LA AGENCIA DE GARANTÍA DE DEPÓSITOS Y SU LA LABOR EN EL ECUADOR

LA AGENCIA DE GARANTÍA DE DEPÓSITOS Y SU LA LABOR EN EL ECUADOR

La Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), es una institución que nació el, 1 de diciembre de 1998, es un organismo que nace en momentos en que el sistema financiero, productivo y la economía nacional en general, atraviesan una de las peores crisis en la vida republicana del Ecuador, es una entidad de derecho público, autónoma, dotada de personalidad jurídica propia creada con el fin de conceder a las autoridades de control del sistema financiero de herramientas capaces que aseguren que los recursos de los depositantes sean administrados y canalizados al sector productivo con la mayor eficiencia.

Esta entidad es de suma importancia dentro del país, debido a que es una institución que tiene como objetivo la  vigilancia  de la situación financiera del país y tiene la potestad para intervenir en la administración de las instituciones financieras cuando su situación sea riesgosa y asegurar el bienestar del dinero de los depositantes, además busca el saneamiento del sistema financiero nacional y proporcionar a la banca los recursos que necesita para evitar sus dificultades. En la práctica, se podría decir que es una institución vino a sustituir al Banco Central y, en cierta medida, a la Superintendencia de Bancos: al primero, en tanto ordenador y regulador del sistema financiero; a la segunda, como organismo de supervisión y control.

La Agencia de Garantía de Depósitos fue creada en nuestro país debido al alto grado de desconfianza sobre el sistema financiero en el que nos encontrábamos y esta institución se creó con el objetivo principal de devolver la confianza a la banca a través de las auditorías a las instituciones financieras correspondientes, y sobre todo lo que buscaba la Agencia de Garantía de Depósitos es defender los intereses de los pequeños depositantes para de esta manera devolver la confianza a toda la población ecuatoriana, en definitiva la AGD es la entidad encargada de recuperar el dinero que el Estado destinó para sanear a una veintena de bancos intervenidos tras la crisis financiera que se desató en el país entre 1998 y 1999, considerada la peor de la historia nacional.

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