LA SIMBOSIS SEP-SENTE

La simbiosis SEP-SENTE. La ideología dominante en el gremio mexicano de los maestros refuerza ese dramático encierro del sector educativo. En una de sus últimas intervenciones, el “líder vitalicio” de sindicato nacional de trabajadores de la Educación (SENTE), Carlos Jonguitud Barrios, reitero la divisa que gustaba de repetir en todos los foros: “la educación es responsabilidad de los maestros”.

El SENTE es un sindicato convencional, ocupado exclusivamente de asuntos laborales, es una entidad que comparte con la burocracia la gestión del sistema educativo.

Por añadidura, el SENTE representa un importante poder político, no solo por el hecho de que es el sindicato mas grnde del país y, se dice, de America Latina (agremia a un millón 400 mil personas), sino por el acendiente que tienen los maestros sobre las comunidades y la vocación política que a lo largo de su historia ha demostrado esta organización. El protagonismo político del SNTE se revela en el escho verificable de que hay diputados locales y federales, presidentes municipales y hasta goberndores que fueron dirigentes del sindicato de maestros.

El principio antidemocrático que regia internamente l sindicato comenzó a ser cuestionado desde 1977 por olas crecientes de maestros que levantaron sus reivindicación de su gremio. De estas movilizaciones surgio la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educacion (CNTE). Por otra parte, la dirección sindical, que estuvo copada por mucho tiempo, por casiques y gentes de dudosa moralidad, paso desde 1988 a manos de una persona –Elba Esther Gordillo- que ha logrado hasta cierto punto civilizar la convivencia interna e imponer con éxito un nuevo espíritu colectivo fundado en la negociación como regla suprema dentro del sindicato. Predomina en el SENTE una ideología gremialista que separa categóricamente los intereses del trabajador de los intereses de la empresa ocupándose de los primeros y desentendiéndose de los segundos. En estas condiciones, los dirigentes sindicales pueden decidir cosas que benefician al trabajador aunque tales cosas tengan consecuencia negativas para la educación.

El sindicato de los hechos defiende el no trabajo: por su influencia frecuentemente se hacen “puentes” que producen como resultado catastróficos el reducir el calendario de 180 a 160 días.

El sindicato influye, igualmente, para crear un sistema de privilegios y recompensas que no siempre gratifican el desempeño académico del profesor sino que, muchas veces, en vez de eso, premian al activismo político, la lealtad al SENTE etc., de modo que los buenos profesores los que más se esfuerzan por cumplir su misión educadora y que, además no se involucran en milicia sindical o política, se ven aislados y defraudados por este sistema.

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