INTERVENCION E INVESTIGACIÓN SOCIAL Una Respuesta Al Para Qué Y Al Por Qué?
Enviado por dmsandovalh • 10 de Mayo de 2013 • 3.191 Palabras (13 Páginas) • 471 Visitas
INTERVENCION E INVESTIGACIÓN SOCIAL
Una respuesta al para qué y al por qué?
Ensayo
Establecer las nociones de intervención e investigación social resulta fundamental en el proceso de deconstrucción y construcción de los espacios de práctica donde nos desarrollamos como trabajadores o trabajadoras sociales, por tanto reconocer su significado, su sentido corresponde a la necesidad de repensar nuestro papel como agentes de cambio, como constructores de procesos que fortalezcan las dinámicas en las cuales nos desenvolvemos en los distintos espacios. Se parte de la base de entender nuestro deber ser, a partir de la definición de dichas nociones, significando su papel y atribuyéndole el sentido que las enmarca para desde allí orientar nuestra práctica profesional.
La investigación y la intervención social como ejes fundamentales en torno a los cuales se construye nuestra profesión requieren del análisis de lo que ha sido su construcción en el marco de un contexto histórico que los define y los configura. En este sentido el presente texto hace un análisis de los distintos elementos que a lo largo de la historia enmarcaron éstos, direccionado a la repuesta de la pregunta que se indaga frente al para qué de la investigación y la intervención social en la sociedad y en el desarrollo del Trabajo Social. De igual forma este análisis se enmarca dentro de la experiencia en la Cárcel Picota espacio de práctica desde donde se construyen distintas líneas de investigación que orientan la intervención realizada para la población especifica, experiencia que conduce del mismo modo la deconstrucción de las nociones y la búsqueda de su interrelación.
En primera instancia parto desde la intervención social como eje conductor de nuestra práctica profesional, ésta en palabras de Alfredo Carballeda (2002) vinculada al origen de la “cuestión social”, esa que configura su deber ser en principio, una intervención en lo social establecida a partir de la necesidad de mantener un orden y velar por la paz alterada por el estado de naturaleza que define un hombre en guerra, es decir la intervención social supone en sus orígenes el control del “estado de guerra natural”. Es esta premisa la que configura los principios orientadores de la Intervención como acto de entrega de soberanía a otro que detenta un poder, el poder de intervenir, de actuar frente a eso considerado incorrecto, es por tanto que se legitima el entregarse al otro capaz de corregir aquello indeseable u oportuno de control.
La intervención social aparece donde se define lo vulnerable, lo débil eso que es susceptible de trasformación, parafraseando a Carballeda (2002) aquello que debe ser reordenado, racionalizado e introducido en la vida metódica. Aquí, según dicho autor la intervención social se enmarca dentro de la modernidad, que a su vez la reconfigura y la encauza hacia principios diferentes a los de su origen. Esa necesidad de mantener un orden que contrarreste el estado de guerra natural se complementa con una nueva función, la previsión, ya no se trata solo de controlar sino de evitar, la intervención en tanto entra en la lógica de lo previsible socialmente, estableciendo distintos mecanismos y estrategias que permitan mantener el orden social.
La modernidad trae consigo un nuevo lenguaje que resignifica la intervención social, se ordena la sociedad, se mantiene el orden y se previenen los desordenes, así “[…] la intervención en lo social se presenta como una vía de ingreso a la modernidad dirigida a aquellos que cada época construye como portadores de problemas que pueden disolver al “todo social”” (CARBALLEDA, A. 2002. P 21) de esta forma se reconoce un aspecto importante que configura la intervención; el tiempo en el que se ubique, ya que este define las lógicas y dinámicas de la sociedad que interviene. El tiempo como elemento fundamental que se instaura en el nuevo lenguaje orienta la intervención como portador del saber frente a los problemas propios de cada época, de esta forma “[…] gran parte del sentido de la intervención en lo social esta relacionada con el modo como cada época construye los perfiles de la transgresión” (CARBALLEDA, A. 2002. P 17-18) lo cual implica la trasformación de la forma de acercarse y pensar la sociedad, nuevos instrumentos y modalidades de acción que permitan intervenir en el todo social. Es a partir de un ordenamiento simbólico que define cada época, que es posible construir un ideal de deber ser coherente con lo establecido, la intervención en tanto construye el ser informándose, observando y analizando las particularidades propias del tiempo en el que se ubique para desde allí reconstruir e imponer un orden.
La reconfiguración de la intervención en el marco de la noción tiempo pasa de igual forma por la transformación de su concepción frente al otro, mientras en sus orígenes quien intervenía ocupaba el rol de salvador, poseedor del saber que le confiere la potestad para intervenir sobre otro despojado de todo saber e incapaz de corregir su rumbo tal como lo señala Carballeda (2002)
[…] la intervención en lo social surgirá en relación con diferentes planos: en la detección de lo anormal y su clasificación; en la aplicación de formas de disciplinamiento, y por último en la articulación de ambas para dar señal a la sociedad en definitiva para construir en forma permanente a ese otro sobre el cual se intervendrá.
Ahora el otro es investido también de poder, se le confiere un saber dado por su construcción como sujeto, pasa precisamente de ser objeto de intervención a construirse como sujeto “la intervención en lo social, va a significar el montaje de una nueva forma de conocer, de saber en definitiva, de generar discursos de verdad que construirán sujetos de conocimiento” (Carballeda. A 2002. P 26).
Así, la Intervención se reconstruye a la luz de la inclusión, se supera la visión heroica que le otorgaba la noción de salvación de la sociedad y entra a pensarse como construcción conjunta con un sujeto portador de saber, en una forma discursiva diferente construida en su vinculación con los otros.
[…] la intervención en lo social se nos presenta como un “espacio de libertad”, ya que se construye en pequeños hiatos, intersticios, lugares, donde es posible reconstruir historicidad, entender a ese otro no como un sujeto a moldear sino como un portador de historia social, de cultura de relaciones interpersonales.
Tal vez la intervención en lo social no implique agregar ni quitar nada sino solamente “hacer ver” aquello que el contexto, el escenario, el clima de época impiden visualizar.
De esta forma dicha complejidad que redefinió la intervención
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