Juicio Crítico de "Un Hogar Sólido"
Enviado por Jared Idk • 28 de Noviembre de 2020 • Reseña • 707 Palabras (3 Páginas) • 223 Visitas
¿Cuál Incesto? Esta obra es de puros muertos.
Pensar en la muerte, además de poco común llega a ser inquietante. Hablar de criptas con muertos dentro o simplemente de lo que puede pasar después de colgar los tenis no es el tema que domina dentro de la literatura dramática, pero hoy, después de leer y ver en escena “Un hogar sólido” de la gran y talentosa Elena Garro me doy cuenta de que un simple autor puede renovar la literatura con una sola obra.
La obra inicia al interior de una cripta al parecer familiar, donde habitan: Jesusita de 80 años, Clemente de 60 años, Gertrudis de 40 años, Lidia de 32 años, Muni de 28 años, Vicente Mejía de 23 años, Eva de 20 años y la pequeña Catalina de 5 años. La historia transcurre en un corto tiempo, demasiado a mí parecer y puede que no lo suficiente para poder digerir el suceso. Garro nos cuenta la historia de una familia que, aunque muertos estén, refleja indudablemente la vida dentro de un hogar mexicano, una familia que siempre permanece unida y no solo porque esa sea su única opción tras estar todos entre cuatro muros, sino que realmente tratan de apoyarse y mantienen viva la relación, más de lo que deberían.
Sin tocarse el corazón o tal vez tocándoselo demasiado, nuestra autora nos lanza indirectas como piedras a la cabeza de dos amores románticos como aquellos, pero enfermos de igual manera, dejando el incesto como la cosa más normal y romántica que pueda practicarse en una familia.
No voy a negar que, aunque la obra tenga contrastes algo tétricos, sigue siendo muy conmovedora. Las palabras de cada personaje te erizan la piel y te cristalizan los ojos, pero solo las palabras, los largos y arrebatadores monólogos, porque su puesta en escena junto a las actuaciones, sinceramente no eran merecedoras de las ovaciones de pie que todos dentro del teatro hicieron. Me quedo con el guion mil veces. Si la interpretación dentro del teatro la aborrecí, es innecesario seguir mencionándola.
El argumento de la obra gira en torno a lo que es un hogar sólido para cada personaje y es aquí donde las lágrimas comenzarán a fluir. Cada uno tenía conceptos diferentes de lo que era un hogar sólido, porque todos habían muerto de maneras y en tiempos ajenos. Cuando hablan sobre lo que recuerdan de su tiempo antes de muertos, lo hacen con melancolía, la mayoría de ellos solo quería seguir viviendo para lograr su objetivo más fuerte, tener un hogar sólido. Empezando por la pequeña Catita, quien solo anhelaba jugar y hacer lo que toda niña de 5 años hace, o Vicente, que peleó por la paz de su país, pero murió en el proceso. No quiero llenar de spoilers al próximo que quiera leer o ver en escena la obra, así que me detengo y dejo de lado la tristeza.
Refiriéndonos a la parte de la comedia, que, aunque no es tan evidente y descarada como en muchos otros ejemplares de la literatura, su sutileza aquí es lo que le da el toque y lo que marca la delgada línea entre la tragedia y tragicomedia. No hay bromas explicitas, pero sí unos cuantos comentarios graciosos y algo sarcásticos, que, aunque no te hacen doblegar de la risa, alivian la amargura antes soltada sin piedad (¡Qué guerra me dio esta niña! Con decirles que echaba de menos a los franceses...).
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