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LOS VALORES Y LA FAMILIA.


Enviado por   •  28 de Junio de 2012  •  Tesis  •  1.566 Palabras (7 Páginas)  •  1.142 Visitas

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LOS VALORES Y LA FAMILIA.

Maria Pliego Ballesteros.

CAPITULO I. ¿Para que sirve el dinero?

El dinero es un medio mas no un fin como lo ven la mayoría de las personas que vive en la miseria de la opulencia, que no es mas que una ideología materialista de una sociedad de consumo, se caracteriza por lo superficial, la falta de previsión (compran por placer) y el egoísmo.

Para poder educar a la sociedad de consumo es necesario enseñar que el valor del espíritu está por encima de la materia, pues aquella persona que posee un corazón generoso no solo da lo que le sobra, sino que da todo sin esperar recompensa.

CAPITULO II. El valor del placer.

El placer lo podemos encontrar en la naturaleza misma pues es indispensable para mantener la vida y la especie. Se le considera un contravalor pues se puede malinterpretar y conducir al libertinaje sexual, el egoísmo, la obesidad, el alcoholismo, etc.

Para los padres es necesario rastrear los complejos de inferioridad por causas físicas en los hijos y tratar de aceptar las propias limitaciones y las de los demás pues después de la aceptación viene el afán de mejoría, ya que muchas veces ya sea de forma consciente o inconsciente llegan a afectar la autoestima de alguno de los hijos, repercutiendo esto en su personalidad.

Nuestra naturaleza es buscar la felicidad que se considera la ausencia de todo mal y posesión plena de todos los bienes, que hasta cierto punto resultaría imposible alcanzarlo, y esto nos lleva a tratar de sobrellevar las cosas pues el dolor es algo inseparable de nuestra propia vida

CAPITULO III. El “que dirán” de la sociedad.

El adolescente hasta cierto punto se vuelve muy superficial, pues le interesa mucho el aspecto físico, que va mas allá de lo superficial por que en el fondo exige congruencia y autenticidad y en lo que las demás personas digan, sobrevalorando éste punto de vista. Es por eso, que lo padres necesitan tener juventud de espíritu, tratar de conservar la capacidad de asombro y ver el lado positivo de su hijo para así poder ser escuchados por ellos.

Para un hijo no es nada útil hacerle creer que tiene cualidades mayores a las que realmente posee pues llegaría a la arrogancia, desubicándolos totalmente, ni tampoco enfatizar sus errores, limitaciones y torpezas pues originarían un sentimiento de inferioridad e inseguridad en ellos.

Al adolescente se le tiene que ayudar a descubrí y manifestar su personalidad única e irrepetible, y sobre todo a no ocultarse de lo que digan, piense y hagan los demás.

Es necesario mantener ante los hijos un prestigio como padres, para poder así ejercer con autoridad, de lo contrario habría incongruencia, falta de naturalidad, violencia e imposición.

CAPITULO IV. Amas y haz lo que quieras.

Los padres juegan un papel fundamental en las cuestiones del amor en el adolescente pues es necesario explicarles la diferencia entre convencionalismo (utilidad) y el sentido común. Lo importante de la aportación educativa es tener claridad de ideas, congruencia de vida, y actuar con prudencia, para poder así ordenar los afectos en los jóvenes, pues de lo contrario se caerá en trasposiciones afectivas graves.

Para enseñar a ser un buen hijo es necesario, dar un buen ejemplo en el trato con los propios padres, con cariño auténtico y gratitud hacia ellos, se deberá potenciar el ejercicio correcto de la autoridad de ambos padres, para que no menospreciar a ninguno de los 2, pues los dos llevan las riendas de la familia, se dedicará tiempo a los hijos y se buscarán espacios para una convivencia alegre y positiva, se dictaran normas que se han de ir adecuando a las diferentes etapas evolutivas de los hijos, respetando su autonomía, y que gradúe el riesgo de libertad y exija a cambio la responsabilidad proporcionada.

El tener una buena relación paterno-filial es trascendente para las relaciones sociales y espirituales que rigen nuestra vida.

La educación sexual se manejará de manera integral, sobre un marco de afectividad para que pueda dejar huella en nuestros hijos, situándolos en la realidad, de modo que sepan prevenir cualquier situación que se les presente de manera objetiva.

Es importante educar en los valores afectivos, las emociones, los sentimientos, las pasiones de manera delicada y manejar argumentos sólidos entorno al valor intrínseco de las personas, es decir, no solo fijarse en sus defectos sino más bien en sus cualidades.

Para poder superar los problemas personales es necesario dejar el egoísmo atrás y empezar a pensar en el bien de los demás.

CAPITULO V. La verdad ante todo.

Para poder encontrar la verdad es necesario saber observar y ser humilde, solo así se captará la realidad tal cual es.

Existen verdades que se pueden y deben ocultar, por que al develarlas ocasionarían un grave daño a la sociedad, a la familia

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