JUAN EL PROFESOR Y EL VIEJO POLICÍA

JUAN EL PROFESOR Y EL VIEJO POLICÍA

Juan un profesor entusiasta y con mucho carisma quiere promover en un colegio, una radio escolar y emitir un programa por megafonía a la hora del receso. A todos los profesores les ha parecido una idea estupenda. Además, un día a la semana, por la tarde, habrá un primer encuentro de todos los estudiantes ante una nueva forma de transmitir un programa especial un poco más espacioso.

Para promover la gran inauguración de la radio escolar, Juan y su partido de maestros decidieron realizar banderines y así repartir a todo el público, dándose a conocer y por tanto generar una marcación dentro del barrio.

En su programa de radio, Juan pone música de actualidad, comenta noticias tanto en de aspecto deportivo, político y cultural que suceden dentro de la escuela y la ciudad. Lee poesías, cuentos y ensayos propios o de sus compañeros, y también de autores importantes.

Después de varios programas de emisión, aquella idea que solo era un juego, ya era realidad. A Juan se le ocurrió una idea brillante; inicializar entrevistas a diferentes personas en directo. A las que pudiera las invitaría al estudio que habían habilitado y, a otras, las llamaría por teléfono.

La radio del colegio se hizo tan popular en la ciudad que Juan consiguió la visita del alcalde, que al percatarse como llevaba la delantera este programa por toda la ciudad decidió presentarse, donde el alcalde lo invitaba cordialmente a un banquete en la cabecera municipal. Entre otros a destacar estaban escritores famosos, músicos, deportistas de élite y modistas. Juan también consiguió entrevistar por teléfono a personas importantes a nivel nacional.

Sin embargo, Juan no se olvidaba de la gente normal y por eso había entrevistado también a gente obrera del barrio.  Todo el mundo atendía de forma amable a Juan, era todo un honor salir en el programa de este profesor.

Cerca del colegio vivía un hombre mayor que anteriormente había sido un policía de alto mando, y había enfrentado grandes criminales. A Juan le interesaban mucho sus historias y su punto de vista, ya que era narrable por toda la gente del barrio. Pero siempre que iba a visitarlo para invitarle a una entrevista el señor le cerraba la puerta en su cara, ya que había una falta de interés por aquel policía.

Juan era una persona hurona, era hábil para conseguir cualquier cosa, hizo lo imposible para tener contacto con el estimado policía, tanto que consiguió el número de teléfono del señor y, sin avisar, lo llamo para hacerle la aclamada entrevista telefónica en directo. Por tanto, el señor reacciono de una manera grosera, y colgó el teléfono.

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