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Inflacion en Argentina


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2018  •  Informe  •  2.698 Palabras (11 Páginas)  •  138 Visitas

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Trabajo Práctico N°1
Inflación
Origen de la inflación en Argentina (Causas, etapa histórica, etc.)
Características de las etapas inflacionarias a partir de su origen (Causas, evolución, consecuencias)
Relación entre la inflación y el comportamiento de los argentinos. (Por ejemplo: Ahorrar en dólares)
Procesos inflacionarios internacionales. Explicación y ejemplos. (Historia y actualidad)
Inflación latinoamericana.
Conclusión.
A modo de introducción, la inflación es un proceso donde se destaca un aumento persistente, sustancial y general del nivel de precios de los bienes en un sistema económico. 
El origen de la inflación en Argentina fue, es y será un tema muy discutido, donde hay múltiples puntos de vista acerca de cuándo fue que se desató esta “enfermedad” económica. 
Desde el punto de vista de los medios no oficialistas, la inflación comenzó en 1945, exactamente en el segundo período de Juan Domingo Perón. Aunque en el primer mandato de éste se hallaron los primeros indicios inflacionarios, debido a la desmesurada concesión de créditos como método redistributivo. El Banco Central ya no era independiente, sino que el Gobierno tenía el poder. A partir de ese momento la inflación se comenzó a utilizar como una herramienta más de financiación de los planes del Gobierno. De todas maneras, el primer peronismo tuvo una inflación que no es nada comparada con los niveles de precio que hubo luegoen los setenta, pero rompió la tradición de estabilidad de precios. 
A partir del origen de la inflación en Argentina, hubo varias etapas de la inflación. 
El primer episodio inflacionario está ligado al primer peronismo y a su manera de hacer una política redistributiva que en parte fue vía la concesión de un montón de créditos. Todo el crédito lo decidía el Gobierno. A partir de ese momento, la inflación se usó como una herramienta más de financiación de los planes del Gobierno. Hasta ese momento, en el siglo XX el Banco Central no se había utilizado como un mecanismo del financiamiento del sector público. Eso se hizo vía el impuesto inflacionario. De todas maneras, el primer peronismo tuvo una inflación que no es nada comparada con los niveles de precio que hubo luego en los setenta, pero rompió la tradición de estabilidad de precios. Empezó a haber tasas de entre 1 y 2% mensual. NI CIVILES NI MILITARES -¿Varió esto con el golpe de Estado de 1955? -Eso no cambió radicalmente. Siguió estando en todo ese período el Banco Central, con gobiernos civiles o militares, subordinado al Gobierno y a Hacienda. Era una manera más de afrontar la situación fiscal. Sobre todo porque la Argentina pasó recurrentes crisis fiscales y cuando nadie más financia, se recurre a la emisión de billetes y al Banco Central. Raúl Prebisch tenía un plan para poner en caja el Banco Central con políticas más ortodoxas, y no fueaceptado. El gobierno de la llamada Revolución Libertadora en 1955, no adoptó el Plan Prebisch que implicaba un corte con las políticas peronistas. Proponía una vuelta a las políticas previas a 1945. Pero no se llevó a cabo. Se siguió con esquemas más desregulados que durante el peronismo, pero el Banco Central siguió dependiendo en gran medida del Gobierno, no se volvió más independiente. -Y con ese marco llegó a la presidencia Arturo Frondizi y el proyecto desarrollista... -Se produjo la primera gran maxi-devaluación que se reflejó en una gran alza de precios: la inflación llegó en 1958 al 51% anual, y saltó en el 59 al 100%. Hubo un pico inflacionario, pero después la inflación volvió a bajar al año siguiente. Hicieron una corrección de precios relativos con una gran devaluación, y ajustaron el precio de los bienes transables. Eso fue un pico, y luego se volvió a la inflación que había habido al principio de los 50. Pero no se volvió a la situación anterior a 1945. Una vez que se abrió la caja inflacionaria, no se la pudo cerrar en la década del 60.
Desde 1975 comenzó en la Argentina la etapa de alta inflación, a partir del “rodrigazo”, plan extremo de ajuste externo y fiscal que a pesar de las alzas brutales de precios (en un solo mes, junio, la nafta subió 181% y la carne 36%) no logró la redistribución regresiva del ingreso que procuraba debido a la resistencia de los sindicatos. La dictaduramilitar que tomó el poder en 1976 redujo el salario real a la mitad, pero la inflación de tres dígitos persistió, alimentada, junto a otros factores, por la especulación financiera. Los mercados de oferta se volvieron más rígidos y concentrados, mientras que el cierre de industrias primarizó aún más el aparato productivo. Con la irrupción del ideario neoliberal y la consolidación del enfoque monetarista dentro de la teoría económica, los argumentos que se esgrimían en torno a los orígenes de la inflación fueron variando y, en consecuencia, también lo hacían las políticas económicas aplicadas para remediar el virus inflacionario. Como apunta Ferrer, el dogma neoliberal, que aquí en la Argentina había asomado con Krieger Vasena y luego se concretaría con Martínez de Hoz, consideraba que la inflación tenía sus fundamentos en problemas de costos de producción y de expectativas, y que estos no podían solucionarse sólo a través de una política monetaria contractiva, sino que requería de un conjunto de medidas orientadas a la mejora de la competencia, el aumento de la eficiencia, la mejora del abastecimiento interno, la modificación de los patrones de demanda de consumo y, por último, acuerdos con sectores empresarios para frenar la inercia inflacionaria. El objetivo de estas políticas era atacar a la inflación mediante el ajuste de las necesidades de la demanda efectiva, la eficiencia en la escala de produccióny la reducción de costos. Bajo la dictadura militar, se apeló a una fuerte disminución del gasto público y a una drástica caída en uno de los precios, los salarios, logrando bajar momentáneamente la inflación, pero a niveles anuales no menores del 150% en promedio. Aun así, la política de Martínez de Hoz implicaba un grado importante de inflación reprimida. Las dos variables claves en este sentido eran los salarios y el tipo de cambio: el Estado había fijado un nivel salarial artificialmente bajo y un tipo de cambio que otorgaba al peso argentino un valor por encima de la paridad. El crecimiento exponencial de la deuda en divisas que generó la dictadura militar añadió una presión extraordinaria sobre la restricción externa al crecimiento, y junto a los factores enunciados en el párrafo anterior, sería el desencadenante del estallido de la política económica. La recesión se extendió a toda la década de 1980 y la inflación se agudizó hasta transformarse en hiperinflación (se considera como tal aumentos del nivel general de precios muy elevados y sin ninguna relación con las necesidades

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