LO FÁCIL QUE ES SER FELIZ

José Alejandro Zapata Enríquez

Grado 11°B

LO FÁCIL QUE ES SER FELIZ

 “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.”^[1] Benjamín Franklin (1706-1790), estadista y científico estadounidense.

La felicidad, algo que pocos llegan a conocer. Este es un tema del que mucho se habla, pero poco se entiende o se sabe. Este sentimiento es la recompensa  a la voluntad y al  esfuerzo que le dedicamos a los retos de cada día, algo que cada uno es responsable de construir con sus actitudes. Gran parte de las personas tienden a poner la felicidad como una “máxima”, como si tan sólo fuera un fin, y todas sus acciones fueran medios que conducen a esa meta. Y en la mayoría de los casos el ser humano la fundamenta en meros y vanos bienes materiales: tener el carro de último modelo,  la mejor casa, el mejor trabajo, la pareja ideal,  y otros deseos temporales. Y si esas metas u objetivos que tienen no se cumplen, dicen que no son felices y que la felicidad es imposible de alcanzar; y si se cumplen, también sufren,  porque no pueden consérvalos para siempre o quieren algo mucho “mejor”.

Esto nos lleva a pensar en realidad cuál es la verdadera felicidad, y ¿por qué parece tan difícil llegar a ella? El mejor modo de abordar este tema es empezar por suprimir o diferenciar ciertos términos por los que se confunde o asocia la felicidad, para tener una idea de qué es, y luego dar paso al problema.  A simple vista se diría que la felicidad es algo difícil de alcanzar, pero en realidad no es así,  lo que sucede es que el ser humano muchas veces no sabe qué es la felicidad con exactitud, y la confunde con otros términos como placer, bienestar, satisfacción y la alegría, y estos al ser sentimientos o emociones son momentáneos e  inestables, lo que vuelve su “felicidad” efímera. La verdadera felicidad es aquella que está en el interior de cada uno, por lo que no depende de lo que se tiene sino por las cualidades y virtudes de cada quien. ^[2]

Primero está el placer, que se entiende como un conjunto  de sensaciones agradables a los órganos sensoriales, o como la ausencia del dolor (concepción de los epicúreos). Luego está la alegría, que según Descartes es una emoción agradable del alma^[3], un sentimiento  de agrado que corresponde a un estado de integridad o plenitud en el sujeto. Enseguida  se encuentra la satisfacción, un sentimiento de estar realizado, de  regocijo al cumplir una meta u objetivo propuesto. Después está el bienestar, que tiene una definición un poco más compleja, pero la más general y concreta es tener una vida plena, con lo necesario para vivir “bien”.

Conviene subrayar que  la felicidad no se debe basar o confundir con los anteriores términos, pues son momentáneos, y esta se volvería un sentimiento transitorio. Porque ser feliz no significa que haya ausencia de problemas o dificultades,  ni que la vida sea fácil, antes por el contrario, la verdadera felicidad se encuentra en los retos que se toman día a día, en el interior de cada persona.

La facilidad es un factor que le impide al ser humano “evolucionar” y desarrollarse, puesto que lo sumerge en un estado de pereza que no le permite pensar o buscar la felicidad, y hace que ponga a esta misma en cosas materiales, que a los sentidos son placenteras, y le brindan satisfacción, pero cuando eso se acaba su felicidad también se acaba. Por esta facilidad es que el hombre empieza a “inventar paraísos” e imaginarse sueños inalcanzables, como si la felicidad se encontrara en un lugar determinado, y fuera una meta máxima, y todas sus acciones condujeran a ella; pero esto se entiende porque es más fácil soñar que actuar, pero el problema no es soñar, sino quedarse soñando.^[4]

...