LA UNIVERSIDAD PÚBLICA Y SU CONTEXTO

LA UNIVERSIDAD PÚBLICA Y SU CONTEXTO

Es importante reconocer que recientemente y debido al impacto de los nuevos sistemas económicos y sociales en el marco de la globalización, las profesiones se han visto fuertemente influidas por las nuevas tecnologías propiciando el surgimiento de nuevas profesiones y la reorientación de otras, la cuales ya existían.

Sin embargo las profesiones, tal como son ahora, sólo tienen con el pasado la continuidad simbólica con el grupo ocupacional de referencia de la Edad Media (J. Sevilla, 1996). En este contexto, y ante las condiciones de las nuevas sistematizaciones del mercado de trabajo han venido estableciendo, actualmente la profesión es definida como un grupo de individuos de una disciplina quienes se adhieren a patrones éticos establecidos por ellos mismos, que son aceptados por la sociedad como los poseedores de un conocimiento y habilidades especiales obtenidos en un proceso muy reconocido de aprendizaje derivado de la investigación, educación y entrenamiento de alto nivel, y quienes están preparados para ejercer este conocimiento y habilidades en el interés hacia los otros.

Este ensayo intenta presentar una reflexión sobre la importancia que representa para las profesiones actuales, una serie de temas que se han constituido como una agenda inmediata a la cual los profesionistas de universidades públicas deben de responder, tales como la formación, sus competencias, la educación continua, la estructura de las profesiones y la certificación.

Con respecto a la formación profesional en la actualidad para poder responder a los desafíos de la globalización es de suma importancia preparar a los profesionistas para un mundo del trabajo, donde las tareas que van a desempeñar estarán en constante evolución, el proceso de formación profesional debe de estar guiado, de tal manera que favorezca y ayude a los egresados a realizar tareas para las cuales no fueron formados, a prepararse para una vida profesional que se torna diversa, a mejorar su aptitud para trabajar en equipo, utilizando la información de manera autónoma, con innovación, así como con creatividad.

En el contenido actual, el concepto de formación o más aún el perfil profesional de egreso ha cambiado, debido a que se vive en un país globalizado donde se exige capacidad productiva al igual que trabajar en equipo en un ambiente interdisciplinario y multidisciplinario sabiendo hacer, y dentro de una competitividad constante.

Sin embargo la formación en la era tecnológica habrá de sustentarse en valores como la flexibilidad, la creatividad, la autonomía, la innovación, la rapidez de adaptación al cambio, el estudio permanente y el trabajo cooperativo.

Los trabajadores de la era post-industrial de alta tecnología requerirán nuevas habilidades para trabajar y aprender, más relacionadas con el análisis simbólico que incluyen: abstracción, pensamiento sistémico, investigación experimental y colaboración ((Medina y Domínguez, 1995). Más que formar para el empleo se trata ahora de formar para responder a un fenómeno de empleabilidad (Medina y Domínguez, 1995). Desde este punto de vista se requiere que los futuros profesionales adquieran conocimientos, habilidades y destrezas las cuales le permitan al egresado estar preparado para responder con responsabilidad, creatividad, innovación y conocimientos a un mercado laboral en un constante cambio. Ya que la flexibilidad constituye un nuevo aspecto en la educación, la formación flexible es una cualidad de apertura en todos los aspectos de la formación tradicional, repercutiendo en los diferentes desempeños dentro de un mercado laboral transformado.

No obstante dentro del contexto, se considera que las instituciones de educación superior pública deben de tener muy en cuenta los cambios que se acontecen y así poder analizar las grandes direcciones del país del trabajo. Pero si se examinan las propuestas expuestas en el país por los empleadores, quienes estudian el futuro de la educación superior y la mayoría de los investigadores que analizan las vinculaciones entre la educación superior y el trabajo, puede verse que se pide que los individuos sean flexibles, sean capaces de contribuir a la innovación, ser creativos, estar interesados en el aprendizaje durante toda la vida, se tenga sensibilidad social, se preparen para la internacionalización del mercado laboral, que atraviesen diferentes disciplinas, y tengan nociones en campos de conocimiento que constituyen la base de diversas capacidades profesionales, por ejemplo, las nuevas tecnologías.

Para esto es importante establecer estrategias para conseguir los propósitos de una formación integral de profesionistas altamente capacitados, permitiendo la transformación de los programas de formación rígidos, recargados de conocimientos y limitantes de la autoformación a unos programas flexibles, lo que implica el desarrollo de estrategias diversas como lo es el fomentar la responsabilidad en los alumnos con la finalidad de que ellos se hagan responsables de su proceso de formación, que sean más participativos, por lo que se les brinda la posibilidad de elegir la forma, el lugar, los tiempos de acuerdo a sus posibilidades e intereses, con estrategias de autoaprendizaje, pero dentro de ese elegir implica una libertad que conlleva una responsabilidad de sí mismos. (Díaz, 2002).

De este modo se exige a la educación superior profundas transformaciones tanto político-culturales, como organizativas y administrativas que proporcionan nuevas propuestas de integración del sistema, de transmisión del conocimiento, de modalidades, con diferentes rutas de formación, con tiempos y lugares de aprendizaje de acuerdo a sus necesidades, así como con nuevas modalidades

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