LA RETÓRICA CLASICA DE ARISTÓTELES Y CICERON; LA NUEVA RETÓRICA DE PERELMAN Y VIEHWEG
Enviado por MAQUIZON • 24 de Septiembre de 2014 • 1.029 Palabras (5 Páginas) • 2.819 Visitas
LA RETÓRICA CLASICA DE ARISTÓTELES Y CICERON; LA NUEVA RETÓRICA DE PERELMAN Y VIEHWEG
1.- ARISTÓTELES
La Retórica de Aristóteles se compone de tres libros: el primero se ocupa de la estructura de la retórica, de la concepción de los argumentos y de las especies de retórica. El segundo libro se dirige al público, no sólo en cuanto que es capaz de razonar, sino también en cuanto que es sujeto de pasiones y tiene un determinado modo de ser. El Libro III estudia la forma más adecuada de los discursos con vías a la persuasión.
2.- CICERÓN
Entre los romanos, la enseñanza superior, a la que sólo accedían los jóvenes pertenecientes a familias acomodadas y con pretensiones políticas, se impartía en las escuelas de Retórica.
En ellas, el rector enseñaba a sus discípulos la técnica oratoria, es decir, el complicado sistema de reglas y procedimientos tradicionales, que ya habían puesto en práctica los antiguos sofistas griegos. Los alumnos componían, memorizaban y recitaban discursos sobre temas ficticios. El maestro corregía la pronunciación, el tono de voz, los gestos y cuantos defectos observase.
Estos ejercicios escolares recibían el nombre de suasoria y controversia. Las suasoria, ejercicios para principiantes, eran consultas imaginarias hechas a personajes famosos, históricos o legendarios, que deben explicar las razones que les inducen a tomar una decisión en un momento determinado. Las controversia, en cambio, eran prácticas oratorias destinadas a alumnos de nivel más avanzado y tenían generalmente un contenido jurídico.
I.- DISCURSOS. Cicerón es el más grande representante de los oradores romanos. En él culmina una larga tradición oratoria, desarrollada y perfeccionada durante la República, en condiciones de libertad política.
Sus discursos pueden dividirse en judiciales, pronunciados ante un tribunal, como defensor o acusador, y políticos, pronunciados en el Senado o en el Foro. Veamos, por orden cronológico, algunos especialmente importantes de ambos apartados:
a.) In C. Verres (-70). Cicerón defiende a los sicilianos de su gobernador C. Verres, al que acusan de extorsión. Consiguió que el gobernador fuese desterrado.
b.) In L. Catilinam (Catilinarias -63). Catilina, candidato al consulado junto con Cicerón, no es elegido. Trama una conjuración para hacerse con el poder. Cicerón, al tanto de las maquinaciones, pronuncia 4 discursos contra Catilina en el Senado, el primero de ellos en presencia del propio Catilina. La actuación de Cicerón le acarreó una gloria apoteósica y el apelativo de "padre de la patria".
c.) In M. Antonium Orationes Philippicae (Filípicas -44,-43). Pronunciadas, como ya dijimos, contra Marco Antonio. Son 14 discursos. Fueron su canto de cisne como orador y, para muchos, sus mejores piezas oratorias.
II.- OBRAS RETÓRICAS. Cicerón nos ha dejado los discursos más perfectos y, además, las mejores obras sobre oratoria; ha sabido enseñar como nadie cómo se forma un orador y cómo se compone un discurso. La teoría y la práctica se funden en él de un modo admirable. Sus principales obras retóricas son las siguientes:
a.) Brutus. Es una historia de la elocuencia en Roma, desde los orígenes hasta su época. Abarca desde la figura de Catón hasta la suya propia.
b.) De oratore y Orator. Tratan de la formación del orador y de la técnica del discurso. Cicerón opina que el perfecto orador ha de poseer: disposición natural,
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