LOVE OR MONEY
Enviado por ruben07 • 3 de Octubre de 2013 • 5.686 Palabras (23 Páginas) • 496 Visitas
Love or money; Rowena Akinyemi
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Capítulo 1
La familia Clarckson vivía en el campo cerca de Cambridge, más o menos a media milla del pueblo más cercano y sobre una milla del río. Tenían una casa grande y vieja con un bonito jardín, muchas flores y muchos árboles.
Un jueves de julio por la mañana, Jackie entró del jardín. Ella era una mujer alta y gorda, treinta añera. Era el día más caluroso del año, pero ella llevaba una calurosa falda marrón y una camiseta amarilla. Entró en la cocina para coger agua para beber. Justo entonces sonó el teléfono.
“Cambridge 1379,” dijo Jackie.
“Hola. Soy Diana. Quiero hablar con Mamá.”
“Mamá no está,” dijo Jackie. “Ella está en el doctor.”
“¿Por qué? ¿Qué pasa?”
“No pasa nada,” dijo Jackie. “¿Por qué estás llamando? ¿Vas a venir este fin de semana? Mamá quiere que todos estemos aquí.”
“Sí, yo quiero ir,” dijo Diana. “Estoy llamando porque no tengo dinero para el billete del tren.”
“¡No tienes dinero! ¡Mamá siempre te está dando dinero!”
“Esta llamada es muy cara,” dijo Diana fríamente. “Díselo a Mamá por favor. Necesito el dinero.”
Jackie colgó el teléfono. Cogió un cigarro de su bolso y empezó a fumar. Diana tenía veinte años, la más joven de la familia. Ella vivía en Londres, en una habitación de una casa grande. Quería ser cantante. Cantaba muy bien pero ella nunca podría conseguir trabajo.
Jackie volvió a la cocina y empezó a hacer algunos sándwiches. Justo entonces la puerta de atrás se abrió, y su madre entró.
“¡Hace mucha calor!” dijo Molly. Ella se quitó su sombrero y lo dejó en la mesa. Era una mujer alta y morena, con bonitos ojos.
Dos perros grandes, negros entraron en la cocina después que ella y corrieron a su lado. Ella se sentó y puso sus manos en sus cabezas.
Jackie puso los sándwiches en la mesa. “Mamá,” dijo, “Diana llamó”. Ella quiere dinero para el billete de tren.”
Molly cerró sus ojos por un minuto. Entonces se levantó. “esta tarde quiero que tengas la casa lista para el fin de semana,” dijo. “Ah, y por favor, ves al pueblo más tarde y consigue mis pastillas.”
“Sí, Mamá,” dijo Jackie.
Molly fue a la puerta.
“Mamá, por favor espera un minuto,” dijo Jackie. “Pedro Hobbs vino aquí esta mañana. Está muy enfadado contigo acerca de la carta. Ha perdido su empleo, lo sabes. ¿Por qué escribiste a su oficina? Quiere hablar contigo sobre esto.”
“Bien, yo no quiero hablar con el,” dijo Molly. Ella abrió la puerta.
“Pero Mamá, no lo entiendes. Tiene 17 años y era su primer empleo. Está muy, muy enfadado. Él dice… ¡él dice que va a matarte!”
Molly no contestó. Salió de la habitación y cerró la puerta.
Capítulo 2
Eran las siete en punto del sábado por la tarde. Jackie se hallaba en la ventana. Un coche fue despacio hacia la puerta principal y paró. Un hombre alto con el pelo blanco salió. Era Alberto, el marido de la hermana de Molly.
“Aquí está el tío Alberto,”dijo Jackie. “Siempre tarde.”
Ella salió de la habitación y abrió la puerta principal. Alberto entró y fue de inmediato con Molly.
“Ay, Dios. Llego muy tarde. Lo siento,” dijo Alberto. “¡Cincuenta años hoy! ¡Qué bonito vestido!”
Molly no sonrió. “Gracias Alberto. Todos nos estamos haciendo mayores.” Esa noche ella llevaba un vestido largo negro, y los dos perros estaban sentados a sus pies. “Ya estamos todos. Vayamos dentro a cenar,” dijo ella.
Todos se levantaron y fueron a la mesa.
“La mesa tiene buen aspecto, Jackie. ¡Qué maravillosas flores!” dijo Diana. Ella era una chica bonita, con largo pelo negro y ojos azul oscuro. Llevaba un vestido rojo largo.
Alberto se sentó al lado de Roger. Roger era el hijo de Molly, su segundo hijo. Él vivía en Cambridge, en una casa cara.
“Alguien llamado Pedro me paró bajo en la carretera,” dijo Alberto. “¿Quién es? Está muy enfadado contigo, Molly.”
“Eso era Pedro Hobbs, de la casa del otro lado de la carretera,” dijo Jackie rápidamente. Miró al otro lado de la mesa a Molly. “Él perdió su empleo la semana pasada y está enfadado con todo el mundo.”
“Es Molly que no le gusta,” dijo Alberto.
Molly no dijo nada. Todos empezaron a comer.
“¿Cómo está la tía Ana?” preguntó Jackie.
“Está mucho peor ahora,” dijo Alberto. “Ella está en la cama todo el tiempo. Necesita una enfermera 24 horas al día.”
“Lo siento,” dijo Molly.
Alberto paró de comer y miró a Molly. “Es muy difícil y caro, lo sabes. Ana se siente triste porque tú no la visitas, Molly. Te quiere mucho. Tú eres su hermana pequeña, lo sabes.”
Molly cerró sus ojos por un minuto. “Lo sé, Alberto. Tengo 50 años, pero siempre soy su hermana pequeña. Bien, podemos hablar de esto más tarde.”
Alberto se rió. “Ah sí, podemos hablar más tarde. Siempre es más tarde contigo, Molly. Siempre mañana. Nunca hoy.”
Jackie miró a su madre. Su madre se enfadó con Alberto. A Molly nunca le gustó hablar de su hermana Ana y no le gustaba visitarla porque ella estaba muy enferma.
“Es un bonito vestido, Diana. ¿Es nuevo?” preguntó Jackie.
“Gracias, Jackie. Sí, es nuevo, y muy caro. Lo compré el miércoles,” dijo Diana. Ella sonrió a Jackie.
“Todas tus cosas son caras,” dijo Jackie. Ella recordó la llamada telefónica del jueves sobre el billete del tren.
“No me gustan las cosas baratas,” dijo Diana. “Y voy a necesitar más dinero pronto. Quiero ir a América. Puedes ayudarme, Roger?”
“Ay no,” dijo Roger. “Nadie quiere ayudarte, Diana. A ti no te gusta trabajar, todos lo sabemos, pero todos queremos que encuentres un empleo.”
Diana se rió. “No importa, Roger. No necesito tu ayuda. Mamá siempre me ayuda. Mamá es la que más me quiere.” Ella de repente sonrió, una rápida, bonita sonrisa. Pero sus ojos eran fríos.
Jackie miró a su madre. La cara de Molly estaba blanca. Jackie no lo entendía. ¿Estaba su madre asustada de Diana? Jackie quería que su madre estuviera feliz hoy.
“¿Quieres más carne, tío Alberto?” preguntó Jackie. “Roger, ¿puedes ponernos más bebida a todos?”
Roger se levantó y empezó a servir más vino a todos. “Es un buen vino,” dijo.
Molly sonrió por primera vez. “Sí, tu padre amaba este vino. Él lo bebía a menudo.”
“Sí,” dijo Alberto, y miró a Molly. “Caro, también.”
“Te gustaría conocer al señor
...