La Administración Pública como ciencia y proceso dinámico

La Administración Pública como ciencia y proceso dinámico

Ana Miriam Ferráez Centeno

Desde la perspectiva del doctor Omar Guerrero Orozco, la administración pública como ciencia es autónoma y sus cualidades diferenciales deben ser desglosadas a partir de la Ciencia Política, respecto de la Administración General.

En este sentido, el teórico de la administración pública, añade que se deben considerar cinco factores para la diferenciación de administración pública, como su alcance del campo de estudio; las esferas de acción; la referencia a la estructura y el estudio del poder; el sesgo de la categoría "pública"; y el planteamiento de fines.

Por lo tanto, su principio esencial, como un campo de estudio sustantivo de conocimiento, es descrito, aplicado y evaluado en forma científica, los demás atributos los produce su relación con la ciencia política.

Por su parte, el Maestro José Antonio Flores Vargas, va más allá, al abundar que los principios de la administración pública tienen que ver con que ésta sea sociable con la comunidad, que conserve el principio de Administración, tener en cuenta que la administración es el gobierno de la comunidad y que la acción social es su carácter y su atribución para ejecutar leyes de interés general.

Administración derivada del vocablo latín administratio compuesto por ad (a) y ministrare (servir, cuidar), era empleado entre los romanos para referirse al acto o la función de prestar un servicio a otras personas. El centro de la palabra administratio, como se puede percibir, la ocupa el vocablo ministrare que deriva del sustantivo minister (el que sirve o ayuda); minister, a su vez, deviene de minis, voz referida a lo menor, como contraste de magis, lo mayor. De este modo, el minister es un funcionario subordinado a la autoridad del magister, cuya tarea se circunscribe a la realización de funciones subalternas.^[1]

Partiendo de este principio, Guerrero Orozco, señala que la administración pública involucra el estudio de las organizaciones que tienen un carácter público; es decir, el alcance de su campo es específico, pues la sociedad está integrada por diversas instituciones, una de las cuales y muy principal es el Estado.

Bajo esa premisa, el doctor José Juan Sánchez González en su libro Historia del estudio de la administración pública en México, señala que la administración pública circunscribe su acción y su estudio a la esfera de actividades del Estado. No obstante, el Estado es la institución social más extensa y compleja, por lo que la esfera de acción de la administración pública es en mayor escala; la dimensión de Estado es tal, que el resto de las instituciones esenciales se ven empequeñecidas frente a su magnitud.

Otro aporte es el del académico Alex Ricardo Caldera Ortega, quien refiere que el estudio de la Administración Pública en México puede ubicarse en 1958, año en que se creó la Licenciatura en Administración Pública en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Este autor deja ver que poco antes en México, y en general en el mundo de habla española, el conocimiento y la aproximación a los asuntos públicos estaba fuertemente influenciados por el derecho público y por una visión legalista en donde prevalecía el deber ser y las normas.

Por ello, Caldera Ortega dice que, la reflexión sobre la Administración Pública desde otras perspectivas en México era prácticamente inexistente. Es así como en los años setenta del siglo xx se inicia la reflexión sobre el gobierno y la Administración Pública desde el pensamiento marxista. Entre las obras producidas con esa lente está la de nuestro autor Omar Guerrero Orozco, en su libro La Administración Pública del Estado capitalista.^[2] 

Ahí, el doctor Guerrero Orozco plantea un rompimiento con la separación dicotómica esbozada por Woodrow Wilson en 1887 entre política y administración.

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