergen como una necesidad apremiante para equilibrar la balanza de los estados poseedores de conocimiento.

Europa, en bloque, ha sabido avanzar al ritmo que exige la mundialización. América Latina no ha estado inmune a este proceso de alianzas comerciales estratégicas y a la conformación de bloques económicos. Sin embargo, ha ido lenta frente al acelerado fenómeno de la mundialización.

Por el contrario, pareciera que esta última ha puesto en segundo plano la integración regional, cuando en realidad la integración regional es una herramienta que facilita la inserción de América Latina en el mundo. Esto es entendible al ver la forma como la oferta y demanda mundial irrumpieron drásticamente en las economías domésticas que, por un lado, no se prepararon para responder adecuadamente al nuevo mercado y, por otro, no tenían, ni tienen, capacidad de respuesta a un fenómeno que es global.

Recordemos cómo la conformación de bloques económicos en la región se ve encauzada gracias a la creación de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), al interior del sistema de las Naciones Unidas, en 1948; y fortalecida con la creación de instituciones, tales como: el Pacto Andino, creado en 1968, hoy Comunidad Andina de Naciones (CAN); la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), que surge en la década de los sesenta, hoy llamada Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), 1980; y el Mercado Común del Cono Sur (MERCOSUR), creado en 1990.

Las alianzas estratégicas se han visto fortalecidas con los tratados de libre comercio que buscan básicamente eliminar las barreras al comercio y a la inversión. Los principales tratados a nivel regional son: el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), en 1992; Tratado de Libre Comercio del Grupo de los Tres, G-3, (México, Venezuela y Colombia), de 1994; el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA, en curso de negociación desde 1994); y el reciente Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos, 2004.

En lo económico, América Latina se bate entre dos modelos. Por un lado, un modelo que busca un mercado común para sus socios con un sistema proteccionista, conformado por un Estado fuerte y participativo en lo económico; por el otro, un modelo de mercado abierto, de desarrollo exportador, de libre competencia y en el que se da un retiro paulatino del Estado en el proceso económico. Hasta tanto dicho dilema no sea resuelto no se podrá hablar de verdadera integración regional.

Suscripción del protocolo entre la Comunidad Andina de Naciones y el MERCOSUR (octubre de 2004), en el marco de la XIII Reunión del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), impone una agenda de trabajos a los dos grupos económicos con miras a liberar el comercio en un 100% de aquí a 15 años.

La Comunidad Andina y el MERCOSUR juegan un papel preponderante en la nueva alianza estratégica de América del Sur. Sus modelos, ya probados, facilitarán el desarrollo jurídico, económico e institucional de la integración ampliada. Constituirán un nuevo avance hacia la integración regional. Entre tanto, los bloques de América del Norte y América Central seguirán su curso de consolidación subregional.

No deberá tardarse la integración del bloque de las Américas, objetivo último de la integración regional, si se desea un panorama más alentador y de mayor estabilidad en la región.

ALADI

Es el mayor grupo latinoamericano de integración. Sus trece países miembros comprenden a Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, representando en conjunto 20 millones de kilómetros cuadrados y más de 510 millones de habitantes. (Ver indicadores socioeconómicos)

El Tratado de Montevideo 1980 (TM80), marco jurídico global constitutivo y regulador de ALADI, fue suscrito el 12 de agosto de 1980 estableciendo los siguientes principios generales: pluralismo en materia política y económica; convergencia progresiva de acciones parciales hacia la formación de un mercado común latinoamericano; flexibilidad; tratamientos diferenciales en base al nivel de desarrollo de los países miembros; y multiplicidad en las formas de concertación de instrumentos comerciales.

La ALADI propicia la creación de un área de preferencias económicas en la región, con el objetivo final de lograr un mercado común latinoamericano, mediante tres mecanismos:

- Una preferencia arancelaria regional que se aplica a productos originarios de los países miembros frente a los aranceles vigentes para terceros países.

- Acuerdos de alcance regional (comunes a la totalidad de los países miembros).

- Acuerdos de alcance parcial, con la participación de dos o más países del área.

Tanto los acuerdos regionales como los de alcance parcial (Artículos 6 a 9) pueden abarcar materias diversas como desgravación arancelaria y promoción del comercio; complementación económica; comercio agropecuario; cooperación financiera, tributaria, aduanera, sanitaria; preservación del medio ambiente; cooperación científica y tecnológica; promoción del turismo; normas técnicas; y muchos otros campos previstos a título expreso o no en el TM 80 (Artículos 10 a 14).

Los países calificados de menor desarrollo económico relativo de la región (Bolivia, Ecuador y Paraguay) gozan de un sistema preferencial. A través de las nóminas de apertura de mercados

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