Ignominioso Caso De La Ley 100
Enviado por majito0221 • 12 de Septiembre de 2013 • 2.483 Palabras (10 Páginas) • 427 Visitas
Un Estado constitucional no sólo se sostiene bajo la arquitectura de una Constitución Política: El ignominioso caso de la ley 100 y sus consecuencias en materia de salud.
“Un estado totalitario realmente eficaz sería aquel en el cual los jefes políticos todopoderosos y su ejercito de colaboradores pudieran gobernar una población de esclavos sobre los cuales no fuese necesario ejercer coerción alguna por cuanto amarían su servidumbre, Inducirles a amarla es la tarea asignada en los estados actuales totalitarios a los ministerios de propaganda, los directores de los periódicos y los maestros de escuela”
“Los más importantes Proyectos Manhattan del futuro serán vastas encuestas patrocinadas por los gobiernos sobre lo que los políticos y los científicos que intervendrán en ellas llamarán “el problema de la felicidad”; en otras palabras, el problema de que la gente ame su servidumbre”
ALDOUS HUXLEY
1. Introducción
Los actuales acontecimientos sociales, políticos y jurídicos en Colombia, plantean graves cambios en la estructura democrática de la tradicional conquista liberal de la tridivisión de poderes planteada a mediados del siglo XVIII por el barón de Montesquieu y cuyas reivindicaciones burguesas hicieron hito en Inglaterra, Francia y los Estados Unidos de Norteamérica .
En la contemporaneidad el ejecutivo colombiano y la propia Constitución en algunos errores de forma, pero que terminan volviéndose de fondo-como veremos más adelante-, olvidándose de las reivindicaciones democráticas más elementales sobre todo en salud vienen sosteniendo-en el caso del texto constitucional- o creando-en el caso de nuestro ejecutivo en cabeza del jefe de gobierno y Estado- una serie de medidas fuera del Estado de Derecho, un control absoluto, en el cual, los medios de comunicación son los principales promotores de los subterfugios de las medidas-en el caso del ejecutivo- y de los errores-en el caso de la Constitución Política- Esto se torna grave, porque con independencia del golpe contundente del neoliberalismo en contra de los intereses de la mayoría de la población de nuestro país, ahora se suman una seguidilla de deleznables precedentes para el mejoramiento de nuestro sistema político o para una mutación razonable del mismo, la argumentación utilizada coloca en una posición incomoda a nuestro actual Estado Social de Derecho que con los “paseos de la muerte” muestra ante el mundo sus vergüenzas.
Las ideas del establecimiento que tristemente se vuelven ejecutorías sutiles, se presentan ante los ojos de toda la opinión pública, quien no distingue entre una manifestación y una intromisión, el caso de los recientes acontecimientos nos da un espectro sobre esto, la estulticia de muchos que creen que se gana la guerra hace juego con la euforia colectiva generada por un jefe de gobierno y Estado con los niveles de popularidad más altos en la historia de Colombia (del setenta y cinco (75) por ciento según las ultimas encuestas ) todo encuadrado bajo el sofisma de distracción de estar acabando con el conflicto armado, mientras tanto el recorte a las transferencias en materia de salud y educación es evidente.
Obviamente los ejemplos se entronizan fácilmente y hablan por sí solos, la reelección presidencial y el famoso cambio del articulito, el incidente ocurrido entre el presidente de la república y el presidente de la Corte Suprema de Justicia , y la elección de los magistrados para conformar la Corte Constitucional muestran que el cauce democrático se desvía peligrosamente. En este sentido, nuestro país ya golpeado por la violencia, la pobreza, la exclusión y la marginalidad, sufre en estos inicios del siglo veintiuno de una democracia enferma y una salud agonizante.
El control concentrado en un solo órgano de poder es característico de las tiranías y las dictaduras, otrora fundantes de nefastos modelos, a veces cuando se comparan las democracias latinoamericanas y en particular la colombiana, con modelos nacionalsocialistas a la usanza alemana o con el sistema fascista en Italia, saltan voces de disgusto y de exacerbados ánimos contra los agravios, lo cual es coherente, porque a nadie le debe gustar que lo insulten, no obstante, lo cierto es que pese a lo exagerado que pueda parecer ésta odiosa comparación, cada vez se hace más palpable, como trataremos de demostrar en lo corrido de éste ensayo, y como se invierte mucho más en guerra y menos en salud. Las circunstancias actuales y el texto constitucional como tal, no se mueven por inercia, pues son las coyunturas políticas y los acontecimientos tanto sociales como económicos, los que hacen que la dialéctica del país armonice o genere caos, en ese entendido, son las declaraciones de derechos manifestaciones utópicas en algunos casos y en otros, expresión de los factores reales de poder, tal y como lo pensaba Ferdinand Lasalle en su texto de: “¿Qué es una Constitución?” de está manera se hilan los acontecimientos materiales que gozan de realidad en los contextos nacionales.
Como ya lo conocen muy bien algunos ciudadanos informados, la Constitución Política de Colombia amparan y protege la salud de todos los ciudadanos de nuestro Estado social de derecho. No importando su condición social, sean ricos, sean pobres, sean viejos o sean jóvenes, sean adultos o sean niños.
Esto es lo que plasma nuestra constitución, así lo podremos decir. Pero la realidad es otra, no podría describirse cuanta gente no tiene acceso a este derecho ya que por las condiciones de nuestro país hay que hacer filas interminables, hasta para que le puedan dar un carné, en el cual es básico su nombre en el Sisben y para que los puedan atender dignamente en un puesto de salud. Que muchas veces se encuentra a kilómetros de las casas de los colombianos. Hasta el punto de llegar con todo sus esfuerzo y tocar la puerta de las clínicas para ser atendidos en salud y vaya sorpresa cuando cualquier enfermero o médico sale a mencionar que no hay atención al publico ya que la secretaría de salud controlada por el ministerio de la cartera en salud solo les envió el presupuesto para comprar unos pocos medicamentos (Acetaminofen y unas cuantas gasas por lo general).
La Ley 100, presentada al Congreso por el entonces senador Álvaro Uribe Vélez, abre un capítulo nefasto en la vida de la nación. En el año 2000, el gasto en salud se había incrementado más de tres veces, la atención se había reducido en 24% y sólo se atendía al 51% de todas las personas que manifestaban sentirse enfermas. Lo que el gobierno ahora destaca como un incremento de la cobertura ––del 23 al 56%, según el ejecutivo –– no es más que una impostura que oculta la verdad.
La menor cobertura ha traído como secuela que
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