La Ciudad de Santiago y la crisis ambiental
Enviado por Pedro Osorio • 24 de Septiembre de 2015 • Ensayo • 4.265 Palabras (18 Páginas) • 237 Visitas
Universidad Alberto Hurtado
Antropología Social
Profesora Francisca Márquez
Ayudante Cristóbal Ibarra
La ciudad de Santiago y la crisis ambiental: Henri Lefebvre y el derecho a la ciudad
Pedro Pablo Osorio Quiroz
Viernes, 4 de junio
Introducción
En un contexto en donde la crisis ecológica es considerada como una realidad por un sector considerable de la producción científica y en los imaginarios de la población en general, son numerosas las respuestas que surgen desde distintos actores a nivel político y científico, ahora bien ¿De qué formas se manifiesta la crisis ecológica en la ciudad de Santiago? Las respuestas a esta pregunta pueden ser múltiples desde distintas miradas y percepciones. Una mirada economicista buscaría problematizar en torno a los modelos productivos y de consumo, analizando costes y beneficios de alguna acción en particular. Una perspectiva ecologista apelaría a un cambio de consciencia de la población fomentando acciones como el reciclaje, entre otros.
Sin embargo, la reflexión sobre el espacio y las complejidades que resultan de esta, podríamos pensar que no ha sido muy trabajada en general. Henri Lefebvre es un sociólogo francés de orientaciones marxistas que expande el concepto de producción a un campo no explorado anteriormente, el espacio. En este ensayo se realizará una aproximación breve de la obra de este pensador al problema planteado, integrando también otras autores para complementar y enriquecer la discusión.
La ciudad de Santiago y el problema ecológico
El problema ecológico en Santiago no es un problema que tenga mayor importancia en la agenda pública y en los movimientos sociales. Esto puede deberse a varias razones, pero para efectos de este ensayo nos aventuraremos a pensar que posiblemente se trata de que otros temas y problemas coparon la agenda pública y mediática, y porque en la ciudad de Santiago existe una débil percepción generalizada de una crisis ambiental. Se puede pensar que la percepción de que atravesamos por un periodo crítico en relación al medio ambiente toma mayor fuerza a partir de tres constataciones fácilmente perceptibles por parte de la ciudadanía.
Estas son en la época de invierno con el problema de la contaminación del aire, anunciadas por medidas que buscan limpiar el aire de la contaminada ciudad, tales como las restricciones vehiculares y en casos más graves, la prohibición de realizar actividades físicas en colegios. Estas medidas son generalmente acciones circunstanciales y no presentan un cambio importante, de hecho, en el presente año de 2015 se presenta como el primer semestre más seco del que se tenga registro, debido a la ausencia de lluvias el problema del aire del capital tomo algo más de protagonismo. No obstante, en casos críticos como el que se vive actualmente. También los efectos de la contaminación son notorios visualmente y también es parte de un proceso de difusión ciertas fotografías que muestran la ciudad altamente contaminada.
Otra instancia en la que la crisis ambiental repercute directamente y por lo tanto adquiere un grado relativo de notoriedad, es cuando supuestamente esta es la causa de un aumento de los precios de los alimentos.
Otra constatación que es más o menos evidente, son los grandes proyectos energéticos que son anunciados por los medios de comunicación, y difundidos por redes sociales y otras plataformas. En este contexto los movimientos ecologistas han adquirido notoriedad en algunos conflictos ambientales puntuales. Un caso emblemático es el de HidroAysen, un proyecto hidroeléctrico que presento gran rechazo por parte de la ciudadanía provocando una serie de manifestaciones que adquirieron gran masividad y notoriedad mediática, terminando en que el proyecto finalmente se rechazara. No obstante, no tienen mayor apoyo por parte de la ciudadanía en el cuestionamiento del modelo de sociedad y como se desarrollan en general las actividades productivas.
¿Por qué las protestas contra HidroAysen apelan mayormente a un deterioro de un entorno natural, y un atentado contra un paisaje natural, y no se extienden al deterioro de las tierras agrícolas por la actividad agrícola industrial? Creemos que en la acción política y propagandística de algunos movimientos ecologistas más importantes está vinculada excesivamente hacia una percepción determinada de lo natural que es altamente perjudicial para el futuro de estos movimientos y su real incidencia en un modelo político económico que resguarde el medio ambiente.
Creemos también que estas ideas están vinculadas a una noción paisajística de la conservación de una belleza natural, que actúa de forma contradictoria a una relación perdurable del hombre y la naturaleza. Esto no es responsabilidad de las agrupaciones y colectivos ecologistas, no cabe duda de que su trabajo de activismo es fundamental para instaurar discusiones relevantes, sin embargo, las respuestas a este problema deben surgir a un movimiento político y de masas.
Escritores como Michael Lowy sostienen que el socialismo y el ecologismo tienen puntos de encuentro, en base a un “cuestionamiento de la autonomización de la economía, del reino de la cuantificación, de la producción como meta en sí misma, de la dictadura del dinero, de la reducción del universo social al cálculo de márgenes de rentabilidad y a las necesidades de la acumulación del Capital. Ambos defienden los valores cualitativos: el valor de uso, la satisfacción de las necesidades, la igualdad social, la preservación de la naturaleza, el equilibrio ecológico” (2004, pág.2). De esta forma, el socialismo debe desprenderse del productivismo adquirido por algunas experiencias políticas del “socialismo real”. Hay que destacar que el encuentro entre el marxismo y el pensamiento ecológico, surge desde fines del siglo XX con destacados escritores como Manuel Sacristán, John Bellamy Foster o André Gorz, entre otros.
Por esta razón, es fundamental pensar las formas en que es posible percibir el territorio y como esta puede influir en una praxis política que proyecte hacia el futuro. Asimismo, en un plano próximo al análisis político y económico, podemos afirmar que Chile y especialmente Santiago se encuentran en una posición relativamente favorable en situaciones tan complejas para el desarrollo del ser humano, como la crisis alimentaria del año 2008 que provoco fuertes hambrunas en países despojados como África. Si bien, el alza de precios de ese año fue en efecto provocada por una disminución de la producción de maíz específicamente. No obstante, si bien la producción se regularizó los precios no descendieron por la influencia de la especulación financiera, la firma de forwards y otros mecanismos bursátiles, entre otras razones. Este hecho pone de relieve la importancia y necesidad de una protección interna ante los movimientos del capital financiera a escala global, así como la necesidad de incluir el derecho de soberanía alimenticia a escala global. (Cascante, 2011).
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