LOS RETOS DE LA EDUCACION EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Enviado por libelia • 23 de Junio de 2022 • Ensayo • 2.327 Palabras (10 Páginas) • 99 Visitas
LOS RETOS DE LA EDUCACIÓN EN EL TIEMPO DE PANDEMIA
Los retos de la educación en el tiempo de pandemia
Introducción
En diciembre 31 de 2019, en una provincia de China en Wuhan, reportan una problemática de salud pública que se localizó al otro lado del mundo, lejos de nuestro país natal; sin embargo, se salió de control y llegó a diferentes lugares del mundo tan solo en algunos meses. Países con toda la tecnología a su alcance vieron sus recursos superados por esta pandemia, científicos y especialistas alarmaron al mundo entero al dar a conocer los alcances de esta enfermedad, que principalmente produce una infección respiratoria severa, alterando otras complicaciones en el ser humano, causándole la muerte en pocas semanas.
La Organización mundial de la salud, el 11 de marzo, determina está problemática de salud pública como una enfermedad por coronavirus llamada Covid y aparecer en el 2019 (Covid -19), que preocupan sobremanera al causar alarmantes niveles de propagación en los diferentes países del mundo, al evaluar con expertos y los directamente involucrados las consecuencias latentes que se aproximan; esto hace que se tomen medidas preventivas en la mayoría de los países, como la cuarentena y el distanciamiento social, que han sido los causantes de la desaceleración económica al afectar como primera medida el empleo y la producción de bienes y servicios. Además de los problemas sociales y económicos que afectan a las familias y que los estados se han visto obligados a subsidiar.
Otro sector que se ve afectado es el de la educación, debido a que los estudiantes no han podido regresar a las aulas debido a que “Salvo muy contadas excepciones, hoy por hoy la totalidad de países en todo el mundo ha decretado el cierre de los centros educativos en todo el país, y los que no lo han hecho, como el caso de Suecia, lo están pagando en extensión de la pandemia” (Murillo & Duk, 2020, p. 11), lo que ha ocasionado que se deban buscar soluciones alternativas para evitar la deserción y retiro definitivo de los estudiantes, como la educación virtual. En el presente ensayo se va a presentar esta alternativa de manera somera, para el ámbito universitario.
Los retos de la educación en el tiempo de pandemia
Con la pandemia que se ha presentado en el mundo a raíz de la propagación del COVID-19, son muchos los efectos adversos sobre las economías de los países. Uno de los sectores más golpeados es el de la educación; los gobiernos de cada país tomaron medidas, tanto preventivas como estratégicas para la continuidad de las clases virtuales, y así contrarrestar el abandono estudiantil, la perdida de formación académica y el efecto del aprendizaje de los estudiantes en el futuro; el gobierno ha establecido aportes estudiantiles en Colombia, plataformas de ayuda desde el ministerio de educación, páginas web de investigación, el desarrollo de bibliotecas virtuales, la capacitación de profesores y el acompañamiento en salas virtuales, todo esto para velar por una educación de calidad, para velar por el derecho primordial de la educación, que garantice mejores oportunidades personales laborales y sociales, a futuro, que favorezca todos los sectores de desarrollo del país. Lamentablemente tal como lo expresan Murillo & Duk, (2020):
La educación a distancia es una quimera, una alternativa para los que tienen equipos de una cierta calidad con acceso a internet en casa. Pero desgraciadamente hay demasiados estudiantes que no cuentan con ese recurso, ni con las condiciones materiales, ambientales y de espacio para poder beneficiarse de esta opción (p. 12).
Cabe destacar también el hecho de que muchos de los docentes en diferentes países de Latinoamérica incluido Colombia, trabajan el calendario escolar en áreas rurales, en donde ni siquiera hay energía eléctrica, mucho menos, llega la señal de internet, saliendo de estos lugares únicamente en las vacaciones, por lo que se les hace necesario salir a poblaciones cercanas para ponerse al día con las materias de la universidad, bajar e imprimir información para estudiar y realizar trabajos. En fin, las dificultades son muchas, sin embargo, el hecho de tener trabajo remunerado, les hace posible que puedan realizar esfuerzos de costo económico como trasladarse todos los fines de semana a determinada población, lo que suma costos de transporte, alimentación y estadía, aparte de lo que deba gastar en internet. Ahora, un joven o adolescente que viva en esos sectores, que no posea una situación económica estable, no puede acceder a la educación virtual. Además de loa expuesto, la mayoría de países tienen un desarrollo centralista, tal como reflexiona Yangali, (2020) mencionando de manera textual:
En países de larga tradición centralista, como el Perú, la calidad tiene como principal unidad de medida la proximidad al centro, a la capital y a los productos culturales que se gestan entre los administradores del poder. La desatención de servicios básicos para el aprendizaje virtual, tiene la misma lógica que la desatención en salud, aludimos a la pandemia actual: señal de internet ralentizada en zonas rurales (p, 2)
Y aunque en los últimos cinco años, los operadores de telefonía móvil han ampliado de manera notable su campo de acción, aún existen sitios a los que no han llegado, debido a las condiciones geográficas y/o climáticas, aun cuando se han hecho grandes esfuerzos en alianzas gubernamentales para lograr que toda la población tenga acceso a internet, esta es una meta que no se ha logrado en la mayoría de los países de Latinoamérica. Sin embargo y a pesar de ello, “El actual contexto de aislamiento obligatorio producto de la pandemia por COVID-19 nos ha empujado en cierto modo, a repensar nuestras propuestas educativas desde la virtualidad y a través de distintos medios audio visuales” (Miguez, 2020, p. 1).
Otro punto de vista que vale la pena mencionar es el de Reátegui, (2020)
Si bien la educación virtual ha quedado como uno de los puntos a ser trabajados como parte de la estrategia, no es el eje principal, y es acertado que sea así. Esto debido a que la educación virtual es un mecanismo solo accesible para una porción muy reducida de la población. No es —ni podrá ser— una opción viable para afrontar esta crisis en un escenario de mediano y largo plazo. Según el Censo nacional 2017, en el Perú solo el 34 por ciento de los hogares cuenta con computadoras y solo el 28 por ciento tiene acceso a internet. Este porcentaje, aunque ya dramático para un sistema educativo que exige trasladar el aula al interior de la casa, se vuelve bastante más angustiante para las niñas, niños y adolescentes de hogares rurales, en donde solo 3 por ciento de ellos cuenta con computadoras (pp. 48-49).
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