Martes Con Mi Viejo Profesor

El plan de estudios. Asignatura: El Sentido de la Vida. Una cátedra cada martes, sin calificaciones, sólo exámenes orales, tareas físicas. Un beso de despedida vale puntos extra. Sin libros, solo temas humanos importantes. Alumnos: solo uno. La graduación: un funeral. Es la última asignatura de un viejo profesor.

El programa de la asignatura. Verano 1994. Morrie Schwartz, singular profesor de Psicología Social, recibe una noticia: padece Esclerosis Lateral Amiotrófica. Rara y mortal enfermedad que acaba con el control muscular. Decide narrar su viaje entre la vida y la muerte. Organiza un “Funeral en vida” y así inicia la parte más trascendente de su vida.

El alumno. Luego de graduarse, Mitch promete mantenerse en contacto. Pero se aleja no solo con su profesor sino de todos sus amigos universitarios. Su tío favorito muere a los 44 años de cáncer. Y él se sumerge en el trabajo buscando el éxito y con un gran temor a la muerte.

El audiovisual. Casualmente un día escucha en televisión: “¿Quién es Morrie Schwartz?”. Así se entera de lo que le sucede a su profesor. Es marzo de 1995. En 1976, por primera vez un maestro le pregunta como prefiere que le llamen. Nadie lo había hecho antes. Era Morrie Schwartz. Su futuro amigo.

La orientación. Luego de 16 años de ausencia, Mitch decide visitarlo. Rápidamente, mientras atiende 5 cosas a la vez, como siempre. “Mi viejo amigo, has vuelto por fin”. Es la bienvenida del “entrenador”, como él lo llamó en la Universidad de Brandeis en Waltham, Massachusetts.

El aula. Fueron 2 horas de plática. Nightline le ha traído fama. Pero Morrie está con él, completamente, poniendo toda su atención. Le platica lo interesante que se ha vuelto su vida ahora que va a morir y como será su muerte.

Pasando lista. Mitch regresa a su vida cotidiana. Nada es igual. Recuerda una lección: “La cultura que tenemos no hace que las personas se sientan contentas consigo mismas...” La siguiente visita será el martes. Solo Morrie supo su deseo de ser músico y fue el único que lo animo. Eso fue en la universidad.

El primer martes. Ante la muerte Morrie se siente más cerca que nunca de la gente del mundo y del sufrimiento. Llora. Algún día Mitch aprenderá que no importa que un hombre llore y que lo más importante es aprender a dar amor y a dejarlo entrar. “El amor es el único acto racional”

El segundo martes. Mil kilómetros en avión cada martes. Regresó muchos martes apreciándose a si mismo cada vez más. Eran visitas purificadoras. Cada día le costaba más esfuerzo a Morrie moverse. Ese martes hablaron de la lástima por sí mismo.

El tercer martes. Morrie quiere contar su historia y que alguien la oiga. Grabadora de por medio, las preguntas: ¿Te arrepientes de algo? ¿Harías algo diferente? ¿Qué secretos guardas?. La respuesta: “esta cultura no te estimula a pensar en ello hasta que estas a punto de morir. Todos necesitamos un maestro en la vida”.

El cuarto martes. El tema: la muerte. Todos sabemos que vamos a morir, pero no lo creemos. “Solo cuando aprendes a morir, aprendes a vivir. Cuando de verdad aceptas que puedes morir en cualquier momento, dejas de ser tan ambicioso

...